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Policiales 17 de septiembre de 2017

Absolvieron a un joven acusado sin pruebas de un violento robo

Brian Nahuel Llerías estuvo detenido desde 2016 por un asalto que no cometió. Al momento de su arresto, estaba armado con un cuchillo y caminaba a pocas cuadras del robo, junto con uno de los hombres que lo había cometido minutos antes.

Se podría decir que en la madrugada del 1 de mayo, Brian Nahuel Llerías estuvo en el lugar incorrecto con la persona incorrecta y fue detenido por una suma de circunstancias que motivaron a la policía a tomar una decisión apresurada: estaba armado con un cuchillo, acompañado por un sujeto que momentos antes -y a pocas cuadras-había asaltado con un arma blanca y otros dos hombres a una persona. El tiempo, y la falta absoluta de pruebas, demostraron su inocencia y por eso el Tribunal Oral en lo Criminal N°1 lo absolvió.

El juez Facundo Gómez Urso llegó a la misma conclusión que el fiscal Daniel Vicente, quien durante el juicio solicitó que absolvieran al joven de 22 años que había llegado al debate oral imputado por “robo doblemente agravado por el uso de arma y por su comisión en lugar poblado y en banda”.

El hecho que llegó a juicio fue el robo que sufrió un hombre el 1 de mayo, cerca de las 3 de la madrugada, en una plaza del barrio Santa Paula. La víctima había sido abordada por tres sujetes, quienes lo amenazaron con un cuchillo, lo golpearon y le quitaron su celular y 270 pesos.

En el debate oral se demostró que Llerías no participó de hecho. El joven explicó, y testigos confirmaron, que desde la medianoche hasta las 3.20 de la madrugada estuvo en la casa de un amigo con unas personas y que solo se ausentó unos 15 o 20 minutos para ir hasta un bar a pocas cuadras y volver.

Cerca de las 3.20 Llerías salió de la casa junto a tres amigas para acompañar a una de ellas a su vivienda. Como la zona es peligrosa, el joven llevó un cuchillo en su cintura. En el camino se encontraron a otro amigo y este los acompañó. Luego de dejar a una de las mujeres en su domicilio, un patrullero interceptó al grupo y detuvo a los dos hombres.

Llerías lo primero que hizo fue explicarle a la policía que tenía un cuchillo en la cintura, mientras que su amigo se descartó de un arma blanca. Esta situación alertó a los efectivos, quienes detuvieron a ambos jóvenes.

El amigo de Llerías venía de asaltar a un hombre en una plaza cercana y había usado el cuchillo que se descartó. En sus manos presentaba lastimaduras, producto de haber golpeado a la víctima. Al quedar acorralado por los efectivos, el joven reconoció que Llerías no estuvo en el robo, pero esa información no era prueba por sí sola por lo que ambos quedaron detenidos.

El juez Gómez Urso reconoció que lo sucedido prestaba a la confusión, pero en su decisión de absolver a Llerías destacó la inexistencia de pruebas en su contra. La víctima no lo reconoció, ya que al momento del asalto la zona estaba oscura, fue atacado por muchos hombres y se encontraba alcoholizado. Todo eso sumado lo imposibilitaba a observar con detenimiento.

Sobre el espacio físico y temporal, Gómez Urso dijo que Llerías vive en el barrio Santa Paula, “situación que lo liga al lugar, independientemente del robo”.

Finalmente destacó que el imputado “no tenía en su poder ningún elemento de los robados a la víctima. Tampoco evidenció ningún signo que lo vincularan con el ataque sufrido por la víctima”.

“Las razones para absolver a Lerrías resultan determinantes”, finalizó el juez del Tribunal Oral en lo Criminal N°1, quien ordenó la inmediata libertad del joven que estuvo detenido y que había llegado a un juicio por un robo no cometió y que sólo estuvo en el lugar incorrecto, con la persona incorrecta.



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