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Interés general 20 de noviembre de 2016

AnyBody, la ONG que combate la “epidemia” del odio corporal

La organización trabaja para intentar que se cumpla la Ley de talles. "La falta de talles ataca a la sociedad", enfatizó Camila Ocamp.

por Cris Terceiro

Querer ropa y no encontrar la talla necesaria es una constante en muchos comercios que afecta a la autoestima de parte importante de la sociedad. La ONG AnyBody Argentina custodia de forma privada que el sector textil nacional “garantice el derecho a vestirse” para evitar el “odio” al cuerpo.

AnyBody nació en Reino Unido y lleva seis años combatiendo en Argentina la “epidemia” del odio corporal e intentando aumentar el cumplimento de la Ley de talles mediante diversas campañas contra la “cosificación” de la mujer en todos los ámbitos.

Su misión es “agitar conciencias” y presionar a quienes tienen influencia social sobre el ideal de belleza y salud por parte del público para que enfrenten el daño que provoca esta industria al promover una visión negativa de los cuerpos.

“La falta de talles ataca a la sociedad”, enfatizó Camila Ocampo, activista de AnyBody Argentina y modelo XL, en una conversación con Efe.

“Hay una cultura visual que nos imponen y Argentina, puntualmente, es el país con más tasa de cirugía plástica de la región, por lo que es muy fuerte la obligación de tener cierta imagen”, explicó Ocampo, convencida de que “la ropa es un derecho” que debe adaptarse a los cuerpos de cada individuo y no al revés.

La activista aseguró además que en el país está muy vigente “el fenómeno del talle único”, una práctica “ilógica” y que “constituye una forma de discriminación fortísima”.

Y lo dice una entidad que globalmente presume de haber enfrentado prácticas de gigantes como Facebook, quien contaba entre sus emoticonos con la opción ‘me siento gordo’, y que logró a través de la Justicia que se eliminase dicha opción por considerarla inadecuada.

Pero esta problemática extendida “en igualdad de condiciones” por toda América Latina no preocupa solamente a las mujeres, ya que “el hombre sufre las mismas exigencias y -según la activista- no puede quejarse porque no es de machos”.

Por otra parte, la agrupación trabaja mano a mano con miembros de la Cámara de Diputados y el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) para definir la fisonomía del argentino, ya que actualmente todas las firmas textiles del país se rigen por los indicadores de tallas europeas, que difieren de las de hombres y mujeres del Cono Sur Latinoamericano.

“Queremos una ley nacional, coherente e inclusiva”, señaló Ocampo sobre este proceso “lento” que camina con paso firme.

En 2015 cerca de 2.000 personas realizaron la encuesta que Anybody difunde cada año a través de internet y que permite conocer las situaciones que encuentra la gente cuando va a comprar ropa.

Del estudio se desprende que el 68 % de los entrevistados tiene problemas para encontrar su talla, “especialmente en ‘jeans’ y pantalones” lo que se traduce en gente “insatisfecha” con su imagen.

“Por curioso que parezca, el talle más difícil de encontrar no es el XXL o el XXS, si no el talle 46 (14,96 %), que es el talle promedio”, explicó la activista.

Le siguen las medidas 48 (13,01 %), 44 (12,11 %), 42 (10,96 %) y 50 (10,56 %).

A raíz de los resultados, AnyBody Argentina decidió poner en marcha en enero de 2016 la campaña ‘El talle único no es el único talle’ para premiar a aquellas firmas de indumentaria que ofrecen a su clientela una amplia variedad de tallas, en un rango de entre siete y 11 medidas por modelo.

“Enviamos la propuesta a todas las marcas que creíamos que cumplían los requisitos y, tras analizarlas en profundidad, reconocimos a las que efectivamente lo realizaban”, explicó Ocampo.

El proceso contempló a unas 40 firmas nacionales, de las que menos de una veintena recibieron el aval de la ONG.

Una pegatina (adhesivo) en la vidriera de cada local señala al consumidor que este se encuentra respaldado por la campaña de AnyBody, como ocurre con la firma argentina Taverniti, la marca de indumentaria de Carrefour Tex, o Yagmour, entre otras.

“Este es un requisito fundamental para comenzar a construir una cultura inclusiva que celebre la diversidad de cuerpos”, sostienen desde la entidad.

La propuesta premia también a aquellas firmas que no retocan digitalmente sus anuncios publicitarios, más allá de arreglos de tono o luz; aquellos que cuentan con publicidad inclusiva y que muestran diversidad de cuerpos en sus publicaciones o sitios web, así como maniquíes diversos en sus vidrieras.

AnyBody y su programa ‘Endangered bodies’ (cuerpos en riesgo de extinción) cuentan con réplicas en otros países, como Estados Unidos, Brasil, Irlanda, Australia, Alemania y México.

Pese a todo, para Ocampo la lucha de esta ONG no resultará 100 % eficaz hasta que “empecemos a querernos” cada uno como somos.

EFE.