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Cultura 29 de mayo de 2016

Apareció “Barthes, un sujeto incierto”, de Luis Gusmán

En "Barthes, un sujeto incierto", el escritor y psicoanalista Luis Gusmán explora las diversas dimensiones que tuvo en la Argentina la circulación de los textos del ensayista francés, y pone el acento en las operaciones críticas de sus intervenciones en la institución literaria así como su manera de presentarse, algo inasimilable y opaca para el poder, el saber y la política.

El libro, publicado por Ediciones Godot, es un volumen pequeño y consistente donde al autor de “El frasquito” retorna sobre un nombre caro a la semiología y al análisis del discurso, pero menos habitual para aquellos paladares que consideran que existe un placer del texto.
Consultado sobre por qué Barthes sería un “sujeto incierto”, el autor señaló: “Supongo que por lo que él mismo dice, por su posición intersticial. Esa tensión constante que hay en su obra y en su vida. A veces del lado del semiólogo, otras del profesor, otras del ensayista, otras del crítico. Pero ya sea basculando entre una y otra, siempre en la de lector. Es notable que tensión no es una característica psicológica sino discursiva. Es por eso que si bien dispone de un discurso crítico su prosa fluye. Y fluye incluso en los incisos, las digresiones, los fragmentos, y la erudición que pone en escena”.
-¿Podría pensarse en una recepción “argentina” de Barthes o en un Barthes “argentino”?
-Siempre hay un Barthes argentino, un Sartre argentino, un Lacan argentino. Es cierto que es una apreciación un poco snob e irónica, pero la producción intelectual y crítica de los ensayistas y escritores siempre supera el primer tiempo mimético para producir un segundo tiempo de apropiación y un tercero de producción. Creo que las primeras lecturas pertenecen al campo de la semiología (Oscar Steimberg, Eliseo Verón, Oscar Traversa) y luego se desplaza hacia la crítica literaria (Nicolás Rosa, Enrique Pezzoni). Ese encuentro se da, fundamentalmente, con los “Ensayos críticos” y “El grado cero de la escritura”. Libros que posibilitaban no solo otra lectura de la literatura sino también de la política. Sus textos sobre Bertolt Brecht, autor que nunca abandonó, me parecen que son una prueba de lo que digo.
-En general, ¿qué relación tiene Barthes con el psicoanálisis, y más específicamente, con Jacques Lacan?
-Barthes explicita que el uso que hace del psicoanálisis y específicamente de Lacan es metafórico. Creo que en algún fragmento cita muy familiarmente a Octave Mannoni. Y creo que en una retórica más general puede participar de algunos fundamentos “teóricos” compatibles, como el desvío, la no totalidad, lo no determinado, la repetición y el deseo.
-¿Se puede pensar su libro “Roland Barthes por Roland Barthes” como una suerte de autobiografía desplazada, producto de cierta influencia, y entiéndase ese término como sea, del psicoanálisis?
-Se me escapa cómo pudo ser influencia. Si “es el relato de un análisis”, “si es un sueño”, “si son recuerdos enmascarados” en el sentido de lo que dice Georges Perec, “yo marcho enmascarado”, o si se dirige a alguien cuando escribe “esa autobiografía”, es posible. En todo caso hay un privilegio por el fragmento y un abandono en el sentido de entrega a la “olvidadiza memoria”.



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