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Policiales 13 de octubre de 2017

Apuñaló a un hombre en las piernas, lo mató “sin intención” y lo condenaron

Miguel Alberto Juárez (34) deberá cumplir una pena de 3 años y 10 meses de prisión por haber asesinado a Rogelio Solís en julio de 2014. Al llegar al juicio, la fiscalía cambió la imputación ya que consideraron que no atacó a la víctima para matarla, "sólo" para lastimarla.

Un hombre que en 2014 apuñaló en la pierna y mató a otro fue condenado a 3 años y 10 meses de prisión ya que, tanto como para el fiscal, como para el Tribunal Oral en lo Criminal Nº2, el sujeto  si bien “tuvo la clara intención de lesionar a la víctima“, en ningún momento buscó causarle la muerte.

Miguel Alberto Juárez (34), fue encuentro culpable en un juicio abreviado por el delito de homicidio preterintencional, por el asesinato de Rogelio Solís, quien murió a causa de las heridas cortantes que el imputado le provocó en las piernas el19 de julio de 2014 en su casa del barrio San Antonio.

El hecho fue investigado por la fiscal Andrea Gómez, quien al momento había procesado a Juárez por “homicidio”, sin embargo, a medida que avanzó la causa, la calificación con la que se llegó a juicio abreviado fue la de “homicidio preterintencional“, ya que para la fiscal quedó demostrado que el imputado tuvo la clara intención de lesionar a la víctima, pero no de causarle la muerte.

El hecho que se resolvió en juicio abreviado, del que participaron la fiscal Andrea Gómez, los abogados particulares del acusado César Sivo y Romina Merino y el juez Alexis Leonel Simaz, ocurrió la noche del 19 de julio de 2014 en una casa en Hernandarias al 8100.

Según pudieron precisar los testigos, cerca de las 22.15, por motivos que aún no pudieron ser determinados, un hombre se presentó en el lugar y le asestó con un cuchillo varias puñalada a las piernas de Rogelio Solís, provocándole cinco heridas: una de 6 cm en la cara interna de la raíz del muslo izquierdo -no vital- y cuatro en el muslo derecho, dos de ellas superficiales, meintras que las dos restantes -de mayor profundidad- se hallaron en el tercio medio del muslo, siendo estas dos heridas las que seccionaron la arteria femoral y estructuras venosas causando una hemorragia que causó la muerte de la víctima.

Un amigo de la víctima narró que ese 19 de julio, cerca de las 20.20, fue hasta la casa de Rogelio a visitarlo, para invitarlo a tomar una cerveza. Al llegar ingresó a la vivienda por la parte trasera y se encontró con la puerta abierta y con su amigo tirado en el suelo, agarrándose la pierna sobre un charco de su propia sangre. La víctima, al verlo, pidió que llamara a su hija que vivía al lado y, a los gritos, repetía que “un tal Miguelito” le había querido robar la bicicleta y le pegó una puñalada.

Otros testigos que pasaron por la causa, habían dicho que Miguelito es alguien conocido en el barrio, con serios problemas de drogas y que siempre “molesta y pide” plata drogadicto y que pide plata insistentemente a las personas. “Anda todo el día empastillado”, dijeron los testigos y agregaron que, dos días antes del hecho, la víctima y el victimario habían tenido una discusión, justamente cuando Miguelito pedía plata.

Miguelito luego fue identificado como Miguel Alberto Juárez y detenido inmediatamente. Para los investigadores la participación de Juárez en el hecho estaba más que acreditada desde el inicio.

 

A pesar de que Juárez apuñaló reiteradas veces a Solís, una persona mayor que él y en estado de ebriedad, fuentes judiciales consultados explicaron que en el juicio abreviado quedó “evidenciado” que no intentó matarlo, primero por el lugar que eligió para asestarle las puñaladas y, segundo porque si hubiese querido matarlo realmente podía hacerlo.

“La autopsia no proporcionó datos sobre la profundidad de las heridas, que sumado a la falta de secuestro de arma utilizada impide tener elementos de convicción que permitan acreditar el dolo homicida”, expresó el juez Simaz en la sentencia y agregó: “El medio empleado, el lugar y la forma en que fueran infringidas las heridas no debía razonablemente ocasionar la muerte”.

Ante estas pruebas y el cambio de calificación, Miguel Juárez fue condenado a 3 años y 10 meses de prisión, pero, por haber sido considerado reincidente por otras causas penales en las que también fue culpable, le aplicaron una pena única de 5 años y 10 meses de prisión.