Desde hace algunos días, un grupo de cuatro o cinco ballenas francas australes, adultas están “paseando” por la costa marplatense. Como todos los años, especialmente a partir de este mes, son visitantes esperadas y habituales, pero impredecibles. Un día están, o dos, o más y al siguiente desaparecen. Además, a veces pueden avistarse desde la costa, otras, como en el caso de los últimos días, sólo se las ve desde alguna embarcación.

El grupo de investigación de ecología y conservación de mamíferos marinos del Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (Conicet-UNMdP), que dirige el doctor Diego Rodríguez (además decano de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales), realiza un seguimiento de estos ejemplares.

“A este grupo lo estamos viendo hace al menos una semana. Con el grupo hacemos seguimiento desde Miramar y hasta Santa Clara. Se trata de cuatro o cinco ejemplares adultos, que tienen gran actividad aérea, saltos, golpes de aletas, soplidos y se las ve muy saludables”, explicó el referente.

“En esta época, hasta noviembre, ya no es nada extraordinaria su presencia en la costa. Y el número de avistajes sigue creciendo”, indicó Rodríguez.

Esta especie, sobre todo en esta época, puede estar dirigiéndose tanto al sitio de reproducción de Península Valdés como al del sur de Brasil, en Santa Catarina.

“El ‘santuario’ de Valdés es mucho más grande, pero en esta época temprana de recorrida, pueden estar yendo tanto hacia el norte como hacia el sur”, refirió el especialista. Y aclaró que “si fuera noviembre, lo más probable es que se dirijan al sur”.

Si bien en todo el recorrido encuentran alimento -se nutren básicamente de plancton, unos pequeños crustáceos llamados copepodos y no de krill como sí otras especies antárticas-, no es época en que se alimenten. “Vienen de alimentarse en zona subantártica y están en camino hacia sitios de reproducción y cría”, apuntó.

Por último Rodríguez recordó que si bien se trata de una especie en crecimiento “las principales amenazas son las colisiones con embarcaciones y la muerte por interacción con artes de pesca, sobre todo enmalles. Incluso hay un comité especial de la Comisión Ballenera Internacional para tratar estas dos problemáticas”.

Si bien el ejemplar que apareció muerto en las playas de San Clemente del Tuyú recientemente no corresponde a la especie Franca Austral, si su muerte se habría producido por causa de un enmalle, dado que, en su boca, se encontró un trozo de cabo. “Es importante tomar conciencia de esta situación”, advirtió el referente.