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Interés general 7 de octubre de 2016

Descontrol

Por Vito Amalfitano

“No tuvimos control del juego”, dijo Edgardo Bauza. “Nos costó hacer circular la pelota”, remarcó en la conferencia de prensa posterior al magro empate de la Selección Argentina de fútbol ante Perú, en Lima, 2 a 2, que pone al equipo en zona de repechaje para la clasificación al Mundial de Rusia 2018.

“No tuvimos control del juego”. “Nos costó hacer circular la pelota”. Un diagnóstico impecable. Si lo hiciera desde afuera. Igual que si un presidente trazara el panorama de una repentina y cruda crisis de un país como si él no fuera el responsable de esos bruscos cambios…

Si el DT de la Selección arma un mediocampo con Mascherano y Kranevitter, y no pone en cancha, delante de ellos, ningún jugador apto para la elaboración, el enlace, la gestación del juego, mal puede pedir después “control” y “circulación” de la pelota. Sobretodo si no cuenta con Messi para disimular la falta de ideas y de un plan. Contra Uruguay en Mendoza no hubo nada de eso, pero estuvo Lío para hacer un poco de ídem. Ante Venezuela y Perú, la peor y una de las peores selecciones de las eliminatorias, ya sin Messi, la Selección empató y anduvo a la deriva. Incluso bien pudo haber perdido.

La Selección, está claro, no tuvo “control” del juego. ¡La Selección Argentina!. ¿Quien es el responsable? Y, sobretodo, ¿qué decisiones se tomaron para que ello no ocurriera?

Ever Banega, sacando a Messi, fue el jugador de mejor rendimiento en la Selección Argentina de un año a esta parte. Llenó con creces el vacío que hoy hay en el fútbol argentino de jugadores para el armado y la elaboración. No fue conductor, porque no lo es, pero sí se constituyó en el enlace justo para el equipo, con o sin Messi. Es más, su nivel se potenció en algunos partidos en los que la Selección no pudo contar con Lío, como en la victoria inicial ante Chile de la Copa América en Santa Clara, o el año pasado en Barranquilla frente a Colombia.

Para Gerardo Martino, que sí exponía un plan y una idea, Banega era fundamental. Sobretodo desde los problemas físicos de Javier Pastore, quien era la alternativa para esa función. Para Bauza es suplente, aun sin Messi. Quizá ahora, en Córdoba frente a Paraguay, ante la necesidad, como en los últimos minutos en Lima, el actual DT recurra a Banega. Tampoco se puede presumir que será el salvador de todo. Su vara no es tan alta. Ni la solución asegurada (de hecho, ante Venezuela sí fue titular, aunque no de lo que jugaba con Martino). Incluso se deberían agregar otros gestadores. Pero, con lo que hay, si Banega recuperara el lugar que no perdió en la cancha, al menos el DT hará algo en dirección a retomar el “control”. Y no se quedará mirando los errores de la película desde afuera, como si él no fuera el director.