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Opinión 5 de octubre de 2017

El guanaco por Rosas

Por Daniel E. Di Bártolo

Como si todo fuera una casualidad, fue presentado por el Banco Central de la República Argentina el nuevo billete de $ 20 de la serie denominada “Animales autóctonos argentinos”. El video que lo anuncia y termina expresando el deseo que “los billetes sean el punto de encuentro de todos los argentinos donde nos sintamos representados”.

Este billete reemplaza al que tiene en su cuerpo la imagen de Juan Manuel de Rosas y la Vuelta de Obligado. No es aislada la medida. Forma parte de una serie que se completa con: Yaguareté, Ballena Franca Austral, Cóndor Andino, Hornero, y Taruca. Lo común, es el reemplazo de próceres y acontecimientos históricos por flora y fauna autóctonas.

Justamente a escasos días de la elecciones legislativas, se elige presentar un nuevo billete que – oh casualidad – reemplaza a Rosas, figura reivindica por el campo nacional y popular y atacada y vapuleada por la historia mitrista oficial.

Es una meta-mensaje: quienes dicen unir a los argentinos borran a los personajes “conflictivos” para cambiarlos por inocentes animalitos y flores que tan bien le hacen a nuestra geografía.

Si lo analizamos con mayor profundidad observaremos que existe una clara intención: no ocuparse de la historia (“no me interesa” dijo un alto funcionario) e instalar en el sentido común que estudiarla y debatirla nos divide; entonces, mejor “dejémosla ahí”, en un rincón, como cosa del pasado que nada tiene que ver con el presente y mucho menos con el futuro, del cual se consideran depositarios, como lo demuestra la iniciativa “secundaria del futuro”.

El vaciamiento de la perspectiva histórica es constitutivo de la matriz de pensamiento que emerge en funcionarios, legisladores y comunicadores del grupo político que hegemoniza nuestro país. Una de las primeras medidas fue derogar el Instituto del Revisionismo Histórico, se extendió a desplazar a Zamba de Tecnópolis, continuó con el célebre “estaban angustiados” en el discurso del Bicentenario, el traslado de Juana Azurduy, entre otros…

El video del nuevo billete de $20, muestra una imagen de pueblos originarios y la voz en off aduce que el guanaco era utilizado en su vestimenta. Resulta paradójico ya que esos mismos pueblos son perseguidos y el conflicto por las tierras ha producido uno de los hechos más graves de la democracia como lo es la desaparición forzosa de Santiago Maldonado. La desconexión es notoria y, subrayamos, no es fortuita.

No dudamos en sostener la necesidad e importancia de informar y valorar nuestra fauna y flora. Sin embargo, cuestionamos que se haya utilizado un bien para desplazar otro, dejando instalado el relato que mientras animales y arbustos nos unen y representan, los próceres y las figuras históricas nos dividen y nos enfrentan.

La historia es la gran maestra de la política. Aunque traten de ignorarla, vaciarla, desplazarla, allí está: como escenario dinámico de una obra sin final. Nos acompaña en la vida porque la historia es vigencia: un pasado que nutre y explica el presente, un presente que solo se interpreta desde las fuerzas profundas que los construyeron y un futuro que se proyecta en calve histórica.

El problema es, también, de índole educativo. Las consecuencias de la tendencia a-histórica impactan en el proceso de enseñanza aprendizaje. No se trata solo de la asignatura Historia, en una visión cultural de la sociedad la que está en juego.

Los docentes, artistas al fin y por ende creativos, encontraremos las formas didácticas para promover aprendizajes situados cuando la impronta desvía de su cauce la corriente histórica, aunque – sin dudarlo – es más difícil.
El guanaco es un bello animal patagónico; Rosas era popular entre las comunidades nativas de la comarca bonaerense. La Vuelta de Obligado es una epopeya frente al imperialismo de la época. Ambos conviven en el techo del ser nacional: ni con unos nos encontramos ni con otro nos dividimos. Son y somos PUEBLO cuya cultura integra y solidariza.

* Secretario de Educación SADOP Nación