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Cultura 30 de abril de 2016

El legado de Ernesto Sabato, a cinco años de su muerte

El autor de "El túnel", "Abaddón el exterminador" y "Sobre héroes y tumbas" fue uno de los escritores contemporáneos de mayor trascendencia.

por Juan Rapacioli

En el aniversario de los cinco años de la muerte de Ernesto Sabato (1911-2011), su hijo, el cineasta Mario Sabato, y una serie de escritores argentinos hablaron sobre la obra del escritor, físico, ensayista y pintor argentino, así como de su influencia en la literatura argentina.

Autor de tan solo tres novelas -“El túnel”, “Abaddón el exterminador”, “Sobre héroes y tumbas”- y de más de veinte ensayos -“Uno y el Universo”, “Hombres y engranajes”, “El escritor y sus fantasmas”, entre otros- Sabato fue el segundo escritor argentino galardonado con el Premio Miguel de Cervantes, en 1984, luego de Jorge Luis Borges, quien lo recibió en 1979.

Sabato, además, presidió la comisión que entregó el 20 de septiembre de 1984 al entonces presidente Raúl Alfonsín el “Nunca más”, informe final de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas, libro que recoge el trabajo de entrevistas realizado sobre las desapariciones y torturas ocurridas en la Argentina durante la última dictadura cívico-militar.

En diálogo con Télam, el cineasta Mario Sabato, hijo del intelectual, y los escritores Hernán Ronsino, Mariana Enriquez, Gabriela Cabezón Cámara y Jorge Consiglio hablaron sobre la obra del autor de “La resistencia”, su figura, y los homenajes realizados después de su muerte, como la inauguración de la casa-museo de Santos Lugares, abierta en 2014, donde el escritor vivió hasta sus últimos días.

“Mi padre no ha partido. Algunos, muchos, consideran que ha muerto, tal vez por un exceso de respeto a la burocracia. Estamos los que no creemos en los papeles administrativos, como las partidas de defunción. Mi padre está vivo en la admiración y el cariño de la gente. Y lo comprobamos en el fervor de los visitantes que recibe la Casa de Ernesto Sabato en Santos Lugares”, sostiene Mario Sabato en diálogo con Télam.

Ese sentido, comenta que a los visitantes de la casa-museo les interesa sobre todo “la atmósfera, la sensación de la presencia, recorrer una casa en la que late la alegría de la creación y la paz de la sabiduría. No es un museo, es una casa que refleja la cotidianeidad de uno de los argentinos más admirados”.

Según el director de “El poder de las tinieblas” -película inspirada en “Informe sobre ciegos”- para los visitantes “es una experiencia única que el recorrido por la vivienda sea de la mano de los nietos del escritor, Luciana y Guido”.

“Leo con frecuencia los comentarios que nos envían a la página de Facebook de la casa, y me conmueven. Siento que valió la pena el esfuerzo gigantesco de restaurarla tal como era en su esplendor, y también está recompensada con creces la lucha por mantenerla abierta para la comunidad”, explica el artista.

Y cuenta que los visitantes más jóvenes “se acercan, muchos espontáneamente, porque se ven reflejados en sus palabras, en su ejemplo. También vienen colegios y escuelas: todos los jueves, hasta noviembre, están ocupados por las visitas de alumnos con sus profesores”.

“La obra de mi padre está viva -subraya Sabato-, incluye pero también excede lo literario. El fue, lo sigue siendo, un ejemplo de conducta, y como un artista del renacimiento, todo lo encaraba con la misma pasión y sabiduría. Se dice, y lo comparto, que su novela más emblemática fue ‘Sobre Héroes y Tumbas’. A mí me apasiona con la misma intensidad ‘Abaddón, el Exterminador”.

Entre los recuerdos que Mario conserva de su padre, elige contar uno: “Pasó cuando trató de disuadirme de filmar el ‘Informe sobre ciegos’. Me aconsejó que encarara otro capítulo de ‘Sobre Héroes y Tumbas’, el que relata la épica obstinación de los soldados de Lavalle, para resguardar su cadáver”.

“Me dijo, y era cierto, que esa última retirada del héroe vencido era mucho más cinematográfica que la tenebrosa historia de la secta de los ciegos -cuenta-. Pero después agregó que era mucho más prudente hacer algo que no fuera tan difícil y polémico. Le respondí que había heredado todos sus defectos, incluyendo la imprudencia. Y que iba, entonces, a filmar el Informe”.

Por su parte, la escritora Mariana Enriquez, autora de “Cómo desaparecer completamente” y “Las cosas que perdimos en el fuego”, entre otros libros, explica por qué le interesa “Sobre héroes y tumbas”: “Es una especie de gótico porteño, de un romanticismo exaltado y maldito, con ese relato de terror genial e incorrecto que es ‘Informe sobre ciegos’”.

Ese relato, considera la autora, “merece mayor reconocimiento y relecturas -como las tuvo en los primeros noventa, cuando había muchos jóvenes fans de Sabato- dejando de lado un poco los prejuicios sobre su imagen y su quizás excesiva solemnidad, especialmente ensayística”.

La escritora, además, señala “ciertas contradicciones argentinas que resulta más sencillo achacarle sólo a él: sobre todo contradicciones ideológicas. La entrevista que junto a Borges y Castellani tuvo con Videla, por ejemplo, y luego el ‘Nunca más’. También simpatizó con la Libertadora y de hecho en ‘Sobre héroes…’ aparece la quema de las iglesias pero no el bombardeo a la plaza poco antes de la caída de Perón”.

Hernán Ronsino, autor de “La descomposición”, “Glaxo” y “Lumbre” cuenta: “A Sábato lo leí un poco obligado en la escuela. Y esa obligación escolar lo único que hizo fue que no pudiera disfrutar de su lectura. Pero lo que me interesa hoy, más allá de sus libros, es esa mezcla extraña que se da con Gombrowicz. Sabato escribiendo el prólogo de la edición de ‘Ferdydurke’. Esa combinación, vista desde hoy, parece una combinación curiosa, por lo menos”.

Según Ronsino “resulta difícil encontrar una continuidad o una herencia de la estética o del mundo de Sábato en la actualidad. Más bien parece que es una obra que se cierra sobre sí misma. Y se desacopla de herencias posibles. Es probable que esa cosa enigmática, cerrada sobre sí misma se vuelva, en el futuro, una obra a descubrir, como si fuera un planeta olvidado girando en la oscuridad”.

La escritora Gabriela Cabezón Cámara, autora de “La virgen cabeza”, “Le viste la cara a Dios” y “Beya” recuerda “haber tenido una lectura fascinada de ‘Sobre héroes y tumbas’ cuando adolescente. El personaje de Alejandra me resultaba irresistible tanto como ese fatalismo romántico que permeaba toda la novela, si no recuerdo mal”.

El autor de “Antes del fin”, considera la escritora, “construyó una figura de autor a la manera en que la concebía Sartre, con ese compromiso fuerte con lo más candente de la historia argentina que asumió”.

A Jorge Consiglio, autor de cuentos y novelas como “El otro lado” y “Hospital Posadas” le sucedió algo similar con la lectura de “Sobre héroes y tumbas”: “Recuerdo que la leí a los dieciocho años y me sorprendió esa estructura extraña con que construye la ficción. Fue un golpe estético importante”.

Pero, en sintonía con parte del campo literario actual, deplora de alguna manera el personaje de sus últimos años de vida: “La figura de Sabato es compleja. Por un lado, está la calidad de su ficción y de sus primeros ensayos y, por otra, todos esos libros estúpidos de su vejez, que parecen escritos por otra persona y lo destruyen como autor. Los asuntos que habían sido abordados con sutileza e intuición en sus primeros libros son degradados en la segunda etapa. Supongo que fue empujado a publicar semejantes adefesios por un tema económico”.

Télam.