Entre el lunes y viernes próximo se pondrá en marcha la nueva modalidad de votación en la Universidad Nacional de Mar del Plata. En esta primera etapa, se estarán eligiendo al mismo tiempo tres claustros en todos los niveles: Consejos Departamentales, Consejo Académico, Consejo Superior y Asamblea Universitaria. Serán 29 elecciones simultáneas en las que se calcula que habrá poco más de 60 listas y la Facultad de Humanidades tendrá el récord de presentaciones con unas 20 nóminas. En noviembre próximo, se constituirán los cuerpos colegiados para escoger decanos y vicedecanos en cada unidad académica. Y luego se realizará la asamblea universitaria con 114 integrantes, para designar rector y vicerrector, cuyo mandato comenzará el 1 de diciembre. El ganador deberá obtener la mitad más uno de los votos (58).

Este cambio obedece a la reforma de estatuto universitario aprobada por la asamblea, donde se modificó el régimen electoral de todos los claustros y se incorporó a los docentes pre-universitarios del Colegio Nacional Dr. Arturo Illia y al personal universitario. Asimismo las modificaciones implican también que en el caso de la elección del rector y el vicerrector, los asambleístas electos llegan a la asamblea electoral con mandato de sus representados en cuanto a las fórmulas a elegir. El nuevo esquema eleccionario implica que los mandatos de los votantes son inalterables.

Para la conducción de la universidad, son tres las fórmulas que ya están en carrera. El oficialismo busca continuar con la conducción de la casa de altos estudios de la mano de Alfredo Lazzeretti y Daniel Antenucci.

Un nutrido grupo de docentes, personal, e integrantes de la comunidad, pusieron en marcha a fines del año pasado el espacio Construcción Universitaria Marplatense, desde donde surgió la fórmula de Enrique Andriotti Romanín y Marta Rueda.

La tercera fórmula la integran Diego Rodríguez y Juan Garamendy, quienes se unieron bajo la propuesta Nuevo Espacio Universitario.

Será la primera vez en la historia de la casa de altos estudios que el proceso eleccionario se realice en un mismo año y unificado. De esta forma se evita estar cada año con elecciones de diferentes claustros y llegar a la instancia de la asamblea con mandatos que anticipan resultados.