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Deportes 22 de julio de 2016

El pase de Rosales, un paradigma que puede cambiar la ecuación

Por Víctor Molinero

Por Víctor Molinero

La venta de Santiago Rosales, de Aldosivi a Racing en 2.600.000 millones de dólares, se transformó en la más importante en la historia del fútbol marplatense. Sin embargo, más allá de los números impactantes y de posicionar a Aldosivi con otro cartel en futuros mercados de pases (el club portuense no se había caracterizado nunca como un club vendedor), la transferencia puede abrir caminos dentro de los límites de la ciudad. Cambiar la ecuación aquí mismo, en el corazón del fútbol marplatense.
Es que futbolísticamente, en Mar del Plata, históricamente los celos han predominado la escena. El hecho de tener que convivir más de 30 clubes de fútbol ha complicado el panorama en más de una ocasión. Y los que intentaron destacarse en más de una oportunidad fueron mirados con recelo. Al menos en los últimos años.
Probablemente, el manejo inapropiado o avasallador de esos que quisieron marcar punta les jugó en contra. O simplemente el celo del otro los complicó. Cadetes en su momento, con Juan Eduardo Esnaider encabezando un proyecto infanto juvenil ambicioso, lo padeció.
Y también Aldosivi a partir del Proyección Juvenil que lanzó Alberto Valastro y que profundizó la gestión de José Moscuzza.
En el caso de Aldosivi vale aclarar que, a lo largo de su historia, a veces el club portuense eligió darle la espalda a la ciudad para enfocar todos sus cañones a la zona que le dio su origen. Una suerte de autoaislamiento. Eso ha cambiado y, desde la llegada del equipo a Primera División, el club definitivamente se abrió a la ciudad.
Pero todavía persisten aquellos que lo miran de reojo. De hecho no hace mucho tiempo atrás, la dirigencia de un club importante le comunicó a sus pares aldosivistas que ellos preferían llevar sus jugadores a Lanús o Estudiantes que cedérselos a Aldosivi.
Sin hacer foco quizás en el eje de la cuestión que no es ni más ni menos que el chico que, en plena preadolescencia, deja su hogar y la contención familiar para irse a vivir a una pensión en Buenos Aires.
Así es como muchas veces, mirando partidos por televisión, nos “desayunamos” con que “fulanito”, que debuta en un club grande, es marplatense y que llegó a los 12 años allí.
Claro que la mayoría no aguanta el sacrificio que significa vivir en una pensión (sólo un puñado en condiciones aptas para el crecimiento de un pibe de esa edad) y pega la vuelta enseguida.
Aldosivi, desde que incorporó sus divisiones inferiores a los campeonatos de AFA, surgió como una alternativa interesante para terminar con esa temprana migración de jovenes futbolistas. Porque sus categorías se miden semana a semana con los mejores de su edad en los campeonatos de cuarta a novena división. Ya es normal que al Salvador Tatore Vuoso vengan Boca, River, Independiente, Racing o San Lorenzo. Y que los chicos del proyecto que coordina Carlos Orsi se presenten en los predios de los grandes.
De hecho el año pasado, por primera vez en la historia, Aldosivi clasificó a la zona Campeonato y prolongó su contacto con los mejores a lo largo de todo el 2015.
Alguna vez Orsi nos comentó su ambicioso proyecto de incluir en los torneos de AFA a las categorías más chicas, lo que significaría elevar el presupuesto del club en inferiores considerablemente.
Esta venta de Rosales, la condición de vendible de otro jugador del club como Jonatan Galván, la aparición del pibe Nahuel Pájaro o la del arquerito Luis Ingolotti recientemente subido a Primera División surgen como una devolución para tanto sacrificio. Un aliciente para seguir invirtiendo en los pibes.
Y también el caso Rosales puede abrir los ojos de otros clubes y de padres, que muchas veces pensaron que Aldosivi no estaba en condiciones de poder vender un jugador.
Hoy Independiente, club que en su momento cedió el pase de Rosales a Aldosivi, se relame por la suma que recibirá por el traspaso del jugador a Racing. Más de 300 mil dólares irán para el club de la calle San Juan, que ya piensa en tapar deudas e invertir en una sede que en dos ocasiones fue castigada por fuertes tormentas.
Todo a partir del convenio que se firma en el momento de la cesión, que incluye pagos en efectivo a medida que el chico va progresando en Aldosivi y un porcentaje ante una posible venta (10% si es al exterior y 20% si es dentro del país).
Esos convenios, que generalmente gestiona un incansable trabajador del club (que estuvo bajo todas las presidencias) como Christian Pérez, han mejorado en sus condiciones en el último tiempo, buscando seducir al otro club. Y también ponerle fin al “robo” de jugadores, situación que otros denunciaron durante años de aquellos como Cadetes o Aldosivi que se animaron a más.
Por eso esta venta de Rosales puede abrir ojos, aunar esfuerzos. Aldosivi se verá potenciado futbolísticamente en sus inferiores, otros clubes pueden salir beneficiados si ese jugador es vendido en un futuro y, fundamentalmente, el chico podrá crecer con la contención de su familia. Algo que no debería ser un detalle menor.



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