Con la tradicional procesión de San Salvador, la Fiesta Nacional de los Pescadores tuvo este domingo su ceremonia de cierre. El recuerdo permanente y los pedidos de oración para los desaparecidos en el mar, sobre todo los del submarino ARA San Juan y del buque pesquero el Repunte, estuvo presente en todos los días que duró la fiesta y, por supuesto, en la ceremonia de cierre.

Luego de una colorida procesión por las calles del puerto, con la imagen de San Salvador, patrono de los pescadores, y la presencia del Obispo Gabriel Mestre, se depositó una ofrenda floral en el Monumento al Pescador.

Luego fue el turno de la procesión náutica por las aguas del puerto. La embarcación Libertad fue la encargada de encabezar la procesión con la presencia del Obispo y la imágen de San Salvador.

Como es habitual, se hizo un recorrido por las aguas del puerto con un clima de celebración y también de profundo respeto por las víctimas que se cobró el mar. De hecho, familiares de los tripulantes de El Repunte vivieron con mucha emoción la recorrida a bordo de la lancha y reiteraron su reclamo por “Ningún hundimiento más”.

En el momento de la bendición, el Obispo hizo hincapié en los desaparecidos del mar ya que “son muchos los hombres que fueron a trabajar para llevar el pan a sus hogares y no regresaron”.

Las oraciones le dieron lugar al arrojo de las ofrendas florales y llegó el momento de emprender la vuelta.

La procesión hizo una parada especial frente a la Base Naval donde se homenajeó a los tripulantes del ARA San Juan. Allí, el Obispo imploró por “los tripulantes y sus familiares” y pidió que Jesús les de “el don de la fe con equlibrio entre esperanza y realidad”. “Creemos en los milagros, pero somos profundamente realistas”, señaló.
Con 44 campanazos ante un silencio profundo y un aplauso cerrado, concluyó el homenaje y las embarcaciones regresaron a su punto de partida.

En la procesión náutica participaron la Reina de los Pescadores, Samanta Berenice Brandimarti, y las dos princesas, Nayla Lucila Guzmán y María Alejandra Maidana, elegidas por la comunidad portuaria el 10 de enero, durante la apertura de la Fiesta Nacional.
También estuvieron el presidente de la Sociedad de Patrones Pescadores, Luis Ignoto, y el flamante jefe de la Prefectura Naval en la ciudad, Raúl Rodríguez.

Balance positivo

El presidente de la Sociedad de Patrones Pescadores, Luis Ignoto, aseguró que el balance de la fiesta es “positivo”.
“No hemos tenido inconvenientes importantes, la gente se fue muy contenta. Tuvimos mucho público en general marplatense y mucho turismo también”, señaló ante LA CAPITAL.
Ignoto también se refirió a las últimas tragedias que hubo en el mar y resaltó que “para nosotros es un tema muy difícil”.

“Fue un año complicado, hemos tenido hechos de relevancia y se han perdido muchas vidas. Parte de esta fiesta es reivindicar una historia de trabajo y de fe, y lo más importante es recordar a los pescadores que salieron de la escollera y lamentablemente no pudieron volver. Para nosotros, San Salvador siginifica esperanza, amor y misericordia”, consideró.

Misa y reconocimientos

La clausura de la XXXVI Fiesta Nacional de los Pescadores, comenzó más temprano con la Solemne Misa Cantada que llevó adelante el sacerdote, Miguel Cacciutto, en la parroquia Sagrada Familia.
El padre Miguel agradeció la presencia de todos los fieles que se acercaron y oró por los pescadores fallecidos en el mar: “Nos rendimos a los pies de San Salvador, porque en él encontramos la fortaleza. Le damos gracias a quienes forjaron este puerto con el sudor de su frente. Y no podemos dejar de tener presente a todos los pescadores que no pudieron regresar a sus hogares, en especial en los últimos naufragios”.

Durante la misa, se entregaron los reconocimientos “San Salvador”. En este caso fueron para Prefectura Naval Argentina, que posee una tradición histórica y cuyo accionar acompaña a esta ciudad desde hace 156 años.
Por otra parte, se entregó una distinción a la Asociación Civil Super Tenedores, una institución fundada en el año 2001 con el objetivo de ayudar a los más desprotegidos.