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Deportes 22 de enero de 2018

Estrellas

por Vito Amalfitano
@vitomundial

Resplandecieron los fuegos artificiales y sobre todo los flashes de los teléfonos en las fotos que surgieron desde las tribunas. Hoy el orgullo de “pertenecer” está en la imagen, en la selfie o en la panorámica. Demostrar la presencia en un Boca – River, River – Boca, con los colores bien repartidos, con el Minella exactamente dividido en dos, con ambas hinchadas, da para vanagloriarse.

Las estrellas resplandecieron en las tribunas y una estrella, por sobre todas, acaparó todas las miradas. Entró Juan Román Riquelme a la mítica confitería del estadio, y se detuvo todo. En 50 años de Fútbol de Verano pocas figuras generaron tanta atracción en la antesala, y mucho menos se encontrarán antecedentes de una estrella que se saque tantas fotos con las personalidades y los aficionados.

La estrella resplandeció afuera, y generó nostalgia adentro. Al fútbol le falta un Riquelme. Y mucho más lo sufre Boca. Que con un Carlos Tevez faltó de potencia, de explosión y de condición física y futbolística, no tuvo usina de juego. También le faltó referencia de área. Entraron demasiado tarde Wanchope y Gonzalo Maroni. Boca, acaso, fue Nahitán Nandéz contra todos. Una lucha desigual.

Y fue así, se luchó más de lo que se jugó. Pero en ese contexto River mostró más fluidez. Y en la primera jugada en la que se vieron dos pases seguidos, Santos Borré llegó al gol tras pared con Scocco. En esa acción recrudecieron problemas de Boca en el verano, que ya se habían visto ante Aldosivi, una gran brecha en el retroceso cada vez que pierde la pelota un jugador propio en el medio, y un nuevo cierre fallido del arquero Agustín Rossi.

Los intentos de Gonzalo Martínez, en el segundo tiempo, fue de lo poco que agregó el equipo de Gallardo. Pero Boca no añadió nada. No ejerció reacción ni en el juego ni en la actitud. Y entonces ganó la nostalgia. El fútbol extraña al que se robó todas las miradas afuera. River disimuló esa “morriña” con un triunfo que celebró mucho ante el clásico rival.