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Cultura 19 de septiembre de 2017

Guinnas

por Odda Schumann

Nacido y muerto. Número sesenta y cuatro. Pasar la mitad y no tener derecho… Vamos por la ciento veintidós. Esta vez sí que se extendió. Ahora todos dividimos tareas, pero también hay más por hacer. El hogón nos tiene vigilados, y cuando duerme nos ata. Pronto va a morir, como todos. Pero él va a desaparecer antes de lo previsto. Todos queremos eso. Padre no lo permite, pero yo soñé el mundo exterior. Hay cables e imágenes, toda una vida. Y el hogón es el karma. Hay que matar a la célula (informante, agregaría si se tratara de una película norteamericana; porque sé de esas cosas). Esta tarde, padre y hogón van a reunirse en la Toguna. Eso es ilegal. Hogón no puede dejar su casa.

Pero padre es vivo. Recibe granos por engordar el número de su familia (por eso tiene siete esposas y a todos nosotros). No conozco a casi nadie de la Guinna, por eso me llevo a un par conmigo. El resto se está deshidratando, pronto van a morir. Pero la reunión es peligrosa. Esta noche le toca a mujer II, y cuando visite al hogón voy a envenenarlo. Hay que ultimar detalles. Matar a padre primero, envenenar al hogón y huir. Salgo con mujer II, VI, XVII y XXIV. El resto tiene miedo. Mujeres y yo nos vamos a la frontera, cruzamos a Guinea y de ahí quién sabe.

¿Morir? siempre es una opción. Ya estamos muertos. Como todos. Nadie sabe de esto. El pueblo está loco. Mutilan a hombres y mujeres. Extirpan deseos. Van por número. Ya pasó la cuarenta y nueve. Falta poco. Padre y hogón acuerdan eso. Bueno, eso creemos. Ahora nos vamos, quizá mañana. Luego de que muera el hogón tenemos seis meses antes de que pongan a otro. Padre se reemplaza rápido.

Ese era el plan. Pero mujer XVII se arrepintió y ahora me van a colgar del árbol. El plan cayó, mujeres II, VI y XXIV se desentendieron y las van a encarcelar igual. Mi cuerpo se lo van a comer los cuervos. Luego van a caer los huesos. Pero yo voy a seguir acá. Como dicen, los espíritus malos. Dogon siempre vuelve. Y cuando vuelva iré a la misma Guinna, pero como mujer. Quizá con el número ciento noventa y dos. Y llegado el momento voy a querer escaparme, pero me voy a arrepentir y me van a atar. Luego voy a morir. Así es el ciclo acá. Nunca se puede escapar de la Guinna.

(*): www.paramatarlapoesia.com