Un grupo de delincuentes trató de asaltar anoche una panadería ubicada en Cerrito al 3000. El intento se vio frustrado gracias a que la puerta de acceso se encontraba cerrada, lo que permitió que la dueña dispusiera de algunos minutos para llamar a la policía.

El hecho ocurrió en el mismo local donde hace 15 días el panadero Bernardo Salazar fue baleado durante un asalto. “Yo salí durante 15 minutos para recibir una curación en la salita de salud y cuando me vieron irme del negocio intentaron entrar para robar mientras estaba mi hermana”, explicó esta mañana el comerciante en LU6, en diálogo con María Delia Sebastiani.

Salazar, quien se recupera de las heridas sufridas el pasado 13 de junio, expresó su desasosiego por la situación que se vive en el barrio. “Los delincuentes hacen lo que se le da la gana. Es imposible tener algo y trabajar para mantener a la familia, porque nadie hace nada”, lamentó.

“Los pibes pasan con pistolas, revólveres, escopetas, como si caminaran por la Peatonal San Martín”, contó.

El nuevo ataque sufrido anoche en el comercio se vio frustrado ante la rápida respuesta de la policía. “Llegaron en dos minutos”, dijo.

Esta vez el hecho tuvo un desenlace más afortunado que el pasado 13 de junio. Ese día Salazar recibió dos disparos cuando acababa de abrir el negocio, a las 8 de la mañana, por lo que debió ser internado en el Hospital Interzonal General de Agudos.

En esa oportunidad un hombre ingresó al local con un arma de fuego, efectuó tres disparos, sustrajo 200 pesos y se dio a la fuga.

“Ayer quisieron entrar a la panadería. Estaba mi hermana porque yo fui hasta la salita para que me curen. Habré tardado 15 minutos. Cuando volví ya estaban todos los patrulleros, había un despliegue terrible. Gracias a Dios la policía llegó en dos segundos”, contó.

Sin embargo Salazar aclaró que esa no suele ser la norma. Aseguró que la presencia policial en el barrio es escasa y que todos los días los vecinos son víctimas de la delincuencia y de la violencia. “La gente no puede salir a la calle porque les roban todo, y encima, después lo publican en Facebook. Muestran la cara, muestran lo que robaron. Así es como vivimos acá”, afirmó.

Salazar, quien contó que con los comerciantes de la zona están tratando de organizarse, reclamó presencia policial en la zona para erradicar a los grupos de jóvenes que se reúnen en las esquinas “de la noche a la mañana” y atemorizan a los vecinos.

“Los pibes se le ríen a la policía porque no los pueden ni tocar. Cuando un policía para, lo insultan, le rompen el patrullero y si los detienen siempre está la familia para romperle toda la casa”, dijo.

“¿Por qué el intendente no pone más gente y cuidado para los que pagamos los impuestos?. Los ciudadanos sólo somos maquinitas para poner dinero, para que el intendente pueda facturar”, sostuvo.