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La Ciudad 8 de noviembre de 2016

Montero contó que pidió un crédito para inhumar a su hija

Por las cicunstancias de la muerte de su hija, la mamá de Lucía Pérez había pedido que su cuerpo fuera depositado en un lugar seguro. El intendente había prometido ocuparse del tema. Sin respuesta, pidió un crédito en el banco para llevarla a un cementerio privado.

Los padres de Lucía, la adolescente brutalmente asesinada en Mar del Plata, durante la marcha que se replicó en toda la Argentina y en otros países.

Lucía Pérez falleció el 8 de octubre. Sus restos recién pudieron ser inhumados en un cementerio privado a fines de la semana pasada, cuando su madre, Marta Montero, se cansó de esperar que el intendente Carlos Arroyo cumpliera con su promesa de proveerle un lugar seguro para ubicar el cuerpo.

Ante la falta de novedades tras una reunión en la que el jefe comunal se había comprometido a ocuparse del tema, el 1 de noviembre Montero decidió ir junto a su hijo a un banco, pedir un crédito y contratar un nicho. Así le puso fin a la dolorosa situación de saber que el cuerpo de su hija continuaba en un depósito.

Este martes la mujer volvió a realizar declaraciones públicas para denunciar al secretario de Gobierno por haberla agredido físicamente y contar lo que padeció durante los días durante los cuales esperó que el intendente cumpliera con su compromiso.

Según explicó, su deseo de que el cuerpo de Lucía fuera llevado a un lugar seguro obedecía a las circunstancias en las que se produjo su muerte. Y así se lo hizo saber a Arroyo el pasado 14 de octubre, cuando habló con él en su despacho.

Montero dijo que en ese momento le contó al jefe comunal que quería que su hija “descansara en paz” y que para eso era importante que su cuerpo fuera resguardado.

“Yo desconfío porque su muerte no fue natural, no ocurrió en una circunstancia normal. Si estas personas que la mataron hicieron lo que hicieron temo que a su cuerpo le pueda pasar cualquier cosa”, explicó.

La mujer dijo que el intendente comprendió su postura y que entonces se comprometió brindarle un nicho o una bóveda en un sector seguro del cementerio.

Contó que en esa reunion estaban el secretario de Gobierno, Alejandro Vicente; el director general Walter Alló; la secretaria de Desarrollo Social, Vilma Baragiola; el hijo del intendente, el concejal Guillermo Arroyo y el jefe de la Policía Local, Fernando  Telpuk.

“Todas esas personas escucharon lo que él dijo que fue que él, personalmente, se iba a ocupar de darle un nicho a mi hija. En esa reunión yo expresé lo que quería, por qué lo quería y Arroyo me dijo que él personalmente lo iba a solucionar”, recordó Montero.

Pero desde entonces, la mujer reclamó una y otra vez una respuesta, sin que hubiera novedades.

Para ese entonces ya había depositado 2500 pesos para hacer uso de las instalaciones del cementerio, en aquél lugar donde el intendente dispusiera.

“El domingo 30 estábamos solitos con mi marido en casa y yo quería llevarle una flor a Lucía y pensaba que todavía seguía en el depósito. Yo no lo soportaba más así que fui a un lugar privado, averigué lo que me iba costar y al otro día me fui al banco y pedí un crédito”, contó la mujer.

Al día siguiente, finalmente, el cuerpo de su hija fue trasladado hasta un lugar definitivo.

“Para la foto y para prometer están todos estos personajes, pero nadie cumplió nada”, dijo.

Montero contó que el viernes resolvió ir a la Municipalidad a reclamar la devolución de los 2500 pesos que ya había pagado en el municipio, ya que no utilizaría las instalaciones del cementerio público. Y denunció que fue en esas circunstancias en las que, en medio de una discusión con el secretario de Gobierno, Alejandro Vicente, este la tomó por los hombros y la empujó.

Después de ese incidente se reunió primero con la secretaria de Desarrollo Social, Vilma Baragiola y después con el intendente Carlos Arroyo en su despacho. “Fueron 10 minutos, durante los cuales me devolvieron los 2500 pesos”, explicó.

Montero dijo que entonces le contó al intendente lo que acababa de sucederle con Vicente y que no obtuvo respuesta. “Me dio la mano, me abrazó y se puso a llorar sobre mi hombro”, contó. La mamá de Lucía explicó que se apartó y se fue. “Hubo falsedad y doble discurso. Perdí a una hija de la manera más cruel ¿y yo lo tengo que consolar a él?”, se preguntó.