MIRAMAR (Corresponsal).- Dentro de las obras viales anunciadas por la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, fue incluida la reparación del acceso a Mechongué, algo que se convirtió en una noticia por demás esperada para los vecinos de esa localidad del Partido de General Alvarado.

Según pudo averiguar LA CAPITAL, en unos 45 días tras el proceso de licitación pública, se firmará el contrato con la empresa responsable del proyecto y los trabajos comenzarán en agosto.

Incluirán la rehabilitación y conservación de calzada, el fresado de la carpeta asfáltica existente, riego de liga junto a bacheos superficial y profundo.

La novedad fue ratificada durante las últimas horas por funcionarios municipales de distintos espacios políticos ya que en primera instancia, el bloque de concejales de Cambiemos con el apoyo del diputado bonaerense, Maximiliano Abad, mantuvo reuniones en primera instancia con el vicegobernador, Daniel Salvador, donde le manifestaron su preocupación por el estado del camino.

Asimismo, fue anexado un petitorio con la firma de “las fuerzas vivas” de la localidad quienes aconsejados de los ediles acompañaron el reclamo tan beneficioso para toda la región.

Luego, el intendente Germán Di Cesare fue quien continuó las gestiones ante el Ministerio de Infraestructura las cuales tuvieron la respuesta esperada, demostrando de esta manera una madurez política desde ambos sectores para responder a las necesidades de los vecinos.

El acceso a Mechongué cuenta con 16 kilómetros y pese a algunos trabajos de bacheo esporádicos se encuentra en la actualidad prácticamente intransitable con un avanzado deterioro los últimos años. Esto lo transformó en una vía muy peligrosa, donde por ejemplo, el pasado 6 de abril se produjo un accidente frontal que derivó en el fallecimiento de una persona mayor.

Diariamente se trasladan por allí vehículos particulares, camiones y demás maquinaria agrícola, especialmente por cuestiones laborales propias de una zona agropecuaria.

Al ser una ruta declarada alternativa y sin numeración dentro del territorio bonaerense fue prácticamente abandonada los últimos 20 años. A los enormes pozos, se le suma la falta de señalización tanto vertical como horizontal.