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Arte y Espectáculos 19 de agosto de 2017

“La señorita Julia” llega al Auditorium con dirección de Cristina Banegas

Belén Blanco, Diego Echegoyen y Susana Brussa son los protagonistas de la historia escrita por August Strindberg. Subirá a escena esta noche en la sala Astor Piazzolla.

La obra “La señorita Julia“, de August Strindberg, subirá a escena hoy a las 21,30 en la sala Astor Piazzolla del Teatro Auditorium. Con las actuaciones de Belén Blanco, Diego Echegoyen y Susana Brussa, la obra tiene dirección de Cristina Banegas. Y al finalizar la función, directora y elenco dialogarán con el público.

Se trata de una pieza que reflexiona sobre las relaciones de poder, las políticas sobre la sexualidad, los vínculos sociales, las condiciones y las posiciones de clase.

Escrita en 1888, en pleno auge del naturalismo, Strindberg subtituló a su obra “tragedia naturalista”, denominación inventada por él mismo que en sí reúne términos opuestos, dado que en la tragedia aparece la arbitrariedad, algo que no está en consonancia con la organicidad del orden de lo natural.

“El personaje de Julia es muy hermoso en el sentido de que tiene muchas capas, te da posibilidad de trabajar en muchas cosas y siempre es inesperado. Está lleno de llaves, va abriendo y descubrís, interpretándolo, que le pasaban más cosas aún”, indicó Belén Blanco.

Al definirlo, sostuvo que “Julia no es una mujer que acate el lugar sumiso. Es la hija de un conde, no es sometida sino independiente, tiene seguridad sobre los hombres, pero la terminan llevando al lugar que para la sociedad tiene que tener la mujer, que es la sumisión y la muerte”.

Y al respecto valoró la posibilidad de hacerlo “no solo por mi sino porque me interesa hablar de este tema hoy”.

Haciendo referencia a otra de las capas de la obra, “la lucha entre clases”. “Por eso también es muy vigente el texto, porque todavía está tan marcado el tema de las clases. Estamos tan heridos socialmente. Dependiendo de donde nos ubicamos, somos más o menos heridos pero creo que es una sociedad muy fragmentada y esa lucha y la discriminación la vivimos permanentemente. No se si es inherente al ser humamo pero nos hace muy involucionados en ese sentido”, agregó a LA CAPITAL.

Desafiando al tiempo, “La señorita Julia” fue infinitamente adaptada para teatro, versionada para convertirse en ópera y en miniserie de televisión, años después de haber llegado a la pantalla grande. Curiosamente, la primera de las adaptaciones cinematográficas realizadas fue argentina. Se llamó El pecado de Julia y fue estrenada en 1947 con dirección de Mario Soffici y actuaciones de Amelia Bence y Alberto Closas. Esta puesta se trata de una adaptación de Alberto Ure y José Tcherkaski.

La acción de la pieza comienza en pleno festejo de la Noche de San Juan, celebración que marca el inicio del verano, una de las más importantes de Suecia aún en la actualidad. La cocina es el lugar donde transcurre el encuentro entre Julia, hija de un conde, y Juan, el mayordomo de la casa y prometido de Cristina, la cocinera.

Envalentonada por la bebida y por el fragor del baile, Julia propicia un encuentro amoroso con Juan. A partir de allí se desata una serie de entredichos que progresivamente revelan la magnitud del conflicto que acaba de desatarse entre ellos: Julia pertenece a un rango social superior a Juan pero se encuentra en el lugar de la subordinación por su condición femenina. Su padre, en cambio, concentra tal poder en la casa que su presencia infunde respeto. Aunque de él sólo estén sus botas en un rincón esperando a ser lustradas.



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