(*) Patricio Guillermo Carlos es titular de Mardelibros. Nació en 1981, se crió en La Plata y vive en Mar del Plata desde hace tres años y medio. Estudió la Licenciatura en Comunicación Social en la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP y actualmente estudia la Tecnicatura Universitaria en Gestión Cultural en la Facultad de Arquitectura. Integró el Consejo Municipal de Cultura entre mayo de 2013 y noviembre de 2014. Actualmente es miembro de la Comisión de Cultura de la Fundación Consejo de Planificación Técnica.

1) ¿Qué error le molesta más advertir en un texto literario? ¿Cuál es el último que halló en el libro que está leyendo o que acaba de leer?
-Me resultan molestos los errores de impresión, que pueden ser desde faltas de ortografía hasta páginas faltantes, en blanco o repetidas. También, si bien no se trata de un error necesariamente, me molesta mucho encontrarme con un libro intonso, es decir, con los pliegos que componen cada página “sin cortar las barbas”, como se suele decir, sin cortar los bordes unidos de las páginas, lo cual debe ir haciendo el propio lector a medida que avanza en la lectura. Esto era común antiguamente cuando se usaba el proceso artesanal de impresión. Para algunos, sin embargo, encontrar un libro con sus pliegos unidos es de gran valor.

2) ¿Qué situación de su vida cotidiana encontró reflejada con sorpresiva exactitud en un libro, una película, una canción o cualquier otra obra de arte?
-Me identifiqué con el personaje de Jay Gatsby en “El gran Gatsby”, de Scott Fitzgerald, que creo sintetiza una búsqueda personal, que finalmente termina en nada pero es muy interesante. Es parecido a otro personaje, Emmet Monsen (“Hermosos y malditos”), también de Scott Fitzgerald, cuya búsqueda termina un poco mejor que la de Gatsby. Ese tipo de personaje, no obstante, es un clásico de la literatura y el cine, en formas más o menos acabadas. Se repite porque, creo, todos estamos de alguna manera en esa búsqueda de algo…

3) ¿De qué lugar, personaje común o circunstancia en general que ofrece Mar del Plata se apropiaría para incorporarlo como pasaje central de alguna de sus obras?
-Pedro Luro sería un personaje interesante para escribir algo: un vasco inmigrante que cruzó el océano de muy joven y terminó siendo el impulsor de una ciudad que no era la suya, en una tierra que no era la suya, siempre con el anhelo de volver al lugar donde nació, que logró en sus últimos cuatro años de vida… También el verano de 1948, que Eva Perón pasó supuestamente en Mar del Plata, en la Villa Aluminé del Dr. José Arce, sería una buena circunstancia para inspirar unas líneas…

4) ¿Cuál es el mejor diálogo que recuerda entre dos personajes de ficción?
-Recuerdo de “El Conde de Montecristo” un diálogo entre el protagonista Edmond Dantès y el Abbé Faria, encarcelados en el Château D’If:
Abbé Faria: –A cambio de tu ayuda, te ofrezco algo invaluable.
Edmond Dantès: –¿Mi libertad?
Abbé Faria: –Nos pueden quitar la libertad, como tú ya sabes. Te ofrezco el conocimiento. Todo lo que he aprendido.

5) Si le permitieran ingresar en una ficción y ayudar a un personaje, ¿cuál sería y qué haría?
-Me metería seguramente en alguna novela de Tarzán y sería una especie de ayudante suyo contra esos colonizadores y cazadores furtivos a los que hacía frente en sus aventuras. O tal vez en alguna novela de James Bond, sería un contacto en alguna de esas viejas ciudades europeas como Praga o Budapest, que tan bien se prestan para las situaciones de espionaje internacional.

6) ¿Recuerda haber robado un libro alguna vez? ¿Cuál o cuáles?
-Sí, recuerdo haber tomado prestado en forma permanente “Los cazadores de focas de la bahía de Baffin” de Emilio Salgari. Y también recuerdo haber tomado indebidamente los libros “Yolanda, la hija del corsario negro” y “El continente misterioso”, ambos también de Salgari. Tengo alguna fijación con robar libros de Salgari…

7) Un extraño hongo se esparce por su biblioteca y consume de manera irrefrenable los libros. Solo dispone de unos segundos para actuar y salvar a tres de ellos. Lo que usted hace para ganar tiempo es arrojar a la voracidad del hongo a otros tres libros. ¿Cuáles serían los sacrificados y cuáles los salvados?
-Salvaría: “Quo vadis?” de Henryk Sienkiewicz, “El Conde de Montecristo” de Alexandre Dumas y “El hombre que ríe” de Víctor Hugo. Y arrojaría “El alquimista” de Paulo Coelho, “Muchas vidas, muchos maestros” de Brian Weiss y la sección de autoayuda completa…

8) Se le concede la extraordinaria excepción de hacerle una única pregunta a uno de sus tantos escritores predilectos. ¿Qué le preguntaría?
-Le preguntaría a José Hernández qué expectativas tenía cuando empezó a escribir “Martín Fierro”. No creo que haya imaginado que esa obra trascendería tanto…