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Opinión 18 de abril de 2017

Las aguas siguen bajando turbias

por Gerardo Gómez Muñoz

Dios que ofició de copiloto de los pobres, como siempre, y los militantes de diversos partidos políticos -excluidos cuidadosamente los del gobierno de “Cambiemos” que ni se mostraron- fueron los que posibilitaron que no hubiese víctimas humanas en las inundaciones recientes. No fue como afirmó el presuntuoso intendente Carlos Arroyo -víctima lastimera de la imprevisión- “que gracias a nuestro trabajo no hubo víctimas”.

Felizmente, como ya fue reflejado en estas y otras páginas, la gobernadora tuvo la exacta visión del desamparo cuando el martes llegó al centro de asistencia de Fortunato de la Plaza.

Una de las virtuosas vecinas que asistía a los inundados contestó sin anestesia, con repetidos “no” cuando María Eugenia Vidal preguntó si había venido gente del gobierno y si trajeron víveres y otros elementos.

Pero la gobernadora preguntaba con energía y agudeza como sabiendo lo que pasaba y como si tratara de poner en evidencia que conocía las mentiras de Arroyo.

Vidal se cuidó de que nadie del elenco local, incluyendo al orondo jefe comunal apareciese para interponerse en las fotos entre ella y la gente. De inmediato le ordenó a su ministro de Desarrollo Social el alquiler de galpones y el traslado de gente desde La Plata para hacerse cargo del reparto de elementos.

Y dirigiéndose al ministro de Gobierno Joaquín de la Torre, le dijo: “Joaquín, te pido que por favor te quedes en Mar del Plata durante la Semana Santa y manejes todo esto”.

El admirador de Rommel que esta vez no tuvo tácticas, estrategias ni la más remota idea de que se deben prevenir problemas, sobre todo si son preanunciados por los servicios meteorológicos.

Eso fue lo más grave: todo Mar del Plata leía, escuchaba y veía tele con los preanuncios de la gravedad de lo que se venía. Arroyo le echaba la culpa al periodismo, a los enemigos del turismo marplatense y a la “sinarquía internacional”.

El activo Joaco

El compromiso exigido por María Eugenia no le dejaba escape pero el ministro de Gobierno lo cumplió a carta cabal para que la responsabilidad asumida de que “no le falte a nadie, sin excepciones la atención de las necesidades de este momento”, sea una realidad.

Las cosas ya informadas a la mandataria, a lo mejor expliquen de ahora el poco afecto que le tiene nuestro funambulesco jefe comunal. Se lo vio con los concejales Lucas Fiorini, éste de su riñón político y con la radical Cristina Coria, recorrer zonas afectadas buscando el testimonio directo de afectados. También dedicó tiempo a encuentros políticos con jóvenes de “diversos palos” partidarios, pero dentro del espacio oficialista. Así fue el asadito en un quincho de Güemes y la costa donde se vio a Emiliano Mensor, Florencia Ranelucci, José Niro, Cecilia Rodríguez y otros hasta una docena más.

Antes hubo otro encuentro con funcionarios y también, cerrando un sábado exhaustivo en la sede Crear, de Córdoba y Castelli con un centenar de jóvenes liderados por Fiorini, Alejandro Carranzio y Martín Abonjo, entre otros.

No dejó de llamar la atención cómo De la Torre se preocupó de que en la mayoría de sus actividades y gestiones de estos días, lo acompañase el concejal Fiorini, hombre con el que le une no sólo una estrecha pertenencia política desde épocas del PJ y del FR sino de estima personal.

Otro toque de atención

Desde la madrugada comenzaron los dirigentes y militantes políticos, especialmente los de las diversas agrupaciones peronistas, de la izquierda, de Acción Marplatense, del Cefil de Sioli-Manino y del Frente Renovador a movilizarse para asistir y en muchos casos para poner a salvo a pobladores de barrios arrasados por las aguas.

Muchos de ellos, casi todos, también se movilizaron con los maestros, en los paros, en los reclamos por el ajuste y los tarifazos. Pero en ningún caso se vio a militantes de la UCR, del Pro, de Lilita y del Momo Venegas y a los cruzados del uno de abril.

Eso sí: al promediar la mañana del sábado, desayunando y hablando de las rosas con vistas al logro de bancas, posesiones y otros premios de la política estaban Maxi Abad, Mario Rodríguez, Vilma Baragiola, Tato Serebrinsky, Luis Ignoto, hombre de mar y los campos bendecidos por la protección de FE, el partido de Venegas y Castello de Lilita y hasta Emiliano Giri que decía representar al PRO.

También estaban el senador Carlos Fernández y el vicegobernador Daniel Salvador. Luego del mediodía asistirían a una reunión de unos cien concejales partidarios.

Es como para preguntarse si todos los dirigentes que antes inculcaban el fervor militante y la presencia al lado de los necesitados ya se olvidaron de todo lo aprendido, si no vale la pena enseñarse lo básico: que la política es ponerse al servicio de los que necesitan la asistencia. Y si cabe quejarse cuando hoy todo parece limitarse a servirse de ella para mejorar la “suerte personal”.

Lo visto en estos fue así de claro. Los que están cerca del gobierno, ni asomaron las narices. Tal vez aprendieron del intendente Arroyo y casi todo el escuadrón de funcionarios políticos…

Contra “el manijazo”

Singular bronca ha despertado en gran parte del peronismo local la irrupción con declaraciones periodísticas de Maximo Kirchner expresando que el Frente de la Victoria debe ser la representación partidaria en las próximas elecciones y estableció que Fernanda Raverta debe ser la figura a proyectar.

No hay expresiones contra la joven y destacada dirigente de rápida proyección en los últimos tiempos, sino la manera en que irrumpe Máximo en el siempre difícil e inestable escenario peronista marplatense.

Se habla de “operación de prensa” o de “manijazo”, término que ha calado más entre los quejosos. Al mismo tiempo le niegan entidad al hijo de la ex presidenta para irrumpir “con ínfulas de influyente y comprometido con el destino peronista de los marplatenses”.

La presencia de Daniel Sosa de ascendente participación junto a sectores y agrupaciones que últimamente tienden a buscar confluencias, impidió que la bronca se torne en posiciones políticas más contestatarias.

El punto de acuerdo para arrancar sería una declaración del “Movimiento Mar del Plata Puerto, Región”. Allí se rechazaría en forma tajante “la irrespetuosa aparición de una figura por más hijo de la ex presidenta Cristina que sea, tratando de apuntar con el dedo quiénes deben ser nuestra representación partidaria como peronistas marplatenses.”.

Dicen que más grave es este atrevimiento “cuando estamos tratando de lograr un camino común, en medio de encuentros, conversaciones y debates”.

Hay otros y de los más conocidos y veteranos que están aún más calientes, pero aguardan algunas consultas para ver qué rumbos toman.

Otros tratan de tomar contactos con Daniel Scioli para escuchar esa campana. Los beneficiados optan por el silencio como reconociendo culpabilidad, igual que el perro que volcó la olla.