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El Mundo 16 de enero de 2018

Las citas literarias del Papa en su visita a Chile

Desde García Márquez a los chilenos Gabriela Mistral y Pablo Neruda, pasando por Jorge Luis Borges, el papa Francisco cito a escritores latinoamericanos.

En sus primeros dos discursos en Chile, el papa Francisco citó hoy a los escritores chilenos Gabriela Mistral y Pablo Neruda, a los que sumó a una larga lista de narradores latinoamericanos que mencionó en público en los últimos meses, entre ellos el argentino Jorge Luis Borges y el colombiano Gabriel García Márquez.

“En usted quiero saludar y abrazar al pueblo chileno desde el extremo norte de la región de Arica y Parinacota hasta el archipiélago sur ‘y a su desenfreno de penínsulas y canales'”, saludó Francisco a la presidenta chilena, Michelle Bachelet, en el Palacio de la Moneda, con lo que parafraseó a los “Elogios de la tierra de Chile” de Mistral, premio nobel de Literatura en 1945.

“El alma de la chilenía es vocación a ser, esa terca voluntad de existir”, volvió a citar a la también diplomática y rostro del billete chileno de 5.000 pesos al terminar su discurso en La Moneda, que además escuchó Sebastián Piñera, quien sucederá a Bacehlet en la jefatura del estado.

Apenas dos horas después, fue el turno de “El habitante y su esperanza”, del poeta Pablo Neruda, al que se refirió Francisco durante su homilía en la multitudinaria misa en el Parque O’Higgins de la capital chilena.

“Las bienaventuranzas nacen del corazón misericordioso que no se cansa de esperar. Y experimenta que la ‘esperanza es el nuevo día, la extirpación de una inmovilidad, el sacudimiento de una postración negativa'”; parafraseó al premio Nobel de Literatura en 1971, de conocida filiación comunista, quien fue senador, embajador en Francia y candidato a presidente.

Las citas a los dos máximos exponentes de las letras chilenas del siglo XX se sumaron así a una lista de homenajes que en los últimos tiempos ha hecho Bergoglio a escritores de la región.

“Señoras y señores, tienen delante de sí una hermosa y noble misión, que es al mismo tiempo una difícil tarea. Resuena en el corazón de cada colombiano el aliento del gran compatriota Gabriel García Márquez: ‘Sin embargo, frente a la opresión, el saqueo y el abandono, nuestra respuesta es la vida'”, aseguró Bergoglio en septiembre al hablar frente a autoridades civiles y políticas en Colombia.

El Pontífice ofreció allí las palabras de “Gabo” al aceptar el Premio Nobel de Literatura en 1982, y aseveró que “ni los diluvios ni las pestes, ni las hambrunas ni los cataclismos, ni siquiera las guerras eternas a través de los siglos y los siglos han conseguido reducir la ventaja tenaz de la vida sobre la muerte. Una ventaja que aumenta y se acelera”.

También citando al autor de “Cien años de soledad”, aseveró entonces que es posible de esa forma “una nueva y arrasadora utopía de la vida, donde nadie pueda decidir por otros hasta la forma de morir, donde de veras sea cierto el amor y sea posible la felicidad, y donde las estirpes condenadas a cien años de soledad tengan por fin y para siempre una segunda oportunidad sobre la tierra”.

Francisco ya había hecho referencias textuales a otros tres grandes de la literatura latinoamericana, Octavio Paz, Mario Benedetti y Jorge Luis Borges, en su exhortación apostólica de 2016 Amoris Laetitia.

Allí dedicó a Borges el inicio del capítulo 1 titulado “A la luz de la palabra”, cuando tomó un pasaje del poema “Calle desconocida”, parte del libro “Fervor de Buenos Aires”.

“Las dos casas que Jesús describe, construidas sobre roca o sobre arena, son expresión simbólica de tantas situaciones familiares, creadas por las libertades de sus miembros, porque, como escribía el poeta, ‘toda casa es un candelabro'”, indicó Bergoglio en “La alegría del amor”.

En el capítulo cuatro de ese texto, el Papa introdujo un pasaje del ensayo “La llama doble” del autor mexicano Octavio Paz.
“La cortesía ‘es una escuela de sensibilidad y desinterés’, que exige a la persona ‘cultivar su mente y sus sentidos, aprender a sentir, hablar y, en ciertos momentos, a callar'”, lo citó al hablar de educación.

En ese texto incluyó al poeta uruguayo Mario Benedetti, de quien citó la poesía “Te quiero”: “Tus manos son mi caricia, mis acordes cotidianos; te quiero porque tus manos trabajan por la justicia. Si te quiero es porque sos mi amor, mi cómplice y todo, y en la calle, codo a codo, somos mucho más que dos”.