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La Ciudad 23 de agosto de 2016

Los asombrosos recuerdos de un constructor de pedestales

El 11 de septiembre se cumplirán 50 años de la inauguración del monumento a Sarmiento en Plaza Rocha. La estatua fue realizada por el escultor Luis Perlotti y el pedestal por Alfonso Janeiro, quien tiene 96 años y vive en Mar del Plata.

Quizás pocos hayan observado que en el pedestal del monumento a Sarmiento, en Plaza Rocha, hay dos nombres grabados. Uno pertenece al escultor Luis Perlotti, autor de otras dos obras encarnadas en la identidad marplatense: el monumento del General San Martín en Luro y Mitre y el de Alfonsina Storni en La Perla.

El otro nombre es el de Alfonso Janeiro, diseñador y constructor del pedestal. Fue él quien nos llamó para recordarnos que el próximo 11 de septiembre se cumplirán 50 años de la inauguración del monumento. Y también para transmitir su inquietud por el estado de la obra.

Janeiro tiene 96 años, es maestro mayor de obras y vive en Mar del Plata desde 1952, cuando realizó aquí su primera construcción.

Entre las “60 o 70 obras” que hizo en la ciudad se encuentra el imponente pedestal del monumento a San Martín. Janeiro nos recuerda que la estatua es de dos piezas (corresponden a la parte superior e inferior del cuerpo) y fue traída a Mar del Plata en sendos camiones. Uno de los choferes perdió el rumbo y terminó en las oficinas de “Piedra Mar del Plata” en el puerto y como era el mediodía decidió ir a almorzar. “Durante horas no supimos dónde estaba la otra mitad del monumento, pero después apareció”, comenta Janeiro.

Dos épocas, un monumento

En torno al monumento a San Martín hay otra historia mucho más significativa. En pomposo acto, la piedra fundamental fue colocada el 8 de abril de 1944 por Juan Domingo Perón, que era secretario de Trabajo y Previsión y ministro interino de Guerra. Un cofre de plomo conteniendo un acta con su firma fue depositada en una pequeña cámara subterránea cavada en Luro y Mitre, tras lo cual sobrevinieron diez años de olvido.

Cuando el proyecto se reactivó en 1954, Perlotti ganó el concurso y le confió la construcción del pedestal a Janeiro, quien al iniciar la obra descubrió la cámara subterránea, rescató el cofre con el auxilio de un operario y lo llevó a la Municipalidad. Allí fue recibido por el intendente peronista José Antonio Cavallo quien decidió tenerlo bajo su guarda en el despacho principal.

Revolución mediante

La construcción del pedestal fue avanzando y llegó el momento de restituir la piedra fundamental, de modo que Janeiro fue a reclamarla a la intendencia. Para ese entonces ya habían derrocado a Perón y la dirección comunal estaba a cargo del comisionado Celso Aldao.

Janeiro rememora que “en el hall de la Municipalidad habían puesto una serie de boxes y en cada uno de ellos había que identificarse y esperar hasta que lo dejaran pasar”. Finalmente logró superar ese laberinto y entrevistarse con el comisionado para reclamarle el cofre, que fue abierto e inspeccionado.

El acta original sobrevivió milagrosamente al espíritu de la “Revolución Libertadora” (destruir todo lo que llevara el nombre y la imagen de Perón), pero junto a ella fue ubicada otra, con los nombres de las nuevas autoridades gubernamentales.

“El cofre con las dos actas, monedas y diarios de la época están dentro del pedestal, a 1.60 mts de altura”, señala Janeiro.

Un aprendiz sin remuneración

La relación con Perlotti se había iniciado en Buenos Aires en 1937, cuando Janeiro tenía 17 años y sufrió un traspié en los estudios. Su padre, que era amigo del escultor, decidió mandarlo a su taller “para que estuviera ocupado haciendo cosas, aprendiendo algo”.

“Eramos vecinos, el taller estaba a cuatro cuadras -relata Janeiro- y yo no recibía ninguna retribución, pero hacía esas tareas con mucha alegría. Allí conocí a mucha gente… a Quinquela Martín por ejemplo”.

La relación se extendió hasta que Perlotti murió el 25 de enero de 1969 en Punta del Este, embestido por un auto. Justamente ese día, Janeiro recibió una carta que el escultor le había enviado desde la ciudad uruguaya.

El monumento a Sarmiento

“En 1966 hubo un concurso para la realización de un monumento a Sarmiento que quedó desierto. De eso ni me enteré. Cuando se hizo el segundo, me llamó Perlotti y me dijo: “¿Querés hacerte cargo de la parte arquitectónica y yo hago la escultura?”. Le dije que sí. Así hicimos. Ganamos el concurso”, detalla Janeiro.

– ¿Cómo se pusieron de acuerdo para la elaboración del proyecto?

– El me dijo cómo iban a ser las figuras de bronce y las inscripciones que tenían que ir en el pedestal y me dio libertad para hacer lo que yo quisiera.

– El conjunto originalmente tenía dos figuras…

– Si, la de Sarmiento, que está en el frente del monumento y otra que estaba en la parte de atrás y que desapareció.

– ¿Cómo era esa imagen?

– Era una maestra que tenía su mano apoyada en el hombro de un chico. Y el chico tenía los útiles escolares debajo de un brazo.

Cincuenta años

El monumento a Sarmiento fue inaugurado con la presencia de Perlotti el 11 de septiembre de 1966, durante la gestión del comisionado municipal Pedro Martí Garro, que presidió la ceremonia.

La escultura fue ubicada en la manzana delimitada por las calles 14 de Julio, XX de Septiembre, Luro y San Martín.

“El pedestal es una mampostería de ladrillo forrado con láminas de granito dragón rojo. Se hizo un muro que lo separa en dos partes, una delantera y una trasera”, explica Janeiro.

En la delantera, que es la que mira hacia Luro, se encuentra la estatua a Sarmiento y una frase del Sanjuanino Ilustre grabada sobre el granito. En la posterior estaba la escultura que fue sustraída y una serie de inscripciones, también labradas, recordando los principales logros de Sarmiento.

Janeiro rememora que en la década del 60 se habían producido varios ataques vandálicos con bombas de alquitrán contra monumentos del prócer. Ello influyó en la elección del material y en la ideación de un ingenioso sistema para limpiarlo.

Los ataques con alquitrán, por fortuna, nunca acontecieron, pero Janeiro lamenta que en el transcurso de los años se hayan hecho algunas intervenciones que desvirtuaron el espíritu original de su obra. “El diseño requería que la pared estuviera lisa y que no se distrajera la vista con nada”, afirmó. A ello se sumaron una serie de daños producidos principalmente en sus escalones por “skaters” o ciclistas acrobáticos, sin descontar los desperdicios que dejan las personas que utilizan el monumento como lugar de encuentro nocturno.

Al recibir estas inquietudes, la directora coordinadora de Restauración de Monumentos Históricos de la Municipalidad, Costanza Addiechi, se entrevistó con Janeiro, inspeccionó el monumento y anticipó que lo pondrá en valor antes del 11 de septiembre.

Como se sabe, el monumento a Sarmiento es el escenario habitual de los actos por el Día del Maestro. Este año, a la significación de esa fecha, se suma que la obra que levantaron Perlotti y Janeiro cumple medio siglo.



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