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La Ciudad 16 de enero de 2017

Los contrastes del general Alvear

Figura de perfil controversial, Carlos María de Alvear irrumpió en la historia argentina junto a José de San Martín, de quien luego se distanciaría. Influyó durante cuatro décadas en la política nacional.

Por Carlos V. González Rivero

La calle que hoy nos ocupa debe su denominación a la Ordenanza del 24/4/1897 en que trueca su denominación numérica “14 sur” por la actual y definitiva.
Comienza su derrotero en el Boulevard Marítimo, en la zona del Torreón. En su cruce con la calle Moreno (2000) en la esquina sur, se levanta “Villa Kelmis” más conocido seguramente como Chateau Frontenac. Construido originalmente por Adán Gandolfi con el proyecto de Christophersen a pedido de Antonio Leloir para su mujer Adela Unzué en 1895. Fue remodelada en 1916 por Alejandro Bustillo y por Julio Barros.
La vereda par entre Bolívar y la Av. Colón nos depara dos maravillas centenarias: Villa Blaquier (Adela Unzué de Blaquier) y Villa Ortiz Basualdo. La primera es un chalet pintoresquista construido por Adán Gandolfi en 1905 con el proyecto de los arquitectos Basset-Smith y Collcutt. Tuvo varias modificaciones y ampliaciones y es la única de las 12 propiedades que tuvieron los Unzué que aún está en manos de los herederos.
La segunda, en la esquina de Alvear y Av. Colón, data de 1909. Construida por Leandro Bianchini con proyecto de los arquitectos Louis Dubois y Paul Meter. De estilo pintoresquista francés, fue encargada por su propietaria Ana Elía Ortiz Basualdo. Fue modificada en 1918 por el arquitecto Camus y el constructor Alula Baldassarini, transformándola en un chalet anglonormando. Desde 1980 funciona allí el Museo de Arte Juan Carlos Castagnino. Recorre los barrios “Lomas de Stella Maris”, “Los Troncos”, “Playa Grande” y “San Carlos”, finalizando en la Av. Juan B. Justo.

Sobreviviente de un bombardeo

Carlos María de Alvear nació el 25 de octubre de 1789 en Santo Angel Guardián de las Misiones, Misiones Orientales (hoy territorio brasileño al sudeste de la provincia de Misiones).
A los 14 años, en ocasión del viaje con sus padres y sus 6 hermanos a España, solo él y su padre sobrevivieron de esa numerosa familia a un bombardeo de una flota inglesa en las cercanías de Portugal.
Carlos María y su padre Diego de Alvear recalaron en Inglaterra donde don Diego conocería a Luisa Ward con quien se casaría en unos años. En 1805 padre e hijo regresaron a España.

Cerca de San Martín

En 1807 se incorporó al ejército español participando en las guerras napoleónicas. En 1809 funda en Cádiz la Sociedad de los Caballeros Racionales o Logia N°3, a la que luego se incorporaría San Martín.
En 1812 regresó a Buenos Aires en la fragata inglesa George Canning, la misma embarcación que trasladaba a San Martín.
En Buenos Aires, junto a San Martín, dirigió la revolución del 8 de Octubre de 1812 que sustituyó al 1° Triunvirato por el 2° y que convocó a la Asamblea del año XIII. Fue el primer presidente de dicha Asamblea. Estableció el Directorio, para el cual hizo designar a su tío Gervasio Antonio de Posadas. A mediados de 1813 renunció a su banca y fue nombrado coronel del regimiento de infantería N° 2.

Lejos de San Martín

La Logia Lautaro a la que pretenecía se dividió entre los partidarios de San Martín y los de Alvear. Alvear, con mayores influencias políticas, alejó a su rival haciéndolo comandante del Ejército del Norte.
En 1814, con el objetivo de tomar Montevideo, en poder de los realistas, se creó una escuadra al mando del almirante Guillermo Brown. Posadas lo designó comandante del ejército que sitiaba a los realistas en Montevideo. Negoció la entrega de la plaza que se rindió el 20 de junio de 1814. Ante divergencias con Artigas por el destino de la Banda Oriental tuvo enfrentamientos venciendo a los orientales en Minas en una campaña dirigida por Dorrego.
A fines de ese año, Posadas lo nombró Comandante del Ejército del Norte pero una revuelta de los oficiales hizo que regresara a la capital. Posadas, al verse desobedecido, renunció, y la Asamblea designó a Alvear como Director Supremo.

Perfil dictatorial

Su breve gobierno, cuando contaba con 25 años, fue considerado una dictadura. Además, contrastando con su antecesor, se rodeó de lujos y ceremoniales, lo que generó la desaprobación de la opinión pública.
Por el lado de la Banda Oriental, la influencia de Artigas se extendía por las provincias del litoral. Alvear envió a Brown a proponerle al caudillo oriental la independencia de la Banda Oriental a cambio de la evacuación del litoral. Artigas rechazó la propuesta con altivez.
La oposición cada vez mas fuerte hizo que renunciara refugiándose en Brasil.
Cabe señalar a esta altura, que ni bien Alvear asumió envió cartas al embajador inglés en Río de Janeiro, Lord Stranford y al ministro de relaciones exteriores ingles Castlereagh. En las mismas manifestaba, entre otras cosas, que “estas provincias desean pertenecer a Gran Bretaña, recibir sus leyes, obedecer su gobierno y vivir bajo su influjo poderoso”.
Si a esto le sumamos los pedidos de clemencia a Fernando VII aduciendo que su ascenso al gobierno fue simplemente para volver a la dominación española tenemos los elementos casi probatorios de su traición a la patria. Hubo quien justificó esto como una puesta en escena de Alvear para alcanzar otros objetivos.

Sus alianzas

A fines de 1819 Alvear se alió al general chileno José Miguel Carrera, enemigo acérrimo de San Martín y O’Higgins y con los caudillos Estanislao López y Francisco Ramírez . Esta alianza derrotó al Director Supremo José Rondeau en la batalla de Cepeda el 1 de febrero de 1820, provocando la caída del Directorio y la disolución del Congreso cesando todas las autoridades nacionales.
En esos años de anarquía, la sucesión de nombres que pretendían el poder, la de los que lo lograron efímeramente y la de aquellos que fueron desplazados del mismo, es numerosa. Se sucedieron gobiernos como el de Sarratea, Balcarce y Soler. Alvear fue siempre influyente en el devenir de los hechos.
Cuando Dorrego se erigió en gobernador, derrotó en San Nicolás de los Arroyos a Carrera y Alvear, quien volvió a Montevideo.

Misión en Gran Bretaña

En 1822 retornó a la Argentina y las autoridades le encomiendan una misión ante el gobierno británico: entrevistarse con el encargado de relaciones exteriores George Canning y manifestarle que las Provincias Unidas del Río de La Plata eran independientes. Unos días después de la entrevista, el parlamento inglés reconoció la independencia de las Provincias Unidas.
En 1824, Bolívar triunfó en Ayacucho poniendo punto final a la dominación española. Alvear fue enviado a felicitar al general por sus triunfos, negociar la devolución de Tarija y buscar una alianza frente a la inminente guerra contra Brasil. En 1825, Las Heras lo nombró Ministro Plenipotenciario ante el gobierno de la República de Colombia. Bolívar lo recibió oficialmente en octubre de 1825 y logró que ordene al presidente de Bolivia, Antonio José de Sucre, la devolución de Tarija. De todas formas al año siguiente, Tarija se incorporó a Bolivia.

Guerra con el Brasil

A su regreso, el presidente Rivadavia lo nombró ministro de Guerra y Marina. Al poco tiempo, ante la decisión del pueblo oriental de pertenecer a las Provincias Unidas, el Imperio de Brasil declaró la guerra a la Argentina, entonces Rivadavia lo designa comandante en jefe del ejército a mediados de 1826.
Tras las victorias de Bacacay y Ombú, Alvear logró sorprender al ejército imperial venciéndolo en la Batalla de Ituzaingó el 20 de febrero de 1827. A mediados de 1827 renunció a la comandancia dejando en su lugar al general José María Paz.
La actuación de Alvear en esta guerra fue controvertida al punto que varios de sus oficiales lo acusaron de destruir armamento y de no haber intentado perseguir a sus derrotados después de Ituzaingó. También está la opinión de aquellos que dicen que Ituzaingó fue una victoria hija de la estrategia de Alvear.
Si el ejército hubiese sido correctamente reaprovisionado para liquidar al enemigo la posición argentina en la negociación no hubiese resultado en la cesión que terminó haciendo Manuel José García. Este firmó un tratado en Río de Janeiro, al que Rivadavia y Alvear se opusieron, tratado que obligó al presidente a renunciar. Se disolvió la presidencia y el Congreso y al poco tiempo asumió como gobernador de Buenos Aires por segunda vez el coronel Manuel Dorrego.

Los tiempos de Rosas

En 1828 Lavalle lo nombró ministro de Guerra y Marina. Los antirrosistas aglutinados a su alrededor ganaron las elecciones legislativas en julio de 1829. Ante el fraude, Lavalle declaró nulas las elecciones dando lugar a la llegada de Rosas al poder.
En 1832 Rosas lo nombró embajador en Estados Unidos para resolver el conflicto originado en las Islas Malvinas. Su salud y un cambio de gobierno dejaron este nombramiento pendiente.
Cuando Rosas regresó al gobierno, Alvear se reunió con el mariscal Andrés de Santa Cruz, presidente de la Confederación Perú-Bolivia con la idea de derrocarlo. Rosas, descubriendo la maniobra, lo envió como embajador a Estados Unidos lo que fue considerado por parte de los unitarios como una traición. Como embajador defendió la postura de Rosas ante el bloqueo anglofrancés al Río de la Plata. Fue un hábil diplomático y geopolítico previniendo sobre el expansionismo norteamericano. Permaneció como embajador más allá de la caída de Rosas, dado que Urquiza lo confirmó en su cargo. Falleció en Nueva York el 3 de noviembre de 1852.



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