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Opinión 22 de abril de 2018

Mar del Plata y un hartazgo generalizado

por Ariel Ciano

Mientras desde el gobierno nacional se empecinan en decirnos que lo peor ya pasó, en Mar del Plata parece suceder todo lo contrario. Pese a ser la administración de Arroyo del mismo signo político que el de Macri, la ciudad cuenta con un secretario de Hacienda al que el intendente llamó como “el mejor de la historia”, y sin embargo, no sabe cómo explicar la suba de tasas que en algunos casos llega al 700%.

Tenemos por delante una semana clave, sesión mediante en Concejo Deliberante y la última de abril. Por eso, como oposición responsable, renovamos fuertemente nuestro pedido a los votantes de Cambiemos para que les pidan a sus concejales que sean fieles a sus promesas de campaña, que no les aumenten las tasas a un nivel que resulte insostenible, sumado al resto de los tarifazos ya en danza.

Los marplatenses solo estamos teniendo algo de suerte y ganando tiempo con el calor y la alta humedad de los últimos días que nos evita subir las estufas, pero el invierno llegará y con él las bajas temperaturas, entonces ahí el consumo será inevitable.

Repasando estas palabras, pareciera que estuviéramos hablando más de una sociedad que acaba de salir de una guerra o sufrir una catástrofe, racionando los recursos, que de aquella que es cada verano elegida por millones de personas.

Cuesta creer que hablemos de la misma Mar del Plata, esa que soñamos de 12 meses y que ahora lleva más de 30 sin tener un rumbo específico con agujeros negros por todos lados. Cualquier puerta que se abra en la municipalidad, tiene detrás un problema nuevo.

Solo basta ver cómo el tema de la basura nos dijeron que estaría resuelto antes de que termine la temporada y a punto de comenzar mayo, está cada vez peor, no teniendo siquiera una rápida respuesta para la pobre ballena que se quedó varada en la playa.

El hartazgo es generalizado, atraviesa a todas las clases sociales por igual, y es cada vez más notorio como la crisis de Carrefour, la confitería Boston, el acampe de las cooperativas, la incertidumbre por la que pasaron los artesanos, los artistas del Circo La Audacia o el cierre de los comercios tradicionales como el de Calzados Nucera en plena peatonal San Martín. Y muy por el contrario a otras épocas, ya no cierra uno y abren dos; cierran todos.

A esta altura, lejos de la postura del “yo te dije”, queremos renovar nuestra esperanza en que el sentido común y la defensa de los intereses de los vecinos finalmente primará a la hora de fijar los porcentajes de aumentos de las tasas municipales, sabiendo que es necesario hacerlo, pero resguardando también a los jubilados, a los trabajadores, a los cientos de jovenes que intentan independizarse, a las familias, al sector productivo, a las Pymes que son una pieza clave en la nueva economía local y ante el alto índice de desempleo por el que tristemente lideramos rankings en el país.

Que Arroyo se deje ayudar

Sabemos que no existen formulas mágicas para salir de la crisis, o una única verdad, por eso desde nuestro espacio creemos en el trabajo en equipo y le pedimos al intendente que convoque a un gran acuerdo político, económico y social, para el que ya invitamos formalmente a la Universidad Nacional, a la Defensoría del Pueblo y se hace extensivo también a la CGT, las cámaras empresarias y todos los referentes profesionales y sociales de la ciudad.

Creemos en los marplatenses, en su fuerza de voluntad, en su solidaridad y en la manera en la que resuelven los problemas. Y así como alguna vez la sociedad entera le dijo que sí al intendente Aprile a su pedido de subir los impuestos, ahora les pedimos que acompañen a todo el arco opositor para solicitarle a Arroyo que se deje ayudar, que escuche a la gente y que se de cuenta que así no se puede más. Antes de ser intendente, Arroyo fue docente, un vecino más y padre de familia; no puede ser que él se haya olvidado de eso y que solo exista hoy una ambición desmedida por recaudar sin saber para qué.

El municipio de Tigre pudo lograr un consenso y fijar un porcentaje de aumento a las tasas posible de pagar para el vecino. Esto nos demuestra que sólo es una cuestión de voluntad el querer hacerlo, lo mismo que tener en cuenta nuestros planteos que buscan generar una mejora en el presupuesto como un incremento en el área de género, en Cultura para cuestiones específicas, otro cuestiones que hacen al Deporte con el fin de culminar la construcción de los polideportivos barriales y una suba de la partida del área de Seguridad para que el programa que votamos de “Alerta Mar del Plata” se pueda implementar en toda la ciudad, y en especial en las más golpeadas por la delincuencia.