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La Zona 24 de junio de 2017

Marplatenses donaron su joya mecánica al Museo Fangio de Balcarce

Se trata de una cupé Datsun 180 SX modelo “Silvia” año ‘81. La habían tenido durante 27 años.

Graciela y Anselmo en su despedida de “Silvia”.

BALCARCE (Corresponsal).- Hay amores que surgen hacia los autos que sólo los amantes del automovilismo los entienden. También en las pasiones brotan desprendimientos que pocos podrían hacer. Son esfuerzos que se hacen para que otros puedan disfrutar de esas máquinas del ayer que con el tiempo se transformaron en joyas mecánicas.

Una pequeña minoría puede disfrutar de verlos porque fueron ediciones limitadas que se fabricaron y nunca se dispusieron para mercados populares por su costo.

En ese marco, el matrimonio de marplatenses compuesto por Anselmo Estigarrivia y Graciela Clerier decidió desprenderse y donar la joya mecánica que los acompañó durante 27 años al Museo del Automovilismo “Juan Manuel Fangio” de Balcarce.

En el año 1992 lo compraron en Aniyaco con sólo 30.000 kilómetros y a un precio muy excesivo comparado con los autos de esa época, como comentó su ahora ex dueño.

Se trata de una cupé Datsun 180 SX modelo “Silvia” del año ’81 que llegó al país motorizado por Nissan.

El ex instructor de vuelo y la ex comisario de abordo decidieron hace tiempo hacer la donación y con una historia particular. “Antes decíamos cuando falte uno de los dos, el otro lo va a tener que donar el auto al Museo. Menos mal que lo hicimos ahora y juntos. Esto nos llena de emoción”, le contó Graciela a LA CAPITAL en el hall del museo y al lado de “Silvia”, la cupé plateada que los llevó por muchos lugares del país.

Fue durante una tarde y mate de por medio que decidieron juntos que el auto debía ser exhibido en un lugar de privilegio, tal como ellos lo habían cuidado y mimado.

Así es como se pusieron en contacto con Alfredo Safe, gerente del templo del automovilismo, y le dieron a conocer su decisión.

“Nos visitó la gente del museo a casa para ver cómo se encontraba y nos dijeron que les interesaba conservarla y mostrarla. Después hicimos toda la papelería correspondiente y ahora estamos satisfechos y afortunados que el auto esté acá”, contó Graciela.

La mujer también reflexionó que “no se le puede heredar una máquina como esta a los hijos porque es cargarlos con una responsabilidad muy grande y muchos gastos porque los repuestos hay que pedirlos al exterior”.

Este particular vehículo era atendido por un reconocido mecánico que también hace lo propio con la colección de autos antiguos del empresario Pérez Companc.

Y para muestra de amor basta con conocer el pensamiento de Anselmo: “Si lo hubiéramos vendido uno lo iba a perder de vista. Tampoco sabe si el que lo comprara lo cuidaría como nosotros lo hicimos”.

El matrimonio también se comprometió a visitar a “Silvia” porque esta niña mimada permanecerá alojada a sólo 64 kilómetros de Mar del Plata de quienes la cobijaron durante 27 años.