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Cultura 24 de octubre de 2016

Miradas: Aimé Payné

Por Juan Lamarche

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La cantante mapuche Aimé Payné nació con el nombre de Olga Elisa Payné en 1943, en Ingeniero Huergo, provincia de Río Negro. Su madre tehuelche abandonó a su esposo mapuche Segundo Payné quien por cuestiones de trabajo envió a su hija a un orfelinato-colegio de monjas de nuestra ciudad, Mar del Plata, el María Auxiliadora.

Inmediatamente sobresalió en los cantos gregorianos. El abogado y autor teatral Héctor Llan de Rosos y su esposa la adoptaron. Estudió guitarra con Roberto Lara, y cantó con Blanca Peralta y Nina Kabanciwa. En 1973, con 29, años ingresó al Coro Polifónico Nacional, allí descubrió sus raíces y la espiritualidad del arte mapuche. Aprendió instrumentos autóctonos diciendo: “Palpé la libertad y la misión de lucha que entraña la libertad, saber de la cultura de su pueblo es saber de uno mismo.”

Aymé tenía una capacidad vocal como pocas y no llegó a grabar ningún disco por los condicionamientos del negocio discográfico. Con su canto y sus instrumentos, el trompe, el kultrun, los cascahuillas, la trutruca, el kull kull, recorrió todo el país alternando con sus hermanos tobas, kollas, huichi, piliga, guaraníes, con espíritu fraterno y solidario.

En una ocasión dijo: “Los jóvenes son los que más se interesan por nuestra cultura.” Fue invitada a Ginebra, Suiza, por la subcomisión de derechos humanos de las Naciones Unidas, siendo subvencionados los gastos por una comisión mapuche de Inglaterra, viajó posteriormente a Inglaterra donde participó de una serie de eventos mapuches, atenta y alerta con su cámara fotográfica y su libreta de apuntes.

Quedó impresionada al conocer y dialogar con la luchadora por los derechos de los pueblos indígenas de Guatemala, Rigoberta Menchú.

En viaje artístico por Paraguay enfermó y murió en 1987, a los 44 años. Una de sus letras expresa: “Es hermoso cuando viene/el viento de la tierra cordillerana/bien el viento del Oeste/el viento del Sur/el viento del Este/el viento del Norte/¡A su paso va pegando contra los montes el pasto!/piedras amontonadas”.