“Netflix está ofertando ocho series que muestran la ciudad que ya no está. La ciudad pasada del narcotráfico. Hoy ya no es parte de nuestra vida”, dice entusiasmada Luz Helena Naranjo sobre su ciudad, Medellín, que después de la guerra narco que padeció entre los años setenta y noventa logró reinventarse.

“Al tocar fondo, la sociedad en general empezó a buscar formas de salir, con la suerte de que llegaron unos gobiernos de transformación social y ciudadana, de tal forma que al final redundó en turismo y en inversiones”, asegura a LA CAPITAL esta investigadora del Colegio Mayor de Antioquia tras participar en el Hermitage Hotel del Punto de Encuentro Pensar Mar del Plata, organizado por el diputado provincial Rodolfo Iriart, donde disertó sobre el rol protagónico del turismo en la recuperación de la memoria histórica.

–¿Cómo calificaría el proceso que vivió Medellín en los últimos años?

–Es una bonita historia de transformación. Nuestra ciudad viene de ser una ciudad en conflicto, casi que con el título de una ciudad “no viable” por el narcotráfico. Ahora es un símbolo de innovación social latinoamericana. Nos ganamos el premio en 2014 a la ciudad más innovadora del mundo. Le ganamos a Tel Aviv y a Nueva York, fundamentalmente por su transformación.

–¿Cómo es el turista que visita hoy la ciudad?

– El turista llega por las “narcoseries” y el reto nuestro es mostrarle otra realidad. La ciudad transformada, la ciudad innovadora. Antes, todos los periodistas que nos visitaban eran periodistas de guerra. Hoy son periodistas interesados en la nueva historia de la ciudad. La nueva Medellín, el urbanismo y el impacto social, la resiliencia del territorio.

–¿Esta experiencia se puede trasladar a otras ciudades?

–Presenté una investigación llamada “Turismo y memoria”; básicamente la pregunta que nos hacemos es si el turismo puede tener un rol protagónico en la reconciliación de la sociedad y si permite la construcción de memoria. En la investigación estamos referenciando toda la historia de la posguerra europea y asuntos que tienen que ver con el aprovechamiento turístico de los escenarios que fueron de guerra en su momento en Europa. Lo mismo que la “Zona cero” en Estados Unidos (el lugar en el que se erigían las Torres Gemelas).

–¿Qué impresión se lleva de Mar del Plata?

–Creo que es una ciudad que se está pensando a futuro, que está haciéndose preguntas y que si encuentra un camino de renovación de su tejido social y empresarial, así como esquemas de articulación pública y privada y suma a la academia, va a encontrar un escenario muy positivo de desarrollo. Siento que ahí habría que hacer un ajuste, renovar el tejido empresarial, renovar el tejido social, conversar más. Creo que van muy bien.