por Marcelo Solari

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Referente, ganador, líder positivo. Todos esos calificativos y varios más, se ajustan adecuadamente al perfil de Leonardo Gutiérrez. A punto de iniciar una nueva temporada de Peñarol con las ambiciones de siempre, el ala-pivote cordobés anunció su reciente adiós al seleccionado argentino, al cual le dedicó prácticamente la mitad de su vida y con el que obtuvo logros inimaginables. A horas del partido por la Copa Euroamericana entre Peñarol y Baskonia de España, el "olímpico", el más campeón de la Liga dialogó así con LA CAPITAL:

- Estás acostumbrado pero, casi sin tiempo, tenés que cerrar el capítulo con la Selección y enfocarte en una nueva temporada con Peñarol. ¿Cómo lo afrontás?

- Es cierto que casi siempre ha sido así. Llegué del Mundial, me tomé unos pocos días de descanso, para acomodar la cabeza y el cuerpo y enseguida ponerme a las órdenes del Tulo (el entrenador, Fernando Rivero) y del equipo para encarar esta nueva etapa. Nos encuentra con grandes cambios en el plantel y con muchas expectativas de poder hacer las cosas bien. Se ha formado un equipo como para pelear en las primeras posiciones.

- ¿En cuánto complica la lesión de Martín Leiva que se perderá los primeros partidos de la Liga?

- Siempre que se lesiona un jugador es complicado para cualquier equipo. Más si se trata de dos titulares, porque también está lesionado Forrest Fisher. Nos corta y acorta mucho la rotación y además todos saben lo que puede dar Martín adentro de la cancha. Es importantísimo para el equipo. Esperemos que se recupere en buena forma y pueda regresar lo antes posible. Lo importante es que pudo ser una lesión mucho más grave y lo podríamos haber perdido por toda la temporada, lo que hubiera sido todavía más complicado.

- ¿Es un desafío afrontar una temporada con varias competencias y sin Facundo Campazzo en la base?

- Sí, pero no podemos pensar en Facu porque él ya no está. Comenzó una etapa nueva en su carrera y nosotros tenemos que pensar en los jugadores que están y trabajar sobre eso. Obvio que lo que hizo Campazzo en los últimos años en Peñarol fue muy importante, pero ahora hay nuevos jugadores y tenemos que apoyarlos y darles las herramientas para elaborar, para equivocarse como lo hizo Facu en su momento. Es la forma de que se conviertan en los jugadores que queremos que sean.

- Obviamente en algún momento se tienen que enfrentar. ¿Es mejor o peor que dos clásicos se jueguen de arranque y tan seguidos?

- Los clásicos son partidos aparte siempre, por más que sea el primero o el último de la temporada. Creo que son especiales, se juegan de una forma distinta a cualquier otro partido. Obviamente vamos a estar un poquito más duros ambos equipos porque son los dos primeros juegos de la Liga, pero siempre es lindo enfrentarse a Quilmes. El clásico es distinto a todo.

- Si bien no es un tema que le corresponda a los jugadores, con toda la atmósfera que se vive en la ciudad, ¿cómo tomaste la decisión de Quilmes de jugarlo en Once Unidos y sin público visitante?

- Realmente lo dejo en manos de los dirigentes de ambos clubes, que intenten ellos arreglar la situación. Creo que se tienen que sentar a hablar, dejar de lado la rivalidad o las diferencias que puedan llegar a tener y velar por lo mejor para el espectáculo. En la Liga se están haciendo cambios muy importantes para mejorar el espectáculo y un clásico como el que tenemos, jugarlo en una cancha que no está apta para un partido de esta magnitud, sería retroceder. Estamos buscando que la Liga sea bien vista, que la gente vaya a los estadios, que sea bien presentado para la televisión. Y lamentablemente, en esa cancha no vamos a ofrecer un buen espectáculo ni tampoco va a poder ir toda la gente que quiere ir. Lo mejor para el espectáculo, para los dos equipos y para la gente es jugar el clásico en el Polideportivo. Tendrán que sentarse a dialogar las dos dirigencias y ver cómo puede llegarse a una solución que sea la mejor para los dos.

- Van a enfrentar por la Copa Euroamericana a un equipo con gran tradición en España y en Europa. ¿Cuál es la importancia para los equipos sudamericanos de poder enfrentar rivales de esta calidad?

- Es importantísimo. Yo tuve la posibilidad cuando Atenas organizaba su torneo internacional y venían equipos de Italia, de España. Ya notábamos lo importante que era deportivamente. Traer equipos europeos a jugar a Sudamérica es espectacular, muy valioso. Tenemos que disfrutarlo, porque Baskonia tiene historia a nivel internacional, han pasado grandes jugadores argentinos por sus filas y la gente podrá ver en acción a basquetbolistas con la calidad de Fernando San Emeterio, los norteamericanos, el base francés Thomas Heurtel que juega muy bien. Es buenísimo para nosotros y para el público.

- Argentina hizo un Mundial correcto. ¿Te quedó una sensación agridulce por el resultado final?

- Siempre que perdés o quedás eliminado, te ponés mal. Creo que se hizo un buen Mundial. Nos faltó un poquito más, lamentablemente. Habíamos planteado muy bien el partido de octavos contra Brasil. Tuvimos la mala suerte de que cuando sacamos 10 puntos de ventaja en el primer tiempo, tuvimos 2 o 3 minutos fatídicos y sólo nos llevamos 3 puntos al descanso. En el tercer cuarto nos quedamos sin gol, erramos muchos tiros fáciles y también desde la línea, ellos empezaron a ver el aro mucho más grande y se nos complicó. La diferencia final de 20 puntos no es real. Si hubiésemos estado un poquito más acertados en el segundo tiempo, podríamos haber llegado a un final cerrado. La realidad fue otra y también hay que saber perder, porque Brasil hizo las cosas bien para ganarnos. Igual, dentro de todo creo que sacamos muchas cosas positivas.

- ¿Te costó mucho, después de tanto tiempo de ser incondicional de la celeste y blanca, tomar la decisión de dejar la Selección?

- Me va a costar. Cuando llegue el año que viene y termine la temporada es como que me va a faltar algo cuando se forme la preselección y yo no esté. Pero es una decisión que tenía que tomar. Hay que dejarle el lugar a los chicos más jóvenes. Argentina los tiene y pueden dar el paso necesario para hacer las cosas bien. Espero y pido que los dejen trabajar, equivocarse, como pudimos equivocarnos nosotros cuando llegamos a la Selección en 1999. Es un nuevo comienzo y creo que el año que viene es el indicado para iniciar ese proceso.