La del lunes a la noche fue una fiesta de muchos. Debería ser de todos. Aldosivi mostró su gran poder de convocatoria propio en uno de los partidos cruciales para llegar a la máxima categoría del fútbol argentino. Pero falta aun un respaldo más masivo de la ciudad, a las puertas de un gran acontecimiento, que incluso trasciende los beneficios meramente deportivos.

Hacía mucho tiempo que el Minella no tenía el marco, y sobretodo el fervor, de la noche del lunes. Y la efervescencia fue mayor aun con el vuelco del resultado, con los goles de Vildozo y Carranza. Ahora, con ese resultado, Aldosivi quedó a las puertas de uno de los logros que puede ser uno de los más importantes para la historia del deporte de Mar del Plata, la tantas veces postergada llegada a la elite del fútbol argentino.

En esta ciudad también el fútbol es el deporte más popular, verdad de Perogrullo, como en todo el país. Pero estamos cansados de contestar la pregunta eterna: "¿cómo una ciudad como Mar del Plata no tiene un equipo en primera?". Difícil fue encontrar las razones durante muchos años, o al menos identificarlas entre tantas. Pero ahora, cuando está tan cerca esa posibilidad tan deseada, llegó el tiempo de la reacción del futbolero marplatense en general, más allá de los miles de hinchas de Aldosivi.

Parece ocioso reiterar lo que ya debería estar internalizado, que el compromiso y el respaldo para un equipo de Mar del Plata que está en el camino de poner a la ciudad en la elite del fútbol, debería ser masivo y concreto, desde las fuerzas vivas hasta el público en general. Desde la cesión del estadio hasta el acompañamiento de miles de aficionados.

Si Unión, con el ascenso también histórico a la B Nacional, ha alcanzado un logro digno del Lobo de Mar de Oro (como lo consiguió Aldosivi en 2005), ahora el equipo del Puerto aun mucho más.

Las lágrimas del lunes de Pablo Campódonico, un símbolo de todo este tiempo de lucha de Aldosivi, estuvieron acompañadas por las de miles que se desahogaron y disfrutaron una noche inolvidable en la cancha, con el intendente Pulti incluido, en la victoria agónica con Boca Unidos. Ya es hora de que Campodónico y compañía sientan el respaldo y el tributo de la ciudad entera. Desde el viaje a Córdoba hasta el choque final ante los jujeños, ojalá ya con el logro consumado. Pero se consiga o no el objetivo habrá que acompañar en la búsqueda. Para que la falta de apoyo no sea una de las respuestas para dar ante la remanida pregunta de los visitantes sobre porque no tenemos un equipo en primera.