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20-12-2014

Mentiras piadosas

La pasión hereditaria por Aldosivi

por Roberto Pennisi *

¿Cuántas mentiras se dijeron para poder lograr este sueño...?

De padres a hijos, de abuelos a nietos, de nietos a abuelos, de esposos a esposas, de hijos a madres, de hermano a hermano, de socio a socio, de alumno a maestro, de maestro al padre del alumno y de uno a uno mismo (esta es la mentira más loca de todas)...Y no sigo porque la cadena de mentiras es interminable.

¿O alguien duda de que los diferentes presidentes del club Aldosivi, desde don Pedro Sere a Jose Moscuzza, tuvieron que mentir para poder sostener los costos que lleva mantener una pasión así?

Lo más loco de todo es que es hereditario, y para el mismo objetivo ponían dinero el abuelo, el hijo y el nieto, pero diciendo que fue menos la plata que aportaron de la que en realidad pusieron y pidiendo que no le digan a nadie.

Este de ahora es el fin de una serie de delirios de dirigentes que se jugaron su fortuna, como Adolfo Lopez, quien murió pobre, y segun dicen, si volviera a nacer daría nuevamente todo por el club.

José Greco, el "sponsor" en los nacionales, ya era de avanzada y charteaba aviones para el plantel cuando hacía falta (A su esposa le decía que costaban la cuarta parte de lo real) o su hermano Bastiano que se fue a Brasil, más con la idea de traer la camiseta "verde amarela" de la selección de Brasil para todo el equipo de primera de Aldosivi, que para hacer negocios como dijo que haría...

Oscar Salerno fue juzgado duramente por mentir, tratando de sostener lo insostenible y recuperando institucionalmente a un club que nadie creía que podría resurgir, casi condenado al "deportes en el recuerdo de Pablo y Pachu".

Juan Matera, de generocidad única, tenía que disimular los millones que puso para que su hijo Diego no se enterara, y a la vez Diego hacía lo suyo, pero a condición de que su padre no lo supiera.

Adrian Valastro, que esta más loco que yo, podría escribir un libro con sus aciertos y errores, pero el acierto del ascenso de 2005 es obra de su gestión. Hoy estará festejando con su padre y su hijo, y eso no tiene precio.

El presidente Schippani, allá por los años 60, cual evangelizador, iba juntando voluntades y fue aglutinando gente para la gloriosa década del ´70 que vendría después.

Fueron líderes fundamentales para que otro montón de incondicionales los sigamos, haciendo nuestros aportes.

Yo mentí que venía al sur por trabajo en el momento de la consagración en Córdoba, pero en realidad era una cábala, sacrificar mi festejo, único e irrepetible que todos habrán vivido en Mar del Plata, con tal de que mi equipo alcanzara nuestro sueño de pibe.

Y lo logramos, y eso es verdad, la única verdad. La realidad de nuestro Aldosivi en primera.

* Empresario, autor del libro Italianos en el Puerto