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21-12-2014

De qué hablamos cuando hablamos de Riquelme...

El caño más bello del mundo, libro de Diego Tomasi.

por Vito Amalfitano

Hasta donde alcanza la vista, aquí reina el instante. Uno de esos terrenales instantes a los que se pide que duren.

Wislawa Szymborska

Con esa frase inicia el capítulo 5, El caño, del libro El caño más bello del mundo, Pensamiento futbolero de Juan Román Riquelme, el escritor Diego Tomasi.

Es un instante, pero es el todo. La obra de la colección Hojas del Sur de Planeta, ya desde la portada, con la ilustración de Marcelo Neira, refiere al hombre que piensa y ejecuta, que ve todo y resuelve. En definitiva, al futbolista que mejor entiende el juego, Juan Román Riquelme, a quien el autor, junto con escritores entrevistados para la obra, termina emparentando con el narrador omnisciente de la literatura. "Es el tipo que sabe todo (...) el que ve todo", dice Tomasi.

A propósito, el escritor Martín Kohan, es contundentemente literario al hacer esa relación en el libro: "En un punto, Riquelme es Dios. No solo por el hábito que tenemos los hinchas de fútbol de apelar a la idolatría, sino por la manera en que solemos los profesores de literatura definir un narrador omnisciente. Cuando se enseña en el colegio secundario la cuestión del narrador omnisciente, la frase establecida para explicarlo es que 'es como si narrara Dios'. Esto, dicho en el sentido de que tenés un cuento, por ejemplo, con un único personaje, y el narrador sabe lo que ese personaje piensa. Y si tiene un secreto, el narrador sabe ese secreto que el personaje no le dijo a nadie. Solamente Dios puede hacer eso. Así que se trata del que tiene la visión de Dios, porque sabe y ve todo. Y Román sabe y ve todo."

En el mismo sentido Alejandro Dolina le dice a Tomasi que Riquelme "está todo el tiempo espiando la realidad". Y el autor toma una frase de nada menos que Joseph Guardiola, quien recomendó comprarlo a Barcelona después de la exhibición del 10 de Boca ante Real Madrid en la final del mundo del 2000: "Riquelme sabe siempre que debe hacer, cuando parar y cuando driblear..."

Diego Tomasi es autor de Cortázar por Buenos Aires, Buenos Aires por Cortázar, de Seix Barral, y ahora Hojas del Sur le publicará la novela Mil galletitas. Obtuvo el primer premio del Concurso Nacional de Narrativa Argentina en el 2000 y el premio Argentores 2010 por su participación como autor en el programa radial Bicentenario (Radio Nacional).

Tomasi dice que "El caño más bello del mundo parte de una premisa, o, tal vez, de una hipótesis: la existencia de una filosofía futbolera de Juan Román Riquelme". El título refiere al famoso "caño a Yepes", del partido con River de la Copa Libertadores, que incluso para una encuesta de FIFA salió como el segundo mejor caño (túnel) de la historia del fútbol), detrás de.... otro de Riquelme, a Rosario Central.

El autor mismo le dijo a LA CAPITAL que lo de El caño más bello del mundo "es una metáfora, un capítulo y un título del libro, o acaso un disparador de un manifiesto del juego, de todo lo que encierra la filosofía futbolera de Riquelme".

En la obra, además de miradas tan disímiles como las de Kohan, Dolina o Guardiola, también conviven Bochini, Cappa, Aimar, Sasturain, entre otros, y aparece una joya, el Indio Solari escribiendo sobre Riquelme, una pieza que empieza así: "Román ha sido, de todos los jugadores que vi, el que más me ha hecho disfrutar del fútbol (...).

El escritor y periodista del diario Clarín, Ariel Scher, consigna en la obra: "Todo el tiempo te da la sensación de que Riquelme es un profundo conocedor del juego (del propio, del juego en su comprensión) y que privilegia jugar por saber, por placer y por identidad, en esa comprensión. Pero además conoce otras comprensiones del juego y entonces por eso es también muy táctico. Dice 'este equipo funciona así, yo empujo para jugar por allá o por acá. Ve todas las cosas..."

Y el relator Víctor Hugo Morales explora un propio costado poético para escribir sobre el eterno 10 de Boca:

"Hay una distinción artística en Román. Una nobleza que camina con él. Tiene el aroma del potrero, la astucia del marginal, el instinto peleador del desclasado . La rebeldía del que sabe como son las cosas. A las seis de la tarde, cuando el sol rebota en las paredes, en el pozo de sombras de los hombres que lo han dado todo, hay un tiro libre, un penal. No hay una persona ni en la tribuna ni en la cancha que dude de quien se hará cargo. Eso es ser el dueño del espectáculo. Es una jerarquía única que no se si se puede encontrar fuera del deporte".

De jerarquía hablamos cuando hablamos de Riquelme. Y tanto más, de acuerdo a la obra de Tomasi. Pero puntualmente jerarquía es lo que le falta hoy a Boca, desde que obligaron a Román a dejar el "jardín de su casa". Pero claro, si no saben de fútbol, menos se puede pretender que sepan de literatura y de arte.