Por Sebastián Arana

Quilmes alcanzó nuevamente a Peñarol en la segunda colocación de la Zona Sur al imponerse anoche con comodidad a Ciclista Juninense por 94 a 72 en un partido correspondiente a una nueva jornada de la Liga Nacional de básquetbol. La fragilidad del elenco visitante les permitió a los de Ramella superar un arranque muy permisivo y, aún así, ganar sin despeinarse. En la previa, por la Liga de Desarrollo, sustentado en la producción del trío Coria (28), Reimundo (21) y Merchant (19), los chicos quilmeños se impusieron 91 a 66.

El arranque, de todos modos, fue inesperado. Al equipo juninense le salieron todas en los primeros minutos ante la pasividad defensiva quilmeña. El iluminado perímetro visitante anotaba un lanzamiento de tres puntos tras otro, con Patricio Rodríguez especialmente iluminado. Además, Kevin Hernández se las rebuscaba para conseguir buenos tiros en la pintura y también preocupaba. A falta de tres minutos y fracción, el elenco de Pagura tenía una renta de diez puntos (24-14) y pocos entendían algo.

Sin embargo, tras un minuto solicitado por Ramella, Quilmes endureció su defensa y reaccionó. Le hizo bien el ingreso de Romero al equipo marplatense para salir de su letargo. Con un parcial de 10-0 el conjunto ?tricolor? llegó a igualar en 24 antes del final del cuarto, finalmente definido 26-24 a favor de los visitantes gracias a un doble largo de Corvalán en el instante final.

Sin embargo, todo cambió en el segundo parcial. Esta vez la defensa quilmeño no dio concesiones y en la cancha, por fin, se reflejó la diferencia de jerarquía que hay entre los dos equipos, la misma que muestra la tabla.

Gracias a su agresividad defensiva, por momentos, Quilmes sacó un contraataque tras otro y literalmente borró de la cancha a los visitantes. Vildoza, principal definidor de las corridas, anotó doce puntos en ese parcial. Los de Ramella se fueron al descanso 49 a 39 al frente.

Ciclista amagó ponerse en partido con una ráfaga de cinco puntos consecutivos de Rodríguez en el inicio del tercer cuarto. Sin embargo, cuando Quilmes apretó con su defensa no tuvo problemas en escaparse en el marcador. Cada vez que logró tomar a contrapierna a la defensa juninense, convirtió o sacó faltas. Con esa receta le alcanzó y le sobró en una noche en la que no estuvo especialmente iluminado en la ofensiva estacionada de cinco contra cinco.

Al final del tercer cuarto, con triunfo parcial de 67 a 52, el partido estaba resuelto. El tramo epilogante sólo sirvió para que Lucas Ortiz, a quien le costó mucho retornar tras la lesión, incrementara su casillero de puntos y su autoestima. Acaso, la mejor noticia de la noche.