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30-01-2015

De Bianchi a Arruabarrena, de Mar del Plata a la Copa

Boca, ahora con Arruabarrena, se impuso en el Minella sin atenuantes a Vélez, más allá de sus quejas reglamentarias. Pero para entrar derecho a la Copa se valió de la tabla general de la etapa anterior.

por Vito Amalfitano

La memoria siempre es buena consejera.

El presente se esclareció. De repente en cinco días, en Mar del Plata, Boca revirtió un panorama oscuro y, por méritos propios, por los aciertos de su entrenador, Rodolfo Arruabarrena, y el rendimiento del equipo, superó nada menos que el Superclásico con suplentes y después el partido más importante, el del desempate con Vélez para llegar directamente a la fase de grupos de la Copa Libertadores, sin pasar por el repechaje del máximo certamen del fútbol continental.

Pero, por esos vericuetos reglamentarios a los que nos tiene acostumbrados el fútbol argentino, ahora hay que reparar en que el objetivo redondo fue posible para Boca gracias a lo acumulado en la tabla general de la temporada 2013/2014, lo que incluye el torneo Inicial 2013, el torneo Final 2014. Y aunque nadie desde la cúpula del club vaya a reconocerlo hoy, esos méritos son del equipo de...Bianchi y Riquelme.

En efecto, paradojicamente, si Boca perdía con Vélez y después llegaba al repechaje, era todo mérito de esta "Era Arruabarrena". Pero como Boca, con Arruabarrena, le ganó muy bien a Vélez, pasó directamente a la fase de grupos, y eso fue un mérito anterior de la etapa de Bianchi, que no registró títulos pero sí un buen acumulado de puntos que lo llevó a igualar la primera posición de la tabla general con Vélez. Al final no había sido tan malo lo del entrenador anterior, ni es cierto que Riquelme no le dio nada a Boca en su última etapa en el club, a tal punto, que aun inactivo en varios partidos por una grave lesión (desprendimiento de aductor), Román tuvo actuaciones notables en los últimos encuentros, en los Boca obtuvo 13 de 15 puntos en disputa. Ultimo legado, hacia la Copa, gracias a lo que refrendó el equipo que el miércoles vio desde la platea como el hincha número 1.

Un Boca que volvió a plantar el mérito de la presión alta, en tres cuartos, como contra River, con mucha intensidad, con buen corte y cambio de ritmo de Meli, con los enganches de Carrizo para tratar de desnivelar y, sobretodo, con un "bombazo" desde afuera de Nicolás Colazo que descomprimió un partido que estaba muy trabado. Vélez contribuyó con su tibieza, su falta de reacción, argumentos y ambiciones, más allá de las protestas por lo que se creía injusto en la disputa de este desempate.

Boca vuelve a la Copa. Gracias a lo que hizo bien el equipo que plantó Arruabarrena en Mar del Plata, lo último que hicieron el máximo ídolo y el entrenador más exitoso del club, penosamente echados, fue nada menos que un legado de Libertadores, el certamen del que gracias a ellos dos, Bianchi y Román, Boca es uno de los dos equipos más protagonistas y campeones de la historia.