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27-02-2015

Vuelve una amiga muy querida

Peñarol creyó desde el vamos en la idea de la gran competencia continental que nació en 2008 y se embarcó en las primeras cuatro ediciones.

Peñarol ha sido un protagonista casi central de la Liga de las Américas en los primeros años de vida del certamen. El equipo marplatense creyó desde el vamos en la idea de la gran competencia continental que nació en 2008 y se embarcó en las primeras cuatro ediciones. Ganó dos de ellas y hoy es todavía el club más exitoso en la historia del torneo.

Apostar a la Liga de las Américas no sólo fue jugarla para los directivos marplatenses. Fue además traerla al Polideportivo para que la ciudad disfrute con el mejor básquetbol del continente.

Peñarol no sólo intervino en las cuatro primeras ediciones. En cada una de ellas, por lo menos, organizó una instancia del certamen. Con todo el entusiasmo de la novedad estaba en primera fila para organizar un cuadrangular de primera fase de la primera edición. A comienzos de enero de 2008 en Mar del Plata estuvieron Liceo Mixto de Chile, el Libertad de Julio Lamas que meses después se consagró en la Liga Nacional y el poderoso Uniceub de Brasilia. El equipo “milrayitas”, entonces dirigido por Sergio Hernández, con el anotador estadounidense Quincy Wadley recién incorporado a sus filas, derrotó a los tres rivales para avanzar a los cuartos de final.

La modalidad de disputa de aquel primer torneo contemplaba que los ocho sobrevivientes de la primera ronda se eliminaran en un play-off mano a mano con ventaja deportiva para los cuatro vencedores de los cuadrangulares de primera fase. Fue así que el público marplatense pudo ver más de su equipo en aquel torneo. Emparejado con el Defensor Sporting del estadounidense David Jackson, y por la caída en el primer cotejo en Montevideo,  se jugaron dos partidos más en el Polideportivo. Peñarol los ganó ambos y así logró su boleto para el cuadrangular final de Mexicali, donde se consagró por primera vez como campeón del certamen.

Peñarol se lanzó una vez más a organizar el cuadrangular de primera fase del torneo siguiente. Durante diciembre de ese mismo 2008, dirimió el pase a la fase siguiente con la UdeConce de Chile, Regatas Corrientes y Biguá de Uruguay. La apuesta, en definitiva, fue la más grande desilusión peñarolense en el torneo. Sólo superó a los chilenos, cayó ante Regatas y se jugó el pase a la final con los uruguayos dirigidos por Néstor García y que contaban como refuerzo a Rubén Wolkowyski. Pero no hubo caso. El equipo corrió siempre de atrás y, aunque alcanzó un alargue milagroso, no pudo jamás contra Leandro García Morales (35) y le dijo adiós prematuramente al certamen.

La Liga de las Américas volvió a Mar del Plata en febrero de 2010. Peñarol había superado el cuadrangular de Panamá (avanzaba sólo su ganador) y Domingo Robles hizo una jugada maestra comprometiendo empresarios y apoyos gubernamentales para traer el Final Four a Mar del Plata.

Le salió redondo. Aquel cuadrangular final resultó un rotundo éxito económico y deportivo. Se jugó a cancha llena y, tras superar con nitidez a Espartanos de Isla Margarita y Quimsa de Santiago del Estero, Peñarol definió luego el certamen mano a mano con los mexicanos de Halcones de Xalapa, dirigidos entonces por Néstor García. Salió uno de esos partidos que se recuerdan para toda la vida y el equipo local lo ganó 93-91 en alargue con una monumental producción de Kyle Lamonte, autor de 39 puntos (26 de ellos anotadores entre el cuarto final y el alargue). Tan buena fue la imagen internacional que brindó el Polideportivo colmado que, por ese partido, Mar del Plata ganó la sede para organizar el Preolímpico 2011.

Por último, en diciembre de 2010, el club marplatense organizó por última vez una etapa inicial de la Liga de las Américas. Allí superó a Espartanos y a Toros de Nuevo Laredo (México) para luego perder el primer lugar a manos de Regatas Corrientes. Ambos clasificaron a las semifinales, pero a Peñarol la derrota le costó caer en el cuadrangular más difícil, el de Veracruz, y no logró superar la oposición de Capitanes de Arecibo (Puerto Rico) y el local Halcones Rojos.

Después de cuatro años tan intensos, Peñarol se tomó un descanso de la Liga de las Américas. Lapso en el que todavía no hubo equipo que superara su bicampeonato. Ahora la enfocó una vez más con todos sus cañones. Y logró que esta vieja amiga vuelva a Mar del Plata.