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02-03-2015

Una caída para aplaudir de pie

Peñarol perdía por 22 puntos en el comienzo del complemento. Pero Gutiérrez se cargó a sus compañeros al hombro y a puro coraje pudo sacar de línea a Flamengo. Un doble de Laprovíttola, a falta de un segundo decidió un duelo epopéyico.

por Sebastián Arana

El que no vino al Poli se jodió. Se perdió un partido de básquetbol memorable. De esos que se recuerdan mucho tiempo. Peñarol perdió, sí.  Pero su gente se fue con el pecho inflado, reconfortada por la demostración de coraje de los suyos. Flamengo, que había jugado mejor, llegó a tener 22 puntos de ventaja. Sin embargo, no contaba con lo que todavía es capaz de hacer Leo Gutiérrez, quien marcó el camino con su determinación y puso a su equipo al borde de un vuelco histórico. A punto tal que logró igualar en 86 a falta de 6 segundos. Pero un doble de Laprovíttola a falta de un segundo decidió el triunfo a favor de los cariocas, ganadores de este cuadrangular semifinal marplatense de la Liga de las Américas de básquetbol.

El equipo local había sacado adelante los dos partidos anteriores, los que lo metieron en el Final Four, con un gran aporte de sus relevos. Sin embargo, desde el primer al último espectador tenían claro que iban a necesitar una contribución mayor de los titulares para tener posibilidades de éxito ante un equipo incuestionablemente superior, que había destruido a Halcones Rojos y a Trotamundos.

Peñarol no los tuvo en su nivel desde el vamos y sufrió el partido. Pese a que nunca dejó de luchar. Pero ese no fue el punto. Más bien fue una cuestión de estatura. De dificultad para equiparar a un rival más alto, más rápido, más atlético, más intenso.

La defensa de Flamengo impuso condiciones desde el vamos. Con dos emparejamientos muy favorables a los visitantes. El de Herrmann con Leo Gutiérrez y el de Marquinhos con Giddens. Al capitán peñarolense le costó el mano  a mano ante el santafesino. El estadounidense, por su parte, recibió puntos varios de Marquinhos.

Con Leiva les costó más, pero lo mandaron mucho a la línea, donde el pivote falló seguido. De todas formas, el equipo local hizo un gran esfuerzo defensivo y con un Boccia muy activo mantuvo el partido parejo durante los primeros seis minutos.

Fue entonces que recibió la primera cachetada. Desperdició un par de tiros factibles y una oportunidad de sacar el contraataque y el "Mengao" le aplicó un parcial de 7-0 que le permitió situarse 20-13 adelante.

A partir de entonces, el equipo visitante manejó la diferencia. Aunque Rivero mandó a la rotación a la cancha y emparejó la velocidad y la energía. Los suplentes provocaron algunas pérdidas, cerraron mejor el primer parcial y llegaron a situarse a tres (21-24) en el inicio del segundo cuarto.

Pero pronto Flamengo puso las cosas en su lugar. Volvió a plantar la defensa y para Peñarol pasó a ser una odisea tirar al aro. Si no lograba correr, de ninguna forma podía contra la defensa plantada de su rival. Todo fue hacer circular la pelota por el perímetro y terminar con un tiro forzado, rectificado por la presencia de uno o dos brazos invariablemente más largos.

Peñarol anotó nada más que 13 puntos en el segundo parcial y llegó al descanso con 13/28 dobles, 1/11 triples y 1/5 libres. Flamengo, con la astucia de Benite y la puntería del interminable Marcelinho, llegó 45-30 al frente al entretiempo.

Para colmo, el conjunto visitante arrancó el complemento con un parcial 8-1 y sacó una máxima luz de 53-31. Entonces sí aparecieron los que debían. El orgullo de Leo y Leiva evitó en el tercer cuarto que el descalabro fuera mayor y logró recortar un poco la diferencia y llevar el partido a un terreno de paridad.

Pero la desventaja era demasiado importante todavía en el tercer cuarto. Las riendas del partido no se le escaparon al conjunto visitante, que jugó largos minutos con Gegé y Benite en el perímetro y con Felicio, su pivote de refresco.

Peñarol, sin embargo, estuvo lejos de rendirse. Siguió defendiendo, metiendo, intentando. El coraje de los de adentro contagió a los de afuera y el público empezó a alentar muy fuerte cuando el equipo todavía no había quebrado la barrera de los diez puntos de desventaja a más de cinco minutos para el final. Los suplentes de Flamengo se miraban y no entendían nada.

Liderados por un Gutiérrez ahora a pleno, los de Rivero, con una formación más baja, con Diez en lugar de Leiva, salieron a apretar, a tirar de tres puntos y a guapear. Y Flamengo, por fin, perdió la línea. Vio venirse encima el fantasma de perder un partido increíble y cometió un error tras otro.

En tres minutos Peñarol se puso a tiro. A falta de 2m38s, con un libre de Alejandro Diez, el equipo local se puso 80-81 abajo. Un ataque después tuvo un tiro para pasar al frente.  Al siguiente una bandeja de Boccia rebotó en el tablero antes de ser barrida ílicitamente por Meyinssé. Y luego Massarelli falló un doble largo de frente.

Tres oportunidades fueron muchas y Laprovíttola, en una penetración, puso el marcador 83-80 a falta de 29".

Pero todavía faltaba. Fue corte por corte y nadie falló desde la línea. Finalmente lo hizo Gegé cuando todavía faltaban más de 10 segundos. Konsztadt intentó una penetración, fue detenido con falta cuando restaban 6" y anotó los dos envíos para igualar en 86.

Entonces la jerarquía de Laprovíttola, con una penetración exitosa, definió un partido inolvidable. Peñarol perdió el juego. Pero no las ilusiones de seguir haciendo historia en el Final Four. 

Síntesis

Peñarol (86): A. Konsztadt 16, A. Boccia 8, J. Giddens 2, L. Gutiérrez 20 y M. Leiva 12 (FI); F. Giorgetti 8, L. Massarelli 11, G. Fernández 0 y A. Diez 9. DT: Fernando Rivero.

Flamengo (88): N. Laprovíttola 18, Marquinhos 15, W. Herrmann 9, Olivinha 8 y J. Meyinssé 3 (FI); Gegé 8, Benite 7, Felicio 11 y Marcelinho 9. DT: José Neto.

Estadio: Polideportivo Panamericano "Islas Malvinas".

Arbitros: Reynaldo Mercedes (R. Dominicana), Jorge Vázquez (Puerto Rico) y Jesed Díaz (Puerto Rico).

Parciales: 17-22, 30-45 y 52-69.