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06-03-2015

"Correr acá es lo más lindo que hay"

Dejó el triatlón en 2008, pero retomó la actividad hace un mes. Y será una de las atracciones del inminente Olímpico que se correrá este domingo.

Aquella niña que no podía hacer ninguna actividad física por padecer asma, salió adelante gracias al deporte. A los 15 años comenzó a practicar triatlón y ganó todo lo que se propuso. Incluso el Ironman de Brasil, en Florianópolis 2003. Aún hoy, es la única mujer argentina en haber conseguido semejante hazaña. Su maternidad le hizo apartarse de la actividad unos años, pero la pasión puede más y está otra vez en el ruedo. En pocas horas será uno de los atractivos del IS Sports Triatlón Olímpico Nativa, a correrse en su ciudad, Mar del Plata.

-Si lo tuvieras que vender, ¿qué tiene de especial un triatlón en Mar del Plata?

-En realidad, Mar del Plata es como "el" lugar del triatlón en Argentina. Aquí han corrido figuras como Paula Newby-Fraser, ocho veces ganadora del Ironman de Hawaii. Es el lugar donde un gran entrenador, como Oscar Bernatene, inició esto del triatlón. Esta ciudad es la cuna del triatlón a nivel nacional. Siempre vienen a correr los mejores exponentes de la corta y la larga distancia. Todos quieren venir porque es algo mítico, un desafío personal, pero además porque todos miran a esta carrera. Está muy expuesta para los sponsors y para gente de afuera que sigue el triatlón.

-¿Ser de Mar del Plata le otorga, en tu caso, un valor agregado?

-Claro. Está mi familia, mis amigos, toda la gente que siempre a los marplatenses nos acompaña. Correr acá es lo más lindo que hay, por supuesto.

-La gran mayoría del circuito es sobre la costa marítima. Eso no sucede en todos lados...

-Mar del Plata es hermosa. Es un lugar muy lindo. He tenido la suerte de haber corrido en casi todo el mundo y puedo decir que tenemos algo maravilloso. Tenemos un mar re-lindo, lomas, las subidas tanto para el trote como para la bicicleta la dan un exigencia adicional. El paisaje costero es hermoso, la gente te alienta muchísimo y sabe, conoce de qué se trata el triatlón. Y no sólo eso, muchos se están volcando a correr o a pedalear por la costa. Eso se advierte a simple vista. Es una ciudad con espíritu deportista. Se ven muchos surfistas. Cuando yo empecé, en 1992, no había nadie que lo hiciera. Eramos sólo unos pocos locos que salíamos a entrenar. Pero ahora lo hace todo el mundo.

-En tu opinión, ¿es mejor que la parte de natación sea en mar abierto o dentro del Puerto, tal como es ahora?

-Es mejor adentro porque es menos desafiante, hay menos riesgo, es más seguro. Pero a mí me gusta nadar con las olas.

-Es una ventaja para los que están acostumbrados...

-Sí, por ser de acá tenés una ventaja, aunque en mi caso particular no soy una gran nadadora. Pero al que viene de afuera y no vive en una ciudad con mar, a veces el oleaje lo asusta un poquito. Mi fuerte es la bicicleta y el trote.

-¿Siempre fue así, desde tus comienzos? ¿O tenías alguna dificultad y la fuiste mejorando?

-Siempre me resultaron más fáciles la bici y el trote. Cuando empecé con el triatlón, a los 15 años, aprendí a nadar pero siempre me costó. No me fue fácil ni me es fácil. Es como que me siento mejor cuando estoy pisando tierra firme. Estoy más tranquila.

-¿Preferís distancias como la del Olímpico o pruebas más largas?

-Me gustan más las de larga distancia. En todas las modalidades del triatlón es siempre uno contra uno mismo. Pero en las de larga distancia influye mucho la parte mental. Y el tener que seguir adelante a pesar de un montón de situaciones que se van presentando. Son pruebas que pagan el esfuerzo, porque es todo a base de entrenamiento. Yo siempre digo que no nací para esto, sino que me preparé para esto. Además, porque ya tengo 38 años y la edad te ayuda para la larga distancia porque pesa mucho la experiencia. Con los años se pierde la potencia pero la resistencia se gana, sobre todo en la parte mental, que es importantísima. Lo difícil es mantenerse y hay que trabajar mucho la voluntad, la constancia, la disciplina. Yo lo practiqué durante 15 años de manera competitiva y eso lo logré con el trabajo, día a día, en busca de un objetivo.

-Y lo dejaste un tiempo para dedicarte a ser madre...

-Sí, dejé en 2008 y recién hace un mes que estoy de nuevo en la actividad. Lo que he corrido hasta ahora ha sido prácticamente sin entrenamiento, porque me llevó un tiempo reencontrarme conmigo misma. Estaba como fuera de órbita en eso de salir a correr o a pedalear, hasta que entré en ritmo. Corrí en Viedma, el 8 de febrero, en Puerto Madryn, el 15 de febrero, y a la semana siguiente una carrera de aventuras en dupla mixta, en la que me di unos golpes terribles con la mountain bike (risas). Lo tomé como algo divertido y como parte de la preparación. Mi idea es estar bien competitiva recién para el año que viene.

-¿Te planteaste un objetivo para este Triatlón Olímpico?

-No, porque este año lo tomé como para iniciarme. El año que viene quiero estar un poco mejor. Hay que arrancar con toda la humildad.

-A pesar del tiempo que estuviste alejada, ¿te sentís como una referente para los más jóvenes?

-Sí, porque desde los 15 años que estoy con el triatlón. Conozco muchísimo de la historia de este deporte. Como empezaron Mark Allen o Dave Scott, qué hicieron. En ese momento, era todo de boca en boca. Ahora, con internet se sabe al instante lo que está pasando. Pero a veces me preguntan sobre aquella época y a mí me encanta contarlo.

-¿Hacías algún deporte específico antes de dedicarte al triatlón?

-Vengo de una situación especial porque no podía hacer deporte de chica. Tenía asma. Tuve que hacer un tratamiento, una vez por semana me aplicaban vacunas y no podía respirar bien. Si corría, me agitaba. Entonces a los 15 años empecé a moverme más, mi mamá me llevó a aprender natación con Oscar Bernatene y gracias al deporte vencí al asma. No tuve que usar más medicamentos y me fui curando. Le debo mucho al deporte. Quería hacer algo para sentirme bien yo. Me concentré, le puse toda la energía y lo logré. Hay que insistir. La perseverancia es fundamental.

-¿Qué se siente al correr un Ironman? ¿Y al ganarlo?

-El Ironman es una carrera muy complicada. Hay que tener mucha paciencia, incluso durante la preparación. Pasar por situaciones mentales extremas, dolores que hay que tratar de vencer. Mi récord es 9h29m. Y durante todo ese tiempo tenés que estar a full. No se pueden esperar los mejores resultados en la primera experiencia. Recién a los tres o cuatro años uno puede trasladar todo lo que entrenó a la carrera. Yo corrí más de 25 Ironman y tuve buenos resultados sobre el final. Son distancias irreales, que no se pueden creer (3,8 kilómetros natación, 180 kilómetros de ciclismo y 42 kilómetros de pedestrismo). Pero la sensación de poder ser capaz de hacer eso, es lo que te lleva a intentarlo.

-¿Volverías a correr un Ironman?

-Sí, lo haría. Pero en Argentina no es fácil. Los mejores se han tenido que ir. Oscar Galíndez a Brasil, Daniel Fontana a Italia, Martín Sturla a Australia. Hay muy poco apoyo público y privado. Y además tengo un hijo de 6 años, y por lo tanto, otras prioridades. Pero como trabajo con el deporte y soy una especie de ejemplo para mis alumnos, de alguna manera eso me motiva para trata de volver a hacerlo.