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21-04-2015

Una señal clara y 35 minutos de ensueño

Una decisión del entrenador para ratificar una idea. Y jugadores y equipo que alcanzaron un pico de rendimiento en gran parte del primer tiempo. El secreto de la victoria de Aldosivi sobre el campeón de América.

por Vito Amalfitano

Un golpe duro. Los rostros de los jugadores, todos adustos. Algunos ni siquiera quieren hacer declaraciones y se meten rápido dentro del micro. La imagen de la salida del vestuario de Gimnasia, en el Bosque, tras el 1-4 solo presenta un contraste. La aparición tranquila del técnico Fernando ?Teté? Quiroz, quien pide un instante para dejar el bolso en el bus y vuelve detrás del vallado para charlar con la prensa. En medio de ese panorama, con mezcla de tristeza y bronca de los protagonistas directos, el entrenador le contesta a LA CAPITAL que ?es mejor? que sea San Lorenzo el rival que viene. Es más, ni siquiera deja terminar de formular la pregunta. La muerde. Así se escucha en el grabador. ?¿Es bueno o malo que justo ahora toque San Lorenzo, después de?? ?Es mejor, es mejor??, corta Quiroz y continúa con la respuesta. Explica que es el escenario ideal para remotivar y levantarle la moral al futbolista. Al rato se completa la imagen. Vemos a través de la ventanilla a Quiroz en el primer asiento, con las piernas estiradas, revisando el celular? Vuelta de página.

La seguridad del entrenador es la que una semana después reflejó el equipo en la cancha. Ante San Lorenzo. El campeón de América. El puntero del campeonato. Efectivamente se vio a jugadores remotivados y, como dijo Hernán Lamberti, ?concentrados cien por cien?. Es difícil explicar cómo sería el estado contrario. Como dice el Flaco Menotti, ?¿Cómo es el jugador ?desconcentrado?? ¿Está pensando en la novia, en la pizza que se va a comer a la noche???. Y tiene razón. Como siempre. Pero de alguna manera hay que explicarlo y Lamberti se decide por esa forma para decir que no podían sufrir distracciones, justamente en un juego que es de distracción. Lo que Quiroz graficó diciendo que el equipo jugó ?al máximo de sus posibilidades?.

Efectivamente, Aldosivi probablemente llegó, durante los últimos 35 minutos del primer tiempo, a su techo futbolístico. Pero, aun más, alcanzó un ritmo, una intensidad y un nivel de juego difícil de ver en el torneo doméstico en un equipo que viene de una categoría menor contra uno de los encumbrados.

Aldosivi acorraló a San Lorenzo en ese tiempo de la manera que se lo reclamamos muchas veces al equipo de Mar del Plata incluso en los tiempos del ascenso pero ante rivales infinitamente menores. Y lo hizo con ?pressing? en el medio, con Hernán Lamberti para encabezar el achique hacia adelante. Con volumen de juego, con Diego Lagos para quebrar líneas, con Martín Rivero como socio y descarga, y con la subida con peligro de los laterales, sobre todo de Gastón Díaz. Y con los delanteros como parte del circuito de juego.

Lejos de estar aislados, Roger Martínez y José Sand también lideraron la búsqueda casi desde el arranque, con potencia suficiente para partir desde el medio y herir arriba. Y es para considerar y analizar este detalle. Roger no había podido demostrar en Santamarina porque en Racing resistían la decisión de su salida que había tomado Diego Cocca. Y a Pepe lo vimos hace pocos meses en el Minella para Boca Unidos y parecía un ex futbolista, casi siempre teniendo que seguir de atrás la jugada. Para el cambio radical deben haber confluido probablemente la decisión y capacidad de superación de ambos delanteros para volver a hacer valer sus condiciones innatas, la confianza del entrenador y el trabajo del preparador físico.

El movimiento justo

Esos 35 minutos casi de ensueño de Aldosivi fueron posibles, claro, ante todo, por esos ?picos? altos de rendimiento de la mayoría de sus futbolistas y por el buen funcionamiento colectivo del equipo. Pero nacieron de una idea que quedó refrendada a partir de una señal clara que dio el entrenador con una decisión de último momento que cambió el rumbo.

Quiroz había dicho, tras el partido con Godoy Cruz, que el equipo estaba encontrando una identidad. Y puso en La Plata ante Gimnasia a Martín Rivero por el lesionado Alejandro Capurro. Pero en la cancha el equipo no respondió a esa teoría de defenderse más con la pelota y se refugió demasiado en el fondo con la consiguiente entrega de terreno y balón.

En la semana el técnico practicó con Jonathan Galván, y todo parecía indicar que se inclinaría por él. Pero a último momento confirmó a Rivero. ?Suponíamos que si jugábamos con dos volantes centrales de contención se nos iban a venir mucho y nos iban a ahogar en el campo nuestro. Con Martín (Rivero) teníamos una salida clara y el equipo podía descansar sobre él?, explicó muy bien Quiroz tras la victoria ante San Lorenzo.

La práctica no siempre coincide con la teoría en el fútbol. No se trata de piezas de ajedrez, como dice el Coco Basile. Con Rivero en cancha igual en La Plata a Aldosivi lo ahogaron en su campo. Y Rivero ante San Lorenzo no fue tan gravitante para el dominio sostenido en esos 35 minutos (aunque sí Lagos pudo ?descansar? en él). Y Galván fue útil en el segundo tiempo para defender el resultado (como Seccafien para acompañar en ese ?descanso?). Pero importan las señales. Hacia afuera. Pero más hacia adentro. Quiroz quería en serio que viniera San Lorenzo ya después del 1-4. Pero con un movimiento terminó también de convencer a sus jugadores. Había que ir por todo. El grande, en Mar del Plata, es Aldosivi. Y que se preocupe el que venga. Aunque sea el campeón de América.

Un gol marplatense en el partido de Reserva

San Lorenzo se impuso 2-0 a Aldosivi ayer en el partido entre las reservas disputado en el predio "Salvador Tatore Vuoso". Reniero y el marplatense Leandro Navarro, cuándo no, con un tiro libre, marcaron los goles del "Ciclón".