Emotivo reencuentro en Mar del Plata
Figuras de nivel nacional. Con el Oficial técnico marplatense y juez internacional Rubén Aguilera como anfitrión y con olímpicos entre los presentes.
La del sábado fue una noche mágica donde se mezclaron la actualidad con recuerdos imborrables en la historia del atletismo. Mar del Plata albergó un emotivo reencuentro de figuras del pasado nacional, muchos de los cuales no se veían desde hacía décadas.
Entre los presentes se encontraban los olímpicos Domingo Amaisón (1968 en México), Adalberto Scorza y Nazario Araujo (1972 en Munich), quien no lo fue en Barcelona 92, Ana María Comaschi, por aquella imperdonable acción del Comité Olímpico Argentino y un marplatense, Rubén Aguilera, Oficial Técnico internacional en los Juegos de Atenas 2004 y Beijing 2008, quien se convirtió en el anfitrión de la muy grata velada.
Para todos hubo un souvenir personal con alguna reproducción de tapas, de sus tiempos de esplendor, en revistas especializadas como ?A sus marcas?. Así surgió el recuerdo para Gerardo Bonnhoff y aquella publicación ya desaparecida y a su continuador en el tiempo, Edgardo Fontana y su ?Atletismo Argentino?.
Raúl Zabala y Leonardo Malgor, con sus diferencias generacionales, fueron los representantes de los entrenadores. Ambos con un excelente pasado como atletas que se prolongó en el tiempo en la enseñanza de nuevas generaciones.
José Dalmastro y Ana Contenti llegaron desde los Estados Unidos, donde residen, trayendo el mensaje de Pedro Caccamo, aquel legendario dirigente que vive en Miami y organizó los inolvidables torneos ?Barón Pierre de Coubertin?.
Julio Ibarreche, quien alguna vez militó en política siendo diputado, asistió con su esposa desde Tucumán sorprendiéndose gratamente del encuentro en el que hubo campeones sudamericanos y recordistas argentinos.
Las viejas estrellas del fondo estuvieron representadas por Juan Carrizo, quien fuera "el rey de las carreras de calle" por muchos años, Nazario Araujo, Rubén Huerga, Mario Fernández, Jorge Yeber y Víctor Barriomirón, para quien hubo un regalo extra de viejas crónicas de LA CAPITAL de sus importantes triunfos en esta ciudad. Y por momentos se avivaba el recuerdo de los que ya no están como Alberto Barceló, "el Galgo? de Mar del Plata..
Añejas anécdotas de viajes y de torneos, sonrisas que escondían viejas picardías se unían a una buena tenida gastronómica, regada generosamente con buenos vinos, en la que afloraron sentimientos, la amistad y el compañerismo que no se ha roto con el paso inexorable del tiempo.
La recordada velocista platense Cristina Filgueira trajo un ya amarillento libro ?Un siglo de atletismo bonaerense? para que muchos años después se lo autografiara su autor.
Angel Gagliano, un atleta que fue figura en dos disciplinas para nada análogas como el triple salto y los 400 m, vino desde Mendoza con su hija.
Miguel Schiel concurrió desde Lobos comentando los avances de su libro sobre la historia deportiva de esa ciudad, que se entremezcla con los comienzos del famoso Alumni de Watson Hutton.
El marplatense Rolando Rodríguez disfrutó el reencuentro con sus viejos compañeros en equipos bonaerenses como Rubén Buscalia y Alberto Gajate. Mientras en otras mesas, otro grande del mediofondo como Carlos Crespo departía con Hugo López y José Florio. Mario Pastorino y Jorge Bufa, por su parte, no daban crédito a lo que estaban viviendo...
Asimismo estuvieron Carlos Bertotti y Carlos Ripoll, genuinos exponentes de la velocidad, Eduardo Labalta un eximio saltador y Héctor Rivas, un especialista en pruebas combinadas y saltos que se le animó a la guitarra y al canto en esa noche de sentimientos encontrados.
Como un obsequio inesperado el poeta Oscar Rueda Avellaneda ofreció varias canciones dedicadas al deporte e incluso una en la cual fue involucrando a los presentes.
Amaison, ?el hombre que no tuvo infancia?, como le gusta auto referenciarse en aquel personaje de Lino Palacio, cosechó los más efusivos abrazos. El ex vicepresidente de la Asociación Mundial de Maratones fue uno de los más emocionados con este encuentro.
Avanzada la madrugada una foto grupal los reunió frente al restaurante ?Lo de Pedro Igoa?. Todos se fueron pensando en la próxima convocatoria mientras algunos subían al facebook las primeras fotografías de lo que fue una verdadera cita con la historia del atletismo.