Al subir las escaleras del estadio de Argentinos se puede leer "El templo del fútbol". Enseguida aparece una gigantografía de Diego. Y después la de Román. Ya no está el último 10. Y se nota. Argentinos avasalla a Aldosivi en el arranque pero más por velocidad y aprovechamiento de las brechas que deja el equipo de Mar del Plata en los extremos que por una idea clara de juego.

Pero así como en el primer minuto del primer tiempo Argentinos tiene dos situaciones claras de gol, en el último minuto de esta etapa inicial Aldosivi tiene directamente el gol. Por la inteligencia de Lamberti en el lateral, por la guapeza y la destreza de Sand y la definición justa de Lugüercio.

Otra vez los atributos de Aldosivi son la contundencia y la solidaridad de todos para defender lo que se consigue con esa capacidad de resolución.

Y mientras al equipo de Gorosito sigue sin caersele un idea, Aldosivi de contraataque está más cerca del segundo que Argentinos del empate sin acertarle nunca al arco.

Y así como Capurro había sostenido las patas de la mesa en el primer tiempo, después la terminaron de enderezar la multiplicación de Lugüercio para ayudar en todos lados más la firmeza de León, el aire de Rivero y la potencia de Pepe y Roger para ser salida y sostener la pelota arriba. En "el templo del fútbol" Aldosivi es una profesión de fe. El equipo que más cree en sí mismo.