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05-07-2015

Otra vez no hubo Lío y es la generación perdida

La Selección Argentina cayó en los penales pero no supo generar fútbol en 120 minutos, Messi estuvo "desaparecido", bien marcado y mal acompañado y claudicó un nuevo sueño.

Por Vito Amalfitano

Desde Santiago de Chile

La vida es sueño. Y cuando la ilusión se hace realidad, es sublime. Pero en fútbol, cuando se llega a una final, el sueño se le cumple a uno solo. Desde el silencio ensordecedor de esa cordillera inerme pero imponente que está detrás se llega a este grito contenido por casi cien años de Chile campeón dentro del estadio Nacional, que alguna vez fue escenario del horror y ahora es este teatro de la alegría.

El sueño se le cumplió a Chile. El sueño se le volvió a romper a Argentina, que se queda con la sensación de contar con una generación brillante pero perdida, aunque todavía le queden otras oportunidades, aunque se venga el año que viene la Copa América del centenario en Estados Unidos.

Chile venció a Argentina, al cabo, en definición con tiros desde el punto del penal, por 4 a 1, después de 120 minutos en los que el conjunto trasandino quiso y fue un poco más ante un desconocido equipo de Messi, que una vez más "no hizo Lío" en una final, aun con mucho menos gravitación que en el cotejo decisivo ante Alemania del Mundial de Brasil.

El partido fue "una bola de nervios" desde el comienzo. Y Chile sorprendió de entrada con el planteo y la presión. Con la línea de tres defensores, que fueron cinco cuando pasó a tener la pelota Argentina. Con Gary Medel por izquierda, y más cerca de Messi, Marcelo Díaz por el centro de la retaguardia y Francisco Silva por la derecha, con Mauricio Isla y Beausejour como "laterales-volantes".

A partir de ahí el equipo trasandino presionó más y mejor en campo contrario y al equipo argentino se lo vio contenido, cortado, sin poder hilar juego entre sus principales figuras y con Messi entre controlado y "desaparecido".

Así las cosas ya a los 11' Chile contó con una situación muy clara cuando una buena combinación entre Jorge Valdivia y Alexis Sánchez terminó en un toque hacia atrás para Arturo Vidal, cuyo remate, casi un penal en movimiento, fue tapado brillantemente por el arquero Sergio Romero abajo.

A los 20' respondió Argentina con una jugada con pelota detenida. Un tiro libre centro tomó en posición clara de gol a Sergio Agüero en el borde del cuadro chico pero tapó justo el arquero Claudio Bravo bien ubicado.

Más tarde, en un contraataque, Isla dejó de cara al arco con campo libre a Eduardo Vargas pero la tremenda corrida de Mascherano para llegar a taparlo hizo que el delantero, que primero estaba solo, terminara rematando incómodo, exigido y desviado.

Sobre el final de la etapa Argentina, que fue menos, y que se vio maniatada en la mitad de la cancha, equiparó en situaciones cuando Agüero desbordó por la izquierda y tocó hacia atrás para Lavezzi, quien había ingresado por Di María lesionado, pero el disparo del delantero fue tapado con esfuerzo y rebote por el golero Bravo.

En el arranque del segundo tiempo Romero volvió a responder muy bien ante un cabezazo de Vidal por centro de Alexis Sánchez. En el marco de un trámite más equilibrado y muy trabado Argentina no pudo generar una sola situación de gol hasta el final del segundo tiempo, aunque hubo una jugada de penal no sancionada en perjuicio de Rojo.

Le cortaron las líneas de pase para Messi y no surgieron alternativas. La entrada de Gonzalo Higuaín por Sergio Agüero le quitó aun más movilidad a la búsqueda del equipo de Martino y el ingreso de Ever Banega por Javier Pastore, quien igualmente no lució como en otros encuentros, le quitó alternativas de generación de juego al equipo argentino, aunque quizá más certezas en el retroceso y equiparar la lucha en el medio.

Chile no generó tanto, de todos modos, pero estuvo muy cerca a los 37' en una entrada profunda de Alexis en el vacío que terminó con un remate cruzado apenas desviado de cara a Romero.

Pero sobre el cierre de los 90', en una jugada casi aislada y fuera de contexto Banega inició con un contraataque con Chile a mitad de camino, derivó en Messi quien abrió hacia la izquierda para Lavezzi y cuando podía haber definido el delantero cruzó hacia el otro lado para la entrada de Higuaín, quien no llegó a definir a la altura del segundo palo. Por muy poco no se cortó la inminencia del tiempo suplementario.

En un primer período extra cargado de más tensión aun que en el resto del partido Chile contó con una oportunidad inmejorable para desnivelar a los 15' cuando un pelotazo del arquero Bravo encontró un despeje fallido de Mascherano y Alexis Sánchez quedó con campo libre de cara al gol pero su remate se fue por encima del travesaño.

En el segundo tiempo suplementario los miedos terminaron de derrotar al juego. Y Messi siguió sin poder darle a la Argentina el plus que necesitaba para ganar el partido. Es más, en este período se lo buscó más, en un par de jugadas, pero en esas y otras acciones se vio siempre anticipado por la marca escalonada del equipo chileno que, a esta altura, cumplió con esa premisa y hasta quiso más pero sin profundidad para tratar de ganar antes de los penales que, al cabo, fueron inevitables.

En la definición extrema Gonzalo Higuaín tiró un penal a la nubes para sellar una tarde para el olvido (de la que quizá nunca debió haber participado) y Claudio Bravo atajó un envío muy anunciado de Banega. Solo pudo marcar Messi de entrada para el equipo de Martino. Mientras que para Chile convirtieron Matías Fernández, Arturo Vidal, Aranguiz y Alexis selló la consagración con la osadía de picar el penal. Un símbolo. Chile fue el que tuvo más juego en el global de la Copa, de la mano de Valdivia, el propio Sánchez, Vidal y compañía. Y Argentina pareció derrochar todo su caudal de fútbol en la noche de Concepción de los 6 goles a Paraguay. También en la final Chile fue un poco más y pegó el grito contenido por casi 100 años. Argentina sigue con 22 años sin títulos en mayores, otra vez no hizo Lío para cambiar la historia y quedó la triste sensación de una generación perdida. Como si los sueños rotos y las tantas oportunidades desperdiciadas ya no dejaran pensar en las revanchas por venir.