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06-07-2015

Tiempo de reflexión para Martino

Después del subcampeonato en la Copa América de Chile, el entrenador deberá motivar a un grupo de jugadores que quedó muy dolido por una nueva frustración.

Gerardo "Tata" Martino se subió a la cima del mundo futbolístico cuando llegó a Barcelona, hasta que una vez allí se dio cuenta que le faltaba el aire y se fue. Pero al poco tiempo volvió a escalar otra montaña hasta la cumbre y se trepó nada menos que al seleccionado de su país, que venía de consagrarse subcampeón en Brasil 2014, y aunque el clima parecía más benévolo, la falta de oxígeno se volvió a hacer sentir y ahora busca un refugio donde sentarse a reflexionar.

La falta de competencia hasta octubre, cuando arranquen las extensas y tediosas eliminatorias mundialistas para Rusia 2018, será seguramente el remanso que necesita para evaluar, primero, dónde está parado después de esta frustrante Copa América, y a partir de allí sacudirse de una buena vez el síndrome Barcelona, que no le hizo abandonar sus convicciones futbolísticas pero sí parece haberle quitado confianza en sí mismo.

Cara a cara otra vez con Lionel Messi y Javier Mascherano como en los tiempos catalanes, Martino se encontró con dos líderes dentro de la Selección que se volvieron material de consulta permanente ante las grandes y también las pequeñas decisiones.

Elegir a Gonzalo Higuaín por encima de Carlos Tevez para arrancar como titular ante Jamaica o definir entre el delgado hilo que separaba los rendimientos de Ezequiel Lavezzi y Nicolás Gaitán para conformar la lista definitiva de 23 jugadores que vendrían a Chile, no fueron decisiones inconsultas, e inclusive alguna de ellas hasta sorprendió al propio Jorge Pautasso, su mano derecha dentro del grupo de ayudantes de campo que completan Adrián Coria y Raúl Marcovich.

La experiencia Barcelona, que para seguramente cualquier entrenador del mundo habría resultado la panacea, para él fue "un sufrimiento de un año" y el "peor error" de su trayectoria como técnico. A tal punto llegó la cuestión que hoy ya no tiene ganas de volver a hablar demasiado de eso y apenas se larga a soltar algún sentimiento enganchado en la intimidad de una charla bien privada.

Pero es un tipo de códigos el "Tata" y nunca va a dejar expuesto a ninguno de sus dirigidos, guardándose para sí lo que no le gusta y resaltando lo que le agrada, por aquello de que un futbolista nunca deja de serlo aunque ya no se vista de cortos.

Por estas razones es que a él le habría venido tan bien como al grupo de futbolistas ganar esta Copa América, ya que habría resultado una especie de conquista redentora después de lo vivido por él en Barcelona y por estos hombres de selección que vienen de frustración en frustración desde Sudáfrica 2010 a la fecha y ya siente que, como la anterior, pueden ser parte de una nueva generación perdida entre los que vistieron la camiseta albiceleste.

Y al decir perdida, la referencia apunta a que está "vacía de títulos", algo que los jugadores necesitaban para limpiar el pasado y Martino para armar el futuro.

Porque con el aval de volver a conseguir un campeonato después de 22 años "y un buen arranque de eliminatorias", el ex entrenador de Newell's planeaba ir "por todo" en el área de juveniles y poner a su gente al frente de las distintas categorías de selecciones de AFA, con "el mejor amigo" que le dio el fútbol, Jorge Theiler, a la cabeza de los Sub 20.

El objetivo es lograr que en todas las divisiones "se juegue de la misma manera", con el 4-2-1-3 que plasmó en Chile, erradicando, por ejemplo, el 4-3-3 que practica Walter Coyette con los sub 15 y Miguel Lemme con los sub 17.

Para después de esto, que puede llevarse a cabo a fines del corriente año, cuando Humberto Grondona (hijo) termine su contrato con AFA, Martino planea inmiscuirse en la observación de los juveniles y recurrir íntegramente a ellos para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, prescindiendo inclusive de la posibilidad de acceder a tres jugadores mayores de 23 años como permite el reglamento.

Las eliminatorias y el comienzo del proyecto de juveniles tendrían simultaneidad, pensando entre tanto en la Copa América del Centenario de la Conmebol del año próximo, pero antes tendrá que conjugar el verbo remotivar entre el grupo de jugadores que acaba de sumar una nueva frustración en el Estadio Nacional, de Santiago, algunos de los cuales emanan desde hoy un olor a ciclo cumplido en la selección.

Le quedan tres meses por delante a Martino para recuperar el aliento e intentar nuevamente escalar esta empinada cuesta hacia las cumbres del fútbol mundial, pero en ese lapso necesitará sentarse a reflexionar sobre sí mismo y redescubrirse como el entrenador, y sobre todo el hombre que fue antes de Barcelona.