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01-09-2015

Un campeón en transición

Por Sebastián Arana

Curioso caso el de este Círculo Deportivo que el último sábado ganó el Apertura 2015 de la Liga Marplatense. ¿Fue un justo campeón? Incuestionablemente. En la porción más importante del torneo, los play-offs, ganó merecidamente todos sus partidos.

Sin embargo, ¿fue un buen campeón? Esa es otra historia. El propio Damián García reconoció después de la consagración que el suyo puede ser un equipo mejor, que el techo todavía está lejos.

Poco tiene que ver este Círculo con otros equipos conducidos por su actual entrenador. Ni en ritmo, ni en intensidad, ni en vocación para recuperar la pelota.

Nominalmente, también difiere bastante del equipo que terminó jugando el último Torneo del Interior. De la formación que jugó el partido desquite con Sportsman de Carmen de Areco faltan el lateral Cristian Castagnino, el defensor central Julián Espende (referencia de la defensa), Pablo Murno y Juan Manuel Rodríguez Rendón, los dos mediocampistas de recuperación, los desequilibrantes Juan Molinelli y Diego Ramírez y Gonzalo Gómez, la referencia de área.

La versión otamendina del Torneo del Interior giraba en torno a la idea de la posesión permanente de la pelota y del desequilibrio en el uno contra uno. Se armó privilegiando el caudal técnico individual de cada futbolista, atendiendo poco y nada a virtudes complementarias que suelen ser un punto de apoyo indispensable para las grandes conquistas.

Pese a las bajas, a este Círculo campeón le quedó un plantel mucho más rico técnicamente que el de la media de sus rivales. En distintos momentos de dudas de su reciente recorrido en los play-offs, mirar hacia el banco despertaba una luz de esperanza. Mientras sus adversarios estaban con lo justo, García siempre tenía una carta guardada debajo de la manga. Cuando la puso sobre la mesa, hizo la diferencia.

La calidad individual de sus integrantes hizo salir adelante al equipo en más de una oportunidad. El nuevo entrenador, llegado a mitad del río, como no podía ser de otra manera, se apoyó en ella. Mientras comenzaba su trabajo para incorporar aquellas virtudes complementarias de la técnica que tan útiles son y que han distinguido a todos sus equipos.

El elenco "papero" fue un campeón justo. Pero en pleno proceso de reconversión. Este Círculo, muy de a poco, empieza a mutar hacia otra cosa. Hacia un menú más amplio. No fue el equipo de Martín Quintas. Tampoco una genuina representación del gusto de Damián García. En tren de poner calificativos, el que mejor lo define es el de un campeón en transición.