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17-07-2012

Los obreros de Peugeot Citroën resistirán los despidos

Se oponen a la eliminación de 8 mil puestos de trabajo y al cierre de la fábrica de Aulnay-sous-Bois. PSA aduce que el plan de reestructuración es necesario para contrarrestar las pérdidas económicas.

PARIS, Francia (Télam, por Hernán Campaniello).- Menos de una semana después del anuncio de PSA Peugeot Citroën de suprimir 8.000 puestos de trabajo y del cierre de la fábrica de Aulnay-sous-Bois, los obreros de la usina situada en uno de los barrios más desfavorecidos de los suburbios parisinos se encuentran golpeados pero no se resignan a perder su empleo.

Desde el jueves pasado, las radios, los canales de televisión y los sitios de información en Internet realizan flashes especiales sobre la situación en PSA y las negociaciones que el grupo mantiene con el gobierno socialista.

Es que el Ejecutivo de Francois Hollande pretende evitar los despidos o, en el peor de los casos, atenuar el efecto de los mismos en la principal empresa automotriz francesa, en momentos donde el desempleo se encuentra en su nivel más alto en los últimos 12 años (10,1%).

Casi escondida detrás de las rejas y su enorme estacionamiento para alistar la producción completamente vacío, la fabrica PSA de Aulnay-sous-Bois, que cerrará en 2014, no permite la entrada a los periodistas, pero el personal de seguridad convive a diario con enviados de la prensa local e internacional que se acercan a entrevistar a obreros y representantes sindicales en la puerta.

"La lucha acaba de comenzar. Vamos a movilizarnos en septiembre, ya verán!", le dijo visiblemente disgustado Abdel, de 45 años, a Télam en la planta ubicada en un suburbio parisino donde el 60% de los habitantes es menor de 40 años y el desempleo se sitúa en el 24%.

"Quienes trabajamos en esta fábrica y vivimos desde hace tiempo en el barrio la llamamos Citroën, porque antes de las fusiones aquí se fabricaba el Citroën 2CV. La fábrica forma parte del paisaje de la historia reciente de Aulnay-sous-Bois", confió con orgullo Dirhum, de 51 años.

Situado a 20 kilómetros al norte del corazón turístico de París y a 5 kms. del aeropuerto internacional Charles de Gaulle, Aulnay-sous-Bois es calificado como un barrio "sensible" por la policía francesa dentro de la región de Seine-Saint-Denis y sus habitantes aún cargan el estigma por haber sido uno de los epicentros de la violenta revuelta de los suburbios de noviembre 2005.

PSA aduce que el plan de reestructuración es necesario para contrarrestar las pérdidas económicas debido a la caída de las ventas de Europa por la crisis que afronta la zona euro, pero ayer la CGT le respondió al grupo mediante un comunicado, criticando también al nuevo gobierno.

"Si PSA hubiera mantenido sus ventas en Irán, habría que sumar 200.000 vehículos en el primer semestre. Si PSA no hubiese anunciado ventas por 1.619.000 vehículos, sino una cifra cercana a los 1.860.000 del año anterior, la mejor de su historia", afirmó la central sindical, endilgando al gobierno la responsabilidad por el embargo político a la República Islámica de Irán.

El ministro de Industria presentará el 25 de julio un "plan estratégico para la industria automotriz", que "no será un plan PSA", advirtió hoy Arnaud Montebourg.

"Me indigna escuchar que el gobierno pretende otorgarle una ayuda al sector del automóvil con nuestros impuestos y no pueden impedir el cierre de una fabrica", le dijo a Télam Tania Susset, delegada del sindicato independiente del automotriz (SIA).

La delegada dice esperar la reacción del gobierno, de lo contrario augura un mes de septiembre con amenazas de huelga general y piquetes con la quema de neumáticos en rutas francesas.

Sin embargo, reconoce por lo bajo la dificultad para movilizar al resto de los obreros, por lo que esperan lograr un fuerte apoyo ciudadano para instalar su lucha luego de las vacaciones estivales, pues como cada año la empresa cierra cuatro semanas en agosto.

"Muchos no quieren parar el trabajo. Están cansados y desmoralizados por el desgate que imprimió la empresa", explicó la sindicalista de SIA Susset, en referencia a la medida de retención de tareas que detiene la fábrica cuatro horas por día luego de que el grupo anunciara el cierre.

"Después de negarnos su proyecto de cerrar la empresa desde hace un año y medio, los directivos nos lanzan la bomba dos semanas antes de las vacaciones, ideal para desmovilizar al personal. El dinero de las indemnizaciones es el precio a la resignación, eso interesa más que la lucha por la dignidad", se lamentó, por su parte, Abdel al salir de su trabajo en dialogo con Télam.

"Los periodistas quieren saber cuánto nos van a dar de indemnización, como si eso fuera la solución al problema. Tengo 42 años, ¿Cuánto tiempo me podrá durar ese dinero si nadie me da trabajo?", interrumpe con tono seco antes de despedirse raudamente Jean, un obrero padre de tres hijos.

"Es mas fácil movilizar a los camaradas luego de haber sufrido el golpe de recibir la noticia. Esperar es un riesgo", reconoce Abdel en el popular barrio la Rosa de los Vientos, más conocido como la Ciudad 3000, por el numero de viviendas construidas en los monoblock donde viven 24.000 personas, el 30% de la población de Aulnay-sous-Bois concentrados en el 4% de su superficie.

"Desde el 2000 en adelante esto se empezó a llenar de desocupados y donde el comercio de droga es el único empleo local", sostuvo con amargura Abdel sobre Aulnay-sous-Bois, donde el 50% de sus habitantes viven en altos monoblocks destinados a las familias de bajos recursos y a los trabajadores de la decena de fábricas aledañas (PSA, L?Oreal y Xerox, entre otras).

Luego de que el sábado Hollande considerara "inaceptable" las 8.000 supresiones de puestos anunciadas por PSA en Francia y el cierre de una de sus fabricas, el gobierno galo busca presionar a la empresa automotriz para que revea su plan de reestructuración que le otorga un duro golpe a la política de protección industrial pretendida por el mandatario socialista.

Esta semana promete ser crucial para el primer conflicto interno que debe afrontar Hollande a dos meses de asumir el poder.

Tras recibir a los sindicatos, Montebourg recibirá mañana al presidente del directorio de PSA, Phillippe Varin, quien hoy aseguró que el cierre de la empresa le "permitirá al grupo ahorrar 108 millones de euros anuales", ya que las ventas cayeron el 10,7% en el primer semestre de 2012.

Varin anunció ayer que la producción de Aulnay-sous-Bois se trasladara a fábricas de España y Eslovaquia, "donde la mano de obra es mucho mas barata".

Algo que para diversos analistas es visto como una forma de presionar de la patronal francesa al Estado para obtener una reforma que aligere las cargas laborales.

Las supresiones de puestos anunciadas por PSA podrían llegar a tocar a 20.000 trabajadores directa e indirectamente, según un informe del Comité de constructores franceses de autos (CCFA).

Ese informe especifica que detrás de cada puesto en las fábricas de automóvil se encuentran "entre tres o cuatro" empleados de pequeñas empresas que fabrican las piezas antes del ensamblado final.