BUENOS AIRES, - El papa Francisco presidió hoy la liturgia de la Pasión de Cristo en la basílica de San Pedro, donde oró postrado en el suelo, y el tradicional Vía Crucis en el Coliseo Romano, mientras el cardenal Mario Poli encabezó las celebraciones centrales de la Semana Santa en Buenos Aires.

El pontífice argentino escuchó con atención la predicación del sacerdote Raniero Cantalamessa, quien reflexionó sobre el pecado y el perdón y advirtió que el dinero no es uno de tantos ídolos, sino "el ídolo por antonomasia".

Más temprano, el Papa escribió en la red social Twitter: "Seguir de cerca a Jesús no es fácil, porque la vía que El elige es la vía de la cruz".

Francisco presidió en la noche romana desde la colina del Palatino el tradicional Vía Crucis, cuyas meditaciones encargó al arzobispo italiano Giancarlo Maria Bregantini y refirieron a los sufrimientos del mundo moderno: mafias, guerras, droga, trata de personas, hacinamiento en las cárceles.

Ayer, el Papa y Poli celebraron las misas crismales en la basílica de San Pedro del Vaticano y en la catedral de Buenos Aires, donde renovaron las promesas que los sacerdotes hicieron al ordenarse y bendijeron los santos óleos que se utilizarán durante el año en los sacramentos.

Francisco destacó el valor del celibato al pedirles a los sacerdotes "una renovada fidelidad a su única novia, la Iglesia".

"La disponibilidad del sacerdote hace que la Iglesia sea una casa de puertas abiertas, refugio de los pecadores, hogar para los que viven en la calle, casa de auxilio para los enfermos, camping para los jóvenes", subrayó.

El Papa insistió en alentar a los sacerdotes a conservar su "alegría", sin olvidar que se sustenta en las "hermanas pobreza, fidelidad y obediencia".

En Buenos Aires, el cardenal Poli alentó a los sacerdotes del clero porteño a un "fiel y generoso ejercicio de este oficio de amor que se nos ha confiado, donde la caridad pastoral debe predominar a cualquier otra opción".

"El papa Francisco hace un año nos enseñaba que nos aventuremos en ese mar del mundo actual donde sólo vale la unción y no la función. Es cierto, no somos funcionarios que damos pases para el cielo", sostuvo.

El sucesor de Jorge Bergoglio en la arquidiócesis primada insistió en recordarle a los sacerdotes que "han sino ungidos para dar a conocer las misericordias de Dios, que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad".

El Papa presidió este Jueves Santo la misa de la Cena del Señor en un hogar en las afueras de Roma, donde lavó los pies de doce personas ancianas y con discapacidad, repitiendo el gesto servicial de Jesucristo en la Ultima Cena.

El cardenal Poli hizo lo propio con doce internas del hospital psiquiátrico Braulio Moyano, del barrio porteño de Barracas.