PARIS, - Miles de personas manifestaron ayer en las calles de París su solidaridad con el pueblo palestino, y reclamaron un boicot a Israel en una movilización encuadrada en un fuerte operativo de seguridad, luego de los disturbios y ataques antisemitas del último fin de semana en una manifestación similar en la capital francesa.

Entre 14.000 y 25.000 personas -según la policía y los organizadores, respectivamente- manifestaron ayer en un marco calmo, en una movilización vigilada por un imponente operativo que incluyó a mas de 1.000 policías para evitar desbordes.

La manifestación de la semana pasada, convocada por los mismos organizadores, reunió entre 7.000 y 15.000 personas, según la fuente. Ayer, otras 10.000 personas manifestaron en Marsella, Lyon, Lille, Toulouse y Rennes, según los organizadores.

Convocada por ONGs, asociaciones, sindicatos y partidos políticos, la manifestación partió del sur de la capital, de la plaza Denfert Rochereau hasta el Hotel de los Inválidos, detrás de un gran cartel reclamando "Boicot a Israel", con decenas de pancartas y banderas palestinas visibles entre la multitud.

Las manifestaciones fueron organizadas por las ONGs Federación Internacional de los Derechos Humanos (FIDH) y el Colectivo internacional por una paz justa y duradera entre Israel y Palestina, cinco partidos polí¡ticos de izquierda y la coalición ecologista y cuatro sindicatos, entre ellos el mayoritario CGT, entre otras.

"Queremos hablar de política, no de los incidentes del otro día. Queremos dar pruebas de que somos gente responsable", afirmó ante la prensa Taoufiq Tahami, presidente de la asociación Francia Palestina, uno de los organizadores.

Numerosos manifestantes, apoyados por los servicios de seguridad de los sindicatos, apartaron del cortejo a quienes entonaban cánticos antisemitas o, sobre el final, a un grupo que arrojó botellas a los policías antidisturbios.

El sábado, en el multiétnico y popular barrio de Barbes y el lunes en el acomodado suburbio norte de Sarcelles, las dos manifestaciones que habían sido prohibidas por el gobierno finalizaron con serios incidentes, enfrentamientos con la policía y agresiones antisemitas.

Para esta nueva movilización, las negociaciones entre los organizadores y el gobierno llevaron a un cambio de recorrido para evitar que los manifestantes recorran calles cercanas a sinagogas u otros centros judíos.