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19-08-2014

El Papa culminó su histórica visita a Corea del Sur con otro mensaje por la reunificación

El viaje a Corea del Sur, país donde viven 5,4 millones de católicos y que no recibía a un papa desde 1989, también pasará a la historia por ser el primero en que Francisco leyó discursos y homilías en inglés, gesto que el portavoz del Vaticano describió como un intento de acercarse más a la gente.

SEUL.- El papa Francisco culminó ayer una histórica visita de cinco días a Corea del Sur donde recibió una calurosa y multitudinaria acogida y lanzó repetidos mensajes a favor de la paz y la reunificación entre las dos Coreas.

Tras culminar su última actividad, el Papa partió hacia Roma en el avión papal, un Boeing 777 de la compañí¡a Korean Air, que despegó de la base aérea de Seongnam, al sur de Seúl.

"Recemos para que surjan nuevas oportunidades para el diálogo y para resolver las diferencias", sostuvo el pontífice en italiano en la catedral de Myeongdong de Seúl durante la misa "por la paz y la reconciliación", su último servicio religioso en la jornada final de un histórico viaje de cinco días al país.

Francisco recordó que los coreanos sufren "una experiencia de división y conflicto que duró más de 60 años", y afirmó que "la cruz de Cristo revela el poder de Dios para superar cada división, curar cada herida y restablecer los lazos originales de amor fraternal".

Jorge Bergoglio ya había hecho referencia a la división de las dos Coreas el pasado jueves, primera jornada de su histórica visita, en la que hizo un llamamiento a "buscar la paz" y "derribar los muros de la desconfianza".

La última misa contó con la asistencia de aproximadamente un millar de personas, así como 700 miembros y empleados de las 16 diócesis de Corea del Sur.

También estuvo en la ceremonia la presidenta coreana, Park Geun-hye, 50 estudiantes de secundaria -"el futuro de la Iglesia y la sociedad" según los organizadores-, 8 inmigrantes que representan a las familias multiculturales y 7 ancianas víctimas de la esclavitud sexual del Imperio Japonés durante la II Guerra Mundial.

Una de las víctimas, de 89 años de edad, le regaló un pin con una mariposa (símbolo de este colectivo) a Bergoglio, que se lo colocó en su solapa y lo llevó puesto durante toda la misa.

A ésta misa también asistieron cinco refugiados norcoreanos y cinco familiares de ciudadanos secuestrados por Pyongyang.

La división entre las dos Coreas fue uno de los temas a los que más se refirió Francisco en su visita, que también lo mostró especialmente sensible con la tragedia del naufragio del ferri surcoreano Sewol que causo la muerte de 304 pasajeros el pasado abril.

El Papa no sólo invitó a sus misas a los familiares de las víctimas del hundimiento, sino que también los atendió personalmente en varias ocasiones e incluso bautizó al padre de uno de los adolescentes fallecidos en una ceremonia totalmente improvisada.

Y es que la espontaneidad, como suele ser habitual en los recorridos de Jorge Bergoglio, marcó su viaje a Corea del Sur, en el que también dejó patente su carácter humilde al elegir como vehículo oficial un utilitario Kia Soul sin blindaje antibalas o rechazar una lujosa silla para pronunciar un discurso de pie.

Su gran baño de masas tuvo lugar el sábado, cuando beatificó a 124 mártires surcoreanos en Seúl frente a centenares de miles de personas, un día después de citarse con 6.000 jóvenes de 23 países del continente en la VI Jornada de la Juventud Asiática al oeste del país.

En su primer viaje a Asia también quedó claro que el continente más poblado del mundo es una "prioridad" para el Papa, tal y como reconoció en Seúl el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi.

Representantes de la Iglesia surcoreana, por su parte, destacaron hoy que existe un "amplio potencial de crecimiento" en este continente donde el número de católicos se calcula en algo menos de 140 millones, aproximadamente el 3 por ciento de la población. En concreto, China es uno de los países donde el Vaticano busca sumar fieles en el futuro y esto quedó patente cuando Bergoglio expresó su "total confianza" de que "avance sin vacilaciones" el diálogo entre la Santa Sede y los países de Asia "con los que no tiene aún una relación plena".

Previamente, en un primer gesto de acercamiento, Francisco había enviado un telegrama con sus "mejores deseos" al presidente chino, Xi Jinping, y a los ciudadanos chinos poco antes de que el avión papal hacia Seúl sobrevolara por primera vez la potencia asiática, con la que no tiene relaciones desde 1951. El obispo de Roma también lanzó un fuerte mensaje de humildad dentro de la Iglesia Católica al criticar la "hipocresía" de los religiosos que "viven como ricos" en un mensaje frente a 4.000 miembros de las comunidades religiosas surcoreanas, a las que instó a respetar el voto de pobreza.

El viaje a Corea del Sur, país donde viven 5,4 millones de católicos y que no recibía a un papa desde 1989, también pasará a la historia por ser el primero en que Francisco leyó discursos y homilías en inglés, gesto que el portavoz del Vaticano describió como un intento de acercarse más a la gente.