Después del atentado y persecución policial que el miércoles terminó con un soldado muerto en las inmediaciones del Parlamento canadiense y el sospechoso del ataque abatido en su interior, el cuerpo legislativo sesionará hoy en su horario de rutina, para demostrar que ningún acto de este tipo intimidará al país.

El primer ministro y líder del Partido Conservador de Canadá, Stephen Harper, coincidió públicamente con los líderes de los demás grandes partidos al asegurar que el atentado "no intimidará" a "la democracia canadiense", informó la TV pública de Canadá.

El dirigente conservador señaló que el del miércoles era el segundo atentado fatal en suelo canadiense en una semana. El lunes, murió el oficial Patrice Vincent cuando Martin Couture-Rouleau, en St-Jean-sur-Richelieu, chocó con su auto otro donde viajaban Vincent y otro militar, provocando la muerte del primero.

Harper declaró su solidaridad con los deudos del cabo Nathan Cirillo, la víctima militar del atentado del miércoles, que fue "asesinado a sangre fría", y también con los de Vincent, que, dijo, fue "asesinado por un terrorista inspirado por el Estado Islámico".

Harper aprovechó la ocasión para subrayar que Canadá "no es inmune al tipo de atentado terrorista que estamos viendo en el resto del mundo" pero, enfatizó, "nunca será intimidado", y anunció un fortalecimiento del aparato de inteligencia y seguridad, así como un mayor compromiso con "nuestros aliados".

El primer ministro canadiense puso toda la responsabilidad por estos hechos fuera del país, en "organizaciones terroristas que se conducen con brutalidad en otros países en la esperanza de traer su salvajismo a nuestras costas". "No tendrán un refugio seguro", proclamó, y convocó al país entero a sumarse a esta lucha.

El jefe de la oposición y líder del Partido Nacional Democrático, Tom Mulcair, se solidarizó por completo con el primer ministro y rindió homenaje también a las fuerzas policiales y de seguridad, cuyo "heroísmo de hoy no se olvidará".

Justin Trudeau, del partido Liberal, también ofreció todo su apoyo al gobierno, condenó el "acto de violencia brutal y sin corazón", al que también definió como "cobarde e imperdonable".

Trudeau reclamó la captura y castigo de cualquier otro eventual participante en el atentado.