Las autoridades francesas suspendieron las obras de un polémico embalse en Sivens (sur) que había generado protestas que degeneraron el fin de semana en unos disturbios en los que murió un manifestante.

La ministra de Ecología, Ségolene Royal, confirmó que el Consejo General de Tarn, la región que impulsaba el proyecto, optó por la suspensión del trabajo, y que eso va a dar paso a un proceso de concertación que va a dirigir ella misma a partir del próximo martes con una reunión a la que invitó a "todas las partes implicadas".

Royal, en declaraciones al término del Consejo de Ministros, dijo confiar en que la cita del martes "siente bases serenas", y precisó que el objetivo es buscar "soluciones equilibradas" que permitan "reconciliar la protección del medio ambiente con la creación de actividad económica", informó la agencia de noticias EFE.

La muerte en las primeras horas del domingo del estudiante Rémi Fraisse, aparentemente por la explosión de una granada lanzada por las fuerzas antidisturbios frente a manifestantes en el lugar donde se construye la represa, desencadenó una polémica política, con acusaciones cruzadas entre el Gobierno socialista y los ecologistas.

Es que la autopsia reveló que el joven ecologista murió por una explosión de lo que podría haber sido una granada de gas lacrimógeno policial, una presunción que se reforzó luego de que exámenes forenses adicionales descubrieran rastros de TNT en la ropa de la víctima.

"TNT es parte de la composición de las granadas de gas lacrimógeno o granadas de conmoción usadas por gendarmes", dijo ayer el fiscal de la causa, Claude Derens.

Por eso, la titular de Ecología, que no se había pronunciado hasta ahora, destacó que la concertación que inicia la semana próxima tendrá como punto de partida un informe de expertos que ella misma había encargado y que, aunque no reclama el abandono del proyecto, pide una reconsideración porque lo juzga mal calibrado, en particular en términos de costo-beneficio.

Royal afirmó que más allá de este embalse, se van a fijar las reglas "que justifican los fondos" para obras de este tipo en la cuenca del Adour-Garona.

No se olvidó también de manifestar su respaldo al ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, centro de las críticas de los ecologistas por la acción de las fuerzas del orden en los disturbios del fin de semana que terminaron con la muerte de Fraisse.

Cazeneuve, a la vista de las primeras conclusiones de la investigación, que encontró restos de un componente de las granadas que utilizan los gendarmes en el cadáver del joven, indicó ayer que suspendía la utilización de ese material antidisturbios.

La de Fraisse fue la primera muerte en casi 30 años de un manifestante durante una protesta en Francia. La última persona que había muerto en idénticas circunstancias fue Malik Oussekine, un estudiante francés-argelino víctima de represión policial a una manifestación en diciembre de 1986.