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31-10-2014

Ban Ki-Moon pidió a los medios "alzar la voz"

Durante un acto en Nairobi, el funcionario defendió una campaña mediática global para revolucionar la percepción e información sobre la ablación y afirmó "la mutilación de niñas y mujeres debe terminar en esta generación, nuestra generación".

El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, llamó ayer a los medios de comunicación a "alzar la voz" para terminar "en esta generación" con la mutilación genital femenina, una práctica que ya sufren más de 130 millones de niñas y mujeres en todo el mundo.

Durante un acto en Nairobi, el funcionario defendió una campaña mediática global para revolucionar la percepción e información sobre la ablación y afirmó "la mutilación de niñas y mujeres debe terminar en esta generación, nuestra generación".

La campaña, liderada por el diario británico The Guardian, "reconoce el rol de los medios en todo el mundo a la hora de levantar las voces contra la mutilación genital femenina", aseguró el dirigente.

"El cambio puede ocurrir a través de los medios", agregó y consideró que se debe informar más sobre las consecuencias y los abusos que sufren cientos de miles de mujeres.

La campaña, lanzada este mismo mes, centrará sus trabajos en África, donde se encuentra la mayoría de los 29 países donde hoy todavía se practica la ablación, consignó la agencia EFE.

Esta práctica ha sido casi abandonada en algunos países, pero continúa siendo habitual en otros, a pesar de los peligros que representa para la salud de las niñas o de que incluso haya legislación que la prohíba.

Según datos de Unicef, en Somalia, Guinea, Yibuti y Egipto la mutilación genital femenina sigue siendo "casi generalizada" y más de nueve de cada diez mujeres de edades entre 15 y 49 años la han sufrido.

Por su parte, la activista Kakenya Ntaiya, una de las primeras kenianas en rechazar esta práctica abusiva, aclaró que la ablación "no es tradición ni cultura" y aseguró que "es una violación de los derechos humanos de niñas y mujeres"

"¿Por qué estamos permitiendo que esto pase?", se preguntó Ntaiya, quien abrió una escuela en su pueblo natal, Enoosaen (en el sur del país), para que las niñas se formen y sean conscientes de sus derechos: el de recibir una educación, no ser sometidas a la ablación y no ser forzadas al matrimonio.