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23-11-2014

¿Vive Alemania de las rentas?

Marcel Fratzscher alerta que la "locomotora europea" basa parte de su actual poderío económico en tres ilusiones que, en el fondo, ocultan serias carencias estructurales.

por Juan Palop (*)

BERLIN.- Alemania, que presume de ser la locomotora europea, vive de las rentas y basa parte de su actual poderío económico en tres ilusiones que, en el fondo, ocultan serias carencias estructurales, alerta un prominente economista alemán.

Marcel Fratzscher, presidente del berlinés Instituto Alemán para la Investigación Económica (DIW), ataca en su libro "La ilusión Alemania", con un nutrido puñado de cifras y argumentos, el complaciente pensamiento que domina entre las élites políticas y económicas de su país.

Ignorar la realidad, agrega este economista que ha trabajado para el Banco Central Europeo (BCE) y el Banco Mundial (BM), y alentar la "euforia" que mira tan sólo al déficit cero, al músculo exportador y a la baja tasa de desempleo es "peligroso" y hace "arrogantes, ciegos e indolentes" a los alemanes.

Ahora su voz está cobrando eco, después de que el gobierno de Angela Merkel redujera drásticamente sus previsiones de crecimiento para este año y el que viene tras meses de caídas en los principales indicadores económicos.

La primera ilusión que denuncia Fratzscher, desde agosto presidente de una comisión de expertos del Ministerio de Economía para impulsar las inversiones, es creer que "el futuro económico está asegurado" porque Berlín, tanto con Merkel como con los anteriores cancilleres, ha tomado las decisiones correctas.

En su libro, subtitulado "Por que sobrestimamos nuestra economía y necesitamos a Europa", el presidente del DIW advierte de que esta idea es una "visión errónea" que ignora "debilidades fundamentales" de la economía nacional y "no reconoce que Alemania está viviendo de las rentas".

Es cierto, por ejemplo, que el país disfruta en la actualidad de su menor tasa de desempleo en décadas -combinada con un récord de población con trabajo-, pero también lo es el fuerte repunte de los empleos precarios -como los "mini-jobs"- y la congelación de los salarios en los últimos lustros.

Asimismo, Fratzscher abunda en "el agujero inversor" de Alemania -un tema al alza en Berlín-, al que llama "el telón de Aquiles" de la política económica, y que cifra en un 3 % del producto interior bruto (PIB), unos 80.000 millones de euros al año.

La segunda ilusión es la extendida "creencia" de que Alemania no necesita de Europa y que su futuro se encuentra más fuera que dentro de la Unión Europea (UE) y de la zona del euro.

Contra esto Fratzscher argumenta que Alemania, a nivel económico, sólo tiene posibilidades de mantener su actual rol global si permanece dentro de la UE, ya que por tamaño y perspectivas de crecimiento no tendría muchas opciones en solitario en un mundo globalizado.

La tercera y última ilusión que desgrana este economista es la impresión de algunos de que Europa "tan sólo persigue el dinero de Alemania".

Fratzscher arremete contra el pensamiento de que todo lo que es beneficioso para los 28 socios acaba perjudicando a su primer país en términos de población y producto interior bruto (PIB), un argumento repetido en múltiples ocasiones desde el inicio de la crisis.

"Nosotros alemanes nos vemos a menudo como víctimas de Europa e ignoramos las muchas ventajas que nos da estar integrados en la UE, pese a todos los costes y riesgos que Alemania ha asumido en la crisis", asegura.

Con un discurso marcadamente europeísta, una tesis con decreciente atractivo en su país, Fratzscher cierra el libro abogando por una reflexión sobre "el futuro común" del continente que incluye un agenda europea de inversiones, aunque sin lanzar cifras concretas.

Además, apuesta por completar la unión bancaria, que recién acaba de echar a andar con la asunción del BCE de su papel supervisor, y por ahondar la coordinación económica y fiscal, algo para lo que considera necesario un nuevo tratado para el euro.

(*): EFE.