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24-11-2014

Se volvió a votar en Túnez

Primeras elecciones presidenciales desde la caída de Ben Ali. Los resultados preliminares se anunciarán en dos días. El candidato Beyi Caid Essebsi, de 88 años, igual proclamó su victoria.

En un clima de tranquilidad y con fuertes medidas de seguridad, millones de tunecinos votaron ayer en la primera elección presidencial desde la erupción de la llamada Primavera Árabe que derrocó al otrora todopoderoso, Zine el Abidine Ben Ali.

Poco antes del cierre de los centros de votación, la Instancia Superior Independiente para las Elecciones (IES, según sus siglas en inglés) informó en una conferencia de prensa que cerca del 58% del padrón de 5,2 millones de tunecinos había emitido su voto en un clima de tranquilidad.

Además del masivo operativo de seguridad, unos 27.000 observadores electorales nacionales e internacionales y 65.000 fiscales de los candidatos y partidos están desplegados en todo el país para garantizar la legalidad de la jornada.

Según la Ley Electoral, la IES dispone de tres días para anunciar los resultados preliminares aunque la institución adelantó ayer que intentará publicarlos en dos días, informó la agencia de noticias EFE.

Sin embargo, poco después del cierre de los centros de votación, desde la campaña del candidato favorito, el veterano ex ministro, Beyi Caid Essebsi, se declararon ganadores.

"Según nuestras estimaciones preliminares, estamos primeros y con una gran ventaja", celebró el jefe de su campaña, Mohsen Marzouk, frente a un grupo de periodistas, según informó la cadena de noticias saudita Al Arabiya.

Pese a su optimismo, Marzouk reconoció que Essebsi no habría alcanzado el 51% de los votos necesario para evitar un balotaje, programado para el próximo 28 de diciembre.

La de ayer fue la primera elección presidencial libre y democrática desde la caída de Ben Ali, el 14 de enero de 2011, tras más de 23 años en el poder.

Diez días antes del derrocamiento de Ben Ali mediante una revuelta popular, murió el joven Mohamed Bouazizi, que el 17 de diciembre se prendió fuego frente a una dependencia municipal de la ciudad de Sidi Bouzid para protestar por los abusos de la policía, que había desmantelado el puesto de fruta, su único sustento.

Ese día comenzaron las protestas en las calles de esta ciudad del norte de Túnez, manifestaciones que se extendieron rápidamente a otras ciudades del país norafricano.

En enero de 2011, el efecto en la región alcanzó a Argelia, Bahréin, Yemen, Jordania y Egipto, y la denominada Primavera Árabe terminó con gobiernos autoritarios como el del egipcio Hosni Mubarak.

Tres años después de este torbellino político que superó fronteras y conmovió al mundo entero, los tunecinos finalmente celebrarán sus primeras elecciones presidenciales libres.

El candidato presidencial favorito es Essebsi, de 88 años, un experimentado político que conoce los mecanismos de los ministerios de Interior, Defensa y Asuntos Exteriores, pues los dirigió en un momento u otro en la época de Habib Burguiba (1957-87) e incluso en la de Ben Ali­ (1987-2011).

Essebsi, que dirigió la primera fase de la transición y organizó las elecciones legislativas de 2011, ganadas por el partido islamista Ennahda, fundó la formación política Nidaa Tunis en 2012 con el objetivo de crear una alternativa laica al islam político en el paí­s.

La coalición gubernamental entre Ennahda y dos partidos laicos -Congreso Para la República y Takatol- no evitó que el país cayera en una crisis política y de seguridad caracterizada por el auge de islam radical, los atentados con sello yihadista y los asesinatos de políticos y militares.

A esto se sumó la mala gestión económica de la coalición gubernamental, que no pudo frenar la crisis económica heredada de la época de Ben Ali, que alcanzó niveles históricos con el alza de los precios al consumo y el descenso de las inversiones en la industria, aumentando la desocupación.

El descontento entre las clases medias y los más pobres dio como resultado el progresivo avance de la fuerza laica Nidaa Tunis, que con poco más de dos años de vida, obtuvo una contundente victoria en las recientes elecciones legislativas, tanto que su líder se perfila ya como futuro presidente.

En cambio, Ennahda, que quedó segundo en los comicios legislativos, no presentó candidato presidencial tras no lograr consensuar un nombre con otras las fuerzas políticas.